Caqui

La producción no alcanzaría las 300.000 toneladas comercializadas en fresco

 

La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA–ASAJA) estima que la producción de caqui experimentará un descenso del 30% respecto a la campaña pasada en la Comunitat Valenciana, situándose por debajo de las 300.000 toneladas comercializadas en fresco. A la vista de esta importante reducción de oferta, así como de la excelente calidad que presentan los frutos, los agricultores están detectando un interés por parte de los operadores comerciales para proveerse de un suministro suficiente al inicio de la temporada, cuya recogida arranca en apenas un mes, lo que ha provocado un adelanto inusual de las compras en el campo.

La principal causa de esta disminución de producción es la anomalía climática acontecida durante los meses primaverales. La acumulación récord de días lluviosos y nublados ocasionó una caída masiva de frutos en plena fase de floración y cuajado que, pese a las reivindicaciones de AVA–ASAJA, Agroseguro ha decidido no cubrir con las oportunas indemnizaciones económicas argumentando que dichos siniestros se produjeron con anterioridad a la fecha establecida por la cobertura.

La organización agraria subraya mermas especialmente graves, del 50 al 90% de la producción total, en determinadas parcelas de las comarcas de La Costera, Los Serranos, L’Horta Sud e incluso en la mitad sur de La Ribera Alta (la principal zona productora de caqui en nuestro país).

Asimismo, el sector prevé una creciente incidencia de plagas (cotonets, moscas blancas y trips) que vienen afectando al cultivo ante la incapacidad de combatirlas eficazmente como consecuencia de las restricciones fitosanitarias impuestas por la legislación europea. Según AVA–ASAJA, solo el año pasado se desperdiciaron en el campo valenciano más de 60.000 t de caquis debido a las afecciones por plagas y a las elevadas exigencias comerciales que dejaron sin recolectar frutas sencillamente por tener en su piel ciertas rayas que no deprecian la calidad o el sabor.

El presidente de AVA–ASAJA, Cristóbal Aguado, ha subrayado que «los factores objetivos de mercado permiten concluir que los productores pueden defender un precio razonable en los tratos que empiezan a cerrarse de un modo fluido y equilibrado. Estamos en un momento bastante avanzado de la campaña donde cada uno ya sabe qué va a gastarse en sus explotaciones. Teniendo en cuenta la corta producción disponible, su extraordinaria calidad y la demanda al alza de esta fruta hasta hace poco tiempo desconocida para el consumidor, los agricultores están en condiciones de negociar una cotización que les permita cubrir sus costes de producción y compensar pérdidas sufridas en temporadas recientes».

Aguado ha exhortado a las administraciones a «no permanecer quietas ante una campaña que augura buenas perspectivas comerciales –para aquellos agricultores que tienen cosecha que vender– y a ponerse las pilas de manera urgente e inaplazable para recuperar el mercado ruso, evitar los aranceles planteados por el Reino Unido, abrir nuevos mercados exteriores y, en definitiva, impulsar la demanda de una fruta que cuando el consumidor prueba, repite».

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La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA–ASAJA) ha instado a los productores de caqui «a no cerrar contratos de compraventa con operadores comerciales a un precio que se sitúe por debajo de los costes de producción». Esta petición cobra más fuerza tras advertir la directora de la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA), Gema Hernández, de que esta entidad «ha introducido en su labor de control los cambios legislativos del Real Decreto–Ley 5/2020 como el hecho de que, por primera vez, se tengan en cuenta los costes de producción en la compraventa de productos agrarios».

La organización agraria considera «muy razonable y coherente» la iniciativa tomada por este organismo dependiente del Ministerio de Agricultura, impulsor de esta legislación tras la ola de movilizaciones agrarias a finales del año pasado y principios de este y las negociaciones llevadas a cabo con el sector. Además, valora que la AICA facilite la puesta en marcha de esta campaña al crear «un nuevo formulario de denuncias más intuitivo y fácil».

A pesar de que la medida se extiende a todas las producciones agropecuarias, AVA–ASAJA hace hincapié en el caqui «porque en las últimas campañas los precios en origen se han desplomado más de un 40%», colocándose en la mayoría de los casos por debajo de los costes de producción que estima por término medio en 0,27 euros por kilo (€/kg). Por ello, reitera a los productores que «realicen un estudio a fondo de todos los gastos que comporta su explotación y lo tengan en cuenta a la hora de defender un precio de cara a la próxima campaña».

Asimismo, AVA–ASAJA recomienda a los productores que revisen la letra pequeña de los contratos ofrecidos por los operadores comerciales porque ha detectado un creciente número de cláusulas abusivas dirigidas a pagar menos dinero al productor. La última cláusula que ha llamado la atención a los servicios jurídicos de la asociación «es una que agrava el perjuicio ocasionado por el destrío de la fruta considerada por el comercio no apta para su comercialización en fresco». Así, cuando el porcentaje del caqui no comercial sea inferior al 5% de toda la cosecha, el comprador exige al vendedor que acepte expresamente no ser ni siquiera informado del destrío finalmente aplicado en el almacén.

AVA–ASAJA «aconseja a los productores no firmar ningún contrato de compraventa cuando sospechen que puedan contener cláusulas abusivas sin antes consultar dichos documentos a la organización agraria». En caso de confirmar algún tipo de incumplimiento legal, la organización agraria trasladará dichos contratos a la AICA para su correspondiente investigación y, en su caso, apertura de expediente y aplicación de la sanción estipulada.

Según los datos recogidos por la AICA en el primer semestre del año, el sector hortofrutícola encabeza con un 64% las sanciones impuestas. Desde 2014 la AICA ha dictado 2.169 infracciones con sanción, siendo las frutas y hortalizas el sector con más incumplimientos (985) por delante del lácteo (325), el vino (261) y el aceite (201). 

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Esta primavera se ha batido récords en días lluviosos y nublados, y ello está empezando a notarse en la agricultura valenciana. Tanto es así que la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) ha atribuido al clima irregular importantes daños en los cultivos del caqui, cítricos y frutales de hueso como la nectarina y el albaricoque, sobre todo en comarcas interiores.

Esta organización agraria ha señalado que el caqui es la producción más perjudicada, ya que el clima ha provocado en los últimos días la caída al suelo de cuantiosos brotes, incluso antes de la apertura de la flor, que en los peores casos supondrá la pérdida de toda la cosecha de la próxima temporada. Así, en zonas generalizadas de Los Serranos, La Hoya de Buñol y La Costera hay explotaciones con afecciones entre el 70 y el 100% de los caquis. En cuanto a la principal zona productora –La Ribera Alta– los perjuicios son menos graves y se producen en las plantaciones más jóvenes y con la brotación más adelantada. Asimismo, “el clima puede estar detrás de la aparición de nuevas manchas en las hojas del cultivo, las cuales no necesariamente responden a la necrosis foliar del caqui, sino a fisiopatías aún por identificar.

Ante la situación extraordinaria generada, AVA-ASAJA ha pedido a Agroseguro, así como al Ministerio de Agricultura y a la Conselleria de Agricultura de la Generalitat Valenciana, que incluyan la cobertura de estos daños “para evitar que los productores afectados pierdan los ingresos de todo el año debido a adversidades climáticas”. Por el momento, Agroseguro “está respondiendo a los asegurados que la póliza actual no permite indemnizar este tipo de perjuicios antes del mes de julio, por lo que la organización agraria reitera la necesidad de ampliar la cobertura de siniestros a todo el ciclo vegetativo.

La excesiva humedad, combinada con periodos calurosos, también está ocasionando daños por apertura de la piel –‘clavillat’ o ‘cracking’– en variedades tempranas de frutales de hueso, como nectarina y albaricoque, cuya recolección acaba de empezar. AVA-ASAJA ha advertido de que estos nuevos daños contribuirán a agravar una merma de producción que supera el 20% respecto a una cosecha normal.

Por lo que se refiere a los cítricos, esta anomalía climática ha incentivado problemas de cuajado en algunas zonas, pero todavía no adquieren un alcance preocupante para el sector. Además, por ahora, la incidencia de las plagas está siendo mínima.

AVA-ASAJA ha señalado que las precipitaciones acumuladas durante esta atípica primavera “tienen también efectos positivos, porque mejoran las reservas del agua embalsada y de los acuíferos, permiten ahorrar costes energéticos y de agua al haber menos riegos, y contribuye a incrementar las próximas producciones de cultivos valencianos como viña, almendro, cereales u olivar”.

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La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) ha valorado positivamente la rebaja de módulos decretada por el Ministerio de Hacienda en el sector agrario para la declaración del IRPF del ejercicio 2019 publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE). A juicio de esta organización profesional agraria, resulta destacable, “el hecho de que el Gobierno haya establecido con carácter general una reducción para el sector de los cítricos y los caquis del 0,26 al 0,18, al igual que el año pasado”. A pesar de ello, ha lamentado “la disparidad de criterios empleada a la hora de aplicar esa mejora fiscal porque, habiendo sufrido la misma crisis de rentabilidad –en ambos casos, la peor campaña de la historia en términos de precios– hay términos municipales que ven reducido el módulo a hasta 0,13 mientras que la gran mayoría de poblaciones no se benefician de esa misma cuantía”.

Asimismo, en el caso de las frutas de hueso –melocotón, cereza y albaricoque – “existe una discriminación de localidades sin ninguna justificación clara por motivos de crisis de mercado o adversidades climáticas”. Es más, la reducción de módulos en este cultivo resulta insuficiente “para paliar las graves pérdidas padecidas en la campaña más ruinosa de las últimas tres décadas”. Tampoco entiende la organización agraria “la inclusión de tan solo tres municipios en la rebaja de módulos para el granado, cuando este cultivo está extendido en mucha más superficie valenciana”.

Por ello, AVA-ASAJA reclama al Gobierno central que incluya a todos los términos municipales de la Comunitat Valenciana en las ventajas fiscales máximas que contempla el decreto. Asimismo, la asociación hace hincapié en la necesidad de otorgar un especial tratamiento fiscal a aquellas localidades valencianas que sufrieron con mayor vehemencia los efectos de la DANA durante el pasado otoño. Entre las producciones olvidadas en esta rebaja fiscal cabe destacar las hortalizas y el kiwi –muchos de sus invernaderos fueron dañados precisamente por la DANA y, más tarde, con el temporal Gloria–.

 

Adecuación inadmisible 
Por su parte, Unió de Pagesos (UP) ha afirmado que los ministerios de Agricultura y de Hacienda “se burlan del sector de la fruta dulce”, tras la Orden HAC/329/2020, de 6 de abril, publicada en el BOE. El sindicato ha recordado que “tanto los fuertes calores del verano pasado como la crisis de precios de los melocotones y nectarinas y de la manzana provocaron precios bajos en origen, así como una disminución de los frutos en el campo y en las centrales de confección”.

La adecuación publicada, “solo supone una reducción del 18,91% de los módulos del IRPF en fruta dulce, que pasa del 0,37 al 0,30”, según UP, que ha resaltado que los agricultores de la fruta están inmersos “en una grave crisis de precios desde el 2014 y, muy especialmente, los productores de melocotón y nectarina que, de las últimas seis campañas, solo pudieron cubrir costes de producción la del 2016 y del 2018”.

El sindicato ya había alertado al Ministerio de Agricultura que se debía tener presente la caída de ingresos que ha sufrido el sector, del 66% en fruta de hueso y del 40% en fruta de pepita, respecto al cálculo de los módulos tenidos en cuenta en la situación anterior a la crisis de precios desde el veto ruso, dada la situación de crisis de mercados del 2019 y los fuertes calores del verano. A estos factores hay que sumar “un incremento de costes laborales del 14,11%; el coste de la mano de obra en un 13,59%, a raíz del incremento del Salario Mínimo Interprofesional de 2018 2019 y del coste de la Seguridad Social en un 17,34%, así como un incremento del coste de la energía de más del 15%.

Unió de Pagesos exige a ambos ministerios “una rápida e inmediata actuación para corregir este tratamiento injusto del sector en la Orden HAC/329/2020, ya que de lo contrario conllevará, para las explotaciones de fruta dulce que tributan por módulos, una carga fiscales injusta e ilegal en el IRPF”. El sindicato también considera necesario que “se incremente el 10% los gastos de difícil justificación en la estimación directa agraria”.

También desde la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía se han mostrado decepcionados por la rebaja fiscal del Gobierno central para el sector agrario, una reducción del IRPF que la consejera Carmen Crespo ha calificado de “claramente insuficiente” y que “recrudece la ya difícil situación que atraviesan miles de nuestros agricultores y ganaderos por la crisis sanitaria del coronavirus”.

La consejera andaluza ha lamentado que, finalmente, haya imperado en el Gobierno “los impuestos y no las personas”, ya que el sector agrario se está enfrentando al impacto del coronavirus “después de todo un año 2019 de pérdidas e incertidumbre por la crisis de los precios, la imposición de aranceles, los daños causados por temporales y la competencia desleal de los productos procedentes de terceros países que llegan a nuestros puertos”. Así, por ejemplo, en el caso del olivar y la aceituna de mesa, donde la Junta pedía una reducción del 100% y tan solo se ha concedido el 50%, pese a la complicada situación que atraviesa el sector oleíocola, que ha tenido que recurrir al almacenamiento privado para frenar la caída de precios.

La orden publicada beneficia, a nivel estatal, a agricultores y ganaderos dedicados a los cultivos herbáceos, olivar, cítricos, frutales no cítricos, así como a los productores de ganadería extensiva, vacuno de leche y apicultura.

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Ante el inicio de la recolección de las variedades más tempranas de mandarinas, naranjas y caquis, los productores y operadores comerciales se encuentran inmersos en numerosas negociaciones para cerrar los contratos de compraventa de las cosechas. La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA–ASAJA) ha advertido, en un comunicado, de que muchos comercios de carácter privado «están incluyendo en dichos contratos una serie de cláusulas abusivas, e incluso ilegales, con el objetivo de abonar menos dinero al productor».

La organización agraria ha indicado que «una de las irregularidades más extendidas en dichos documentos es la realización de un ‘escandallo’ o destrío en el almacén, especificando en algunos casos al día siguiente de la recolección». Según testimonios recabados por AVA–ASAJA, «esta selección posterior del comercio suele implicar una pérdida media del 15% de la fruta recolectada, aunque hay ocasiones donde el destrío alcanza el 50%».

La organización agraria ha defendido que este ‘escandallo’ no respeta la ley 3/2013 sobre los contratos y otras relaciones jurídicas agrarias aprobada por Les Corts Valencianes, «puesto que cuando el comprador realiza la recolección de la fruta es el único responsable de que lo recogido y pesado en el campo resulta idóneo para la comercialización y no puede alegar con posterioridad la existencia de ningún porcentaje adicional de separación de fruto en mal estado». Bajo la pretensión de endurecer este destrío, el texto ha mostrado una ambigüedad a la hora de señalar las normas de calidad en las que el comercio va a basarse para determinar las frutas aptas. AVA–ASAJA ha agregado que «únicamente» se suelen concretar requisitos como el calibre mínimo de la fruta: hay operadores de caqui que lo fijan en 70 mm, cuando la Denominación de Origen Kaki Ribera del Xúquer ha venido estipulándolo en 61 mm.

Los agricultores también rechazan un descuento del 3% sobre el precio total de la mayoría de contratos «en concepto de gastos generales y demás». Esta cifra cubre ‘históricamente’ las funciones del corredor y, de acuerdo a la mencionada legislación autonómica, «la persona obligada a su pago es siempre la parte compradora, siendo nulo el pacto en contrario». La inclusión de la modalidad ‘a comercializar’, es decir, sin un precio pactado, «es otra cláusula que la normativa considera nula cuando el agricultor es persona física».

Por todo ello, AVA–ASAJA ha aconsejado a los agricultores no firmar ningún contrato de compraventa sin antes consultar a expertos en esta materia y ha anunciado que trasladará a la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA), organismo dependiente del Ministerio de Agricultura, «todos aquellos documentos facilitados por los asociados que puedan atentar contra el espíritu y las normas de la legislación».

Asimismo, la organización agraria ha recordado a los citricultores que existe un modelo de contrato homologado por la interprofesional Intercitrus que puede servir de referencia. En cuanto al caqui, la asociación ha buscado vías de colaboración con los representantes de las empresas comercializadoras pero, aunque había puntos de encuentro, «no han querido avanzar de cara a consensuar un contrato tipo beneficioso para ambas partes».

Ante la situación generada, el presidente de AVA–ASAJA, Cristóbal Aguado, ha apelado a los productores valencianos «a estar unidos para defender un contrato y un precio dignos. Todos debemos hacer números y si comprobamos que no salimos ganando, pues hay que plantarse y no vender, porque lo que estaremos haciendo es regalar la cosecha a otros y hundir al resto de los agricultores».

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La investigación muestra una disminución drástica en los niveles de plaguicidas detectados en la orina de los agricultores

 

Un consorcio de investigadores de la Comunitat Valenciana ha investigado los efectos que el uso de plaguicidas en la agricultura tiene sobre la salud y el medio ambiente, centrándose en la evaluación de un sistema de riego por goteo en el que estos son aplicados directamente sobre la raíz de las plantas. Los resultados obtenidos en el estudio muestran que el uso de sistemas de irrigación por goteo, en comparación con la pulverización tradicional, disminuye la diseminación de plaguicidas desde el agua de riego al aire y al cuerpo humano.

La investigación ha sido realizada por investigadores del Área de Seguridad Alimentaria de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana (Fisabio) –dependiente de la Consejería de Sanidad Universal y Salud Pública–, que ha liderado el proyecto, junto con la Comunidad de Regantes Canal Júcar Túria Sector II l’Alcúdia y las empresas JAP Energéticas Medioambientales SL y Qualitas.

Vicent Yusà, responsable del Área de Seguridad Alimentaria de la fundación Fisabio, ha manifestado que «hemos encontrado que, aplicando los plaguicidas con el riego por goteo, no se produce el efecto deriva que si se produce cuando se aplican por pulverización».

«También hemos observado una disminución muy importante en los niveles de plaguicidas a los que se exponen los agricultores que administran el tratamiento en los cultivos», ha comentado, Antonio López, investigador del proyecto. Para añadir que «estos niveles han disminuido entre un 35% y un 95% respecto al sistema convencional de aplicación por spray, dependiendo del tipo de plaguicida analizado».

El estudio se ha realizado sobre cultivos de cítricos, frutales de hueso y caquis en la Comunidad de Regantes de l’Alcúdia, que abarca en total una superficie de 813 hectáreas distribuidas entre este municipio, Alzira y Guadassuar. El análisis se ha realizado comparando parcelas donde los plaguicidas se aplicaron por irrigación con el sistema por goteo con otras zonas adyacentes tratadas con el sistema tradicional de pulverización. Durante los 21 meses en los que tuvo lugar la irrigación se analizó la presencia en el aire de más de 70 plaguicidas en ambos tipos de parcelas mediante muestreo en aire con captadores de alto volumen.

Asimismo, se tomaron más de 100 muestras de orina de agricultores para analizar los niveles de más de 10 metabolitos (sustancias producidas por el organismo al degradar un plaguicida).

«En la orina de los agricultores que han utilizado el riego por goteo, observamos un nivel 25 veces inferior del metabolito indicador de la presencia del plaguicida metil-clorpirifos, una sustancia que tiene potenciales efectos sobre la función de la tiroides», ha explicado Olga Pardo, investigadora del Área de Seguridad Alimentaria de Fisabio y experta en el análisis químico y la evaluación del riesgo de contaminantes del entorno, quien ha supervisado la realización y análisis de las muestras.

Pardo ha comentado al respecto que «también observamos una disminución de 5 veces del metabolito del plaguicida imidacloprid, una sustancia moderadamente tóxica catalogada como probable carcinógeno, y una disminución de 8 veces del metabolito del plaguicida pendimetalina, un compuesto que aumenta el riesgo de padecer cáncer de páncreas». Todas estas sustancias están autorizadas actualmente y sus efectos se están investigando en los últimos años para adecuar las recomendaciones y regulación sobre su utilización.

Una parte de los resultados obtenidos ya han sido publicados en dos artículos de investigación en las revistas científicas Talanta (con el título ‘Evaluation of sampling adsorbents and validation of a LC–HRMS method for determination of 28 airborne pesticides’) e International Journal of Environmental Analytical Chemistry (bajo el título ‘Selection of sampling adsorbents and optimisation and validation of a GC–MS/MS method for airborne pesticides’).

El estudio se ha efectuado entre 2015 y 2018 y se ha financiado con 784.325 euros por la Unión Europea (UE) en el proyecto IRRILIFE ('Environmentally efficient use of pesticides by localized irrigation systems'), cuya finalidad era reducir el uso de plaguicidas en la agricultura y minimizar el impacto de los mismos en la atmósfera a través de la puesta en práctica de una nueva metodología de aplicación menos contaminante, más respetuosa con el medio ambiente y, al mismo tiempo, más eficaz.Un consorcio de investigadores de la Comunitat Valenciana ha investigado los efectos que el uso de plaguicidas en la agricultura tiene sobre la salud y el medio ambiente, centrándose en la evaluación de un sistema de riego por goteo en el que estos son aplicados directamente sobre la raíz de las plantas. Los resultados obtenidos en el estudio muestran que el uso de sistemas de irrigación por goteo, en comparación con la pulverización tradicional, disminuye la diseminación de plaguicidas desde el agua de riego al aire y al cuerpo humano.

 

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Las carencias y debilidades que presenta el sistema de control fitosanitario de la Unión Europea (UE) han vuelto a quedar reflejadas en el trascurso de la VI Jornada técnica de la Asociación de Operadores de Variedades Vegetales (ASOVAV). El jefe de la sección de Certificación Vegetal de la conselleria de Agricultura, Carles Escrivà, reveló que la legislación actual en dicha materia no incluye requisitos específicos de vigilancia para la importación de material vegetal de dos cultivos tan relevantes como el caqui y el granado, un hecho que multiplica el riesgo de entrada de nuevas plagas y enfermedades.

En cambio, ambos productos, para entrar en territorio europeo, sí deben llevar incorporado el denominado pasaporte fitosanitario, mientras que la norma vigente no contempla ninguna otra exigencia documental en la que se certifique que el material importado está libre de determinadas afecciones, algo que sí sucede con el material vegetal de otras muchas producciones que llegan a los puertos comunitarios. El asunto resulta tanto más inquietante cuanto que el caqui y el granado son dos cultivos emergentes en la Comunitat Valenciana y, por tanto, la hipotética entrada de cualquier nueva plaga supondría un grave perjuicio.

Pero este no es el único caso que refleja las deficiencias de la UE en una materia tan sensible como la sanidad vegetal. A la hora importar semillas de productos hortícolas, las disposiciones de Bruselas sólo aplican criterios rigurosos de control para las de tres productos: tomate, cebolla y judía, pero no para el resto. Escrivá recordó que se encuentra en fase de debate la nueva directiva que tiene que regular estas cuestiones y que sería de todo punto aconsejable que España mantuviese una posición firme en las negociaciones a la hora de exigir una reglamentación más contundente y efectiva, puesto que es mucho lo que hay en juego.

La introducción de nuevas enfermedades entraña un peligro de extraordinaria gravedad y constituye una evidencia ampliamente documentada. En este mismo acto, el vicepresidente de ASOVAV, Vicente Pascual, hizo referencia a la devastadora incidencia en el mundo de la enfermedad del ‘greening’ de los cítricos, que no está actualmente presente en Europa. Al respecto señaló que «en diez años, Brasil ha perdido el 30% de su citricultura por el ataque de esta bacteria, mientras que en Florida han pasado de producir 150 millones de cajas de cítricos –de 40 kilos cada una– a solo 50 millones por el mismo motivo».

Coincidiendo con esta jornada, ASOVAV celebró su asamblea general durante la que se acordó la renovación de cargos en el comité ejecutivo de la entidad, entre ellos el de la presidencia, que ha recaído en Celestino Recatalá. El anterior presidente, Rafael Grau, de quién se destacó la magnífica labor que ha llevado a cabo durante los últimos años, seguirá estrechamente vinculado a la organización como tesorero y especialista en nuevas variedades vegetales. Al comité ejecutivo se han incorporado Yasmina Oñate y Marcos Caballero.

www.asovav.com

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El sector del caqui sigue reclamando la apertura de nuevos mercados para que este cultivo pueda seguir desarrollándose con rentabilidad. En este sentido, desde la Asociación Española del Caqui tienen claro que hay que traspasar las fronteras de la Unión Europea y llevan tiempo demandando al Ministerio de Agricultura que inicie los trámites pertinentes para firmar protocolos con países que ofrecen posibilidades para la exportación. Y un año más, este fue uno de los temas abordados durante la Asamblea General Extraordinaria celebrada recientemente por la entidad en Alginet.

A falta de evaluar los daños provocados por las heladas de marzo, que afectaron a los árboles que se encontraba en brotación, desde la Asociación Española del Caqui prevén para la próxima campaña una cosecha de buena calidad y un volumen aproximado de 400 millones de kilos. Pascual Prats, elegido presidente de la entidad tras el inesperado fallecimiento de Vicente Masiá, señala que «todavía es pronto para realizar un balance de pérdidas. En determinadas zonas se observan daños importantes, pero todavía no se pueden adelantar cifras con fiabilidad. No obstante, en el conjunto de la cosecha no creemos que se supere una afectación del 20%».

Durante la Asamblea se constató que, debido al exceso de oferta, en determinados momentos de la campaña la presión de los mayoristas y las cadenas de distribución están provocando en los últimos años un descenso de los precios. «De hecho, en la pasada temporada, las heladas de diciembre afectaron de forma positiva a la comercialización. El frío destruyó parte de la producción cuando los mercados se encontraban saturados. Los precios se movían en esos momentos entre 18 y 20 céntimos por kilo y a partir de las heladas subieron las cotizaciones. Y los productores afectados también pudieron cobrar del seguro. En definitiva, las heladas fueron un mal menor», afirma Pascual Prats.

En este contexto de sobreproducción y pérdida de rentabilidad, la expansión del caqui se ha parado. «Las plantaciones se han frenado y este año no se va a plantar nada más. Al revés, lentamente se comienzan a arrancar parcelas de frutales. Esto viene provocado porque en estos momentos hay demasiada producción y los precios han ido descendiendo en los últimos años. Por ello reclamamos la apertura de nuevos destinos para la comercialización, para lograr desatascar el mercado comunitario y mantener la rentabilidad y el desarrollo de este cultivo», concluye el presidente de la Asociación Española del Caqui.

 

Colaboración con Decco
La Asociación Española del Caqui y Decco Ibérica han emprendido una relación de colaboración en materia de fungicidas para la postcosecha. Se trata de alargar la vida útil de la fruta y alcanzar mercados más lejanos. Pero para llegar a estos destinos se necesitan ‘armas’ y nuevas tecnologías que permitan afrontar con garantías los largos desplazamientos que debe soportar la fruta.

Durante la Asamblea, Decco presentó los resultados que ofrece Deccopyr POT, el primer fungicida postcosecha autorizado para caqui para el control de Alternaria alternata a las dosis registradas y bajo las mismas condiciones de uso establecidas en todos los cultivos registrados. De esta forma, este producto se convierte en un aliado estratégico imprescindible para todos aquellos productores y comercializadores que pretenden alargar la vida comercial de una fruta que, hasta la fecha, no contaba con ninguna solución eficaz disponible.

El sector del caqui venía demandando alguna solución para la mancha negra del caqui (‘Alternaria black spot’, ABS) causada por Alternaria alternata. Este hongo es el culpable de que, campaña tras campaña, se incrementen las mermas en un sector, que intenta tanto alargar la conservación como mejorar su presentación en mercados de exportación cada vez más lejanos.

El producto ha sido ensayado tanto en laboratorio, mediante inoculación, como en condiciones comerciales de almacén en las variedades de caquis ‘Rojo Brillante’ (Valencia) y ‘Sharon’ (Huelva), demostrando en todos los casos un óptimo control. Además, Deccopyr POT también muestra eficacia contra otros agentes de importancia secundaria en caqui como son Botrytis, Penicillium y Colletotrichum.

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El último temporal de frío y viento, que ha sacudido a la Comunitat Valenciana (y también otras zonas de la península ibérica,) ha ocasionado graves pérdidas en el campo valenciano debido al brusco descenso de las temperaturas registrado. Las comarcas más afectadas por estas nuevas heladas son la Vall d’Albaida, la Costera y la Ribera Alta.

La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA–ASAJA) ha calculado en una primera estimación que la superficie total castigada por el frío podría abarcar unas 7.500 hectáreas de cultivo, mientras que las pérdidas económicas difícilmente bajarán de los 35 millones de euros.

Por lo que se refiere a los cultivos, los frutales de hueso (albaricoque, melocotón, nectarina, paraguayo, etc.), principalmente, pero también el caqui y las variedades más tempranas de cítricos y almendros, son los que se han llevado la peor parte. Los niveles de afección han llegado en algunos casos al 100% de la cosecha en determinadas zonas, si bien el grado medio de los mismos oscilaría entre un 40 y un 70% de la producción de la próxima temporada.

El presidente de AVA–ASAJA, Cristóbal Aguado, ha lamentado que «el frío haya llegado en un momento especialmente delicado porque, después de un invierno bastante cálido y seco, muchos frutos ya se encontraban en un estado avanzado de floración e incluso ya habían empezado las labores de aclareo. Para muchos agricultores la campaña ya se ha terminado y eso repercutirá muy negativamente en el empleo y la economía de muchos pueblos que tienen en la agricultura su principal fuente de riqueza».

La organización agraria ha señalado que testimonios recogidos en la Vall d’Albaida hablan de ‘heladas negras’, caracterizadas por un frío seco y con bajo nivel de humedad en el ambiente, cuyos efectos en la agricultura resultan muy nocivos puesto que impiden la formación de una capa de hielo sobre la fruta y favorecen así que el frío incida directamente en la estructura molecular, destruyendo el tejido interno y aportando un color oscuro, tirando a negro, que precede a su muerte. Algunas localidades que registran campos de frutales totalmente arrasados son la Pobla del Duc, Castelló de Rugat, Quatretonda, Llutxent y Salem.

En la Ribera Alta estas heladas se suman a las acontecidas a finales de febrero, que afectaron a unas 500 hectáreas según datos de Agroseguro, de manera que vienen a agravar las importantes mermas de producción que ya se esperaban en frutales de hueso de Turís, Catadau, Alfarp, Llombai, Carlet o Benimodo, entre otros municipios de la zona. Además, cabe destacar la incidencia del frío sobre los brotes del caqui en términos que son grandes productores de este cultivo, como L’Alcúdia, Carcaixent, Guadassuar o el ya mencionado Carlet. Aunque todavía es pronto para concretar el alcance de los daños, las primeras estimaciones de AVA–ASAJA apuntan a que la cosecha de caqui valenciano podría ser en torno al 10% inferior a la de la temporada pasada.

La Costera también tiene explotaciones frutícolas total o parcialmente arrasadas y en los próximos días se podrán comprobar posibles perjuicios tanto en caqui como en cítricos y almendros. Otras comarcas perjudicadas por el último episodio de frío son l’Horta Sud, la Hoya de Buñol y Utiel–Requena, donde según AVA–ASAJA se prevé que las variedades tempranas de almendra van a sufrir una brusca caída de flores debido a las temperaturas extraordinariamente bajas.

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Abierta la convocatoria de concurso de selección de las agencias de promoción

 

Plátano de Canarias, Cereza del Jerte y Kaki Ribera del Xúquer se han unido con el fin de poner en marcha un programa de promoción de las Marcas de Calidad de productos agrícolas de la Unión Europea.

Los tres Consejos Reguladores se han puesto de acuerdo para trabajar de forma coordinada y preparar un programa conjunto de promoción de cara a la convocatoria actualmente abierta por parte de la Unión Europea con el objetivo de poner en marcha las acciones previstas a partir del próximo año 2019.

Se trata de un programa cofinanciado por la Unión Europea para la información y promoción de productos agrícolas en el mercado interior y en terceros países según lo estipulado en el Reglamento (UE) 1144/2014 del Parlamento Europeo y del Consejo.

Para la definición y ejecución de estos programas de información y promoción, los Consejos Reguladores de las D.O.P. Cereza del Jerte, D.O.P. Kaki Ribera del Xúquer e I.G.P. Plátano de Canarias han abierto una convocatoria para la búsqueda de una agencia de promoción que trabajará en el desarrollo y ejecución de las actividades de promoción que se incorporen a los programas.

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