El arándano y la frambuesa suman ya el 31% de las hectáreas.

La cooperativa Cuna de Platero ha finalizado las labores de plantación, que se desarrollan en los meses de octubre y noviembre, dedicando un 68% de su superficie a la fresa y sigue apostando por la diversificación, incrementando las hectáreas dedicadas a frambuesas, arándanos y moras.

Tal es así que el arándano y la frambuesa copan el 31% de la superficie plantada, habiendo aumentado un 40% respecto a la campaña anterior. «Nuestro mapa varietal y las planificaciones de cultivos que realizamos nos permiten ofrecer nuestras berries durante todo el año», una característica que recoge el eslogan ‘Your Global Berry Partner’, según ha explicado el director general de Cuna de Platero, Juan Báñez.

Precisamente, la elección de variedades es una de las tareas «que se realiza con más mimo en Cuna de Platero, porque nos permite tener producción disponible pero, sobre todo, que nuestra fruta destaque por su cualidades». En esta campaña, el 65% de las hectáreas de fresa se ha plantado con variedades autóctonas, como Rábida, Primoris o Rociera, «porque se adaptan muy bien al entorno y aportan calidad y sabor», ha indicado Báñez. Además, disponen de otras variedades como Fortuna y la holandesa Calinda, que también se caracteriza «por su calidad, sabor y vida postcosecha».

Respecto a la producción, Cuna de Platero espera mantener las 45.000 toneladas recolectadas de fresa la campaña pasada, así como aumentar las de arándanos y frambuesas, con 2.000 toneladas de cada uno de estos frutos rojos. Asimismo, la producción de moras se prevé que aumente de 50 a 150 toneladas.

Cómo se produce
Uno de los aspectos más cuidados en la cooperativa está relacionado con el proceso de producción y el respeto al medio ambiente. En este sentido, Cuna de Platero destaca por haber incorporado durante todo el proceso de crecimiento de sus berries técnicas sostenibles de producción, como el programa Food Chain Partnership, de Bayer CropScience, implantado en el 100% de sus hectáreas de fresas. «Esto nos permite ofrecer una fruta de calidad, más natural, segura y saludable a la vez que estamos optimizando tratamientos y cumpliendo altas exigencias en cuanto al control de plagas y enfermedades de cultivos».

Por otro lado, tras varios años de estudio con la Universidad de Córdoba, Cuna de Platero lleva varias campañas apostando por técnicas de ahorro de agua, llegando a reducir un 18% su uso, aportando importantes beneficios a su entorno. Las fincas que participan en el proyecto tienen instaladas sondas de humedad y succión. Con esta monitorización y gracias al uso de nuevas tecnologías, el agricultor garantiza que la planta recibe la cantidad de agua necesaria, en el momento oportuno, evitando la percolación tanto de agua como de nutrientes, aumentando la sostenibilidad del cultivo. El control del uso de agua permite además el ahorro de energía y nutrientes.