Planas apuesta por la economía circular en los fertilizantes en el I Encuentro ‘Renowagro’

El ministerio trabaja en la elaboración de una hoja de ruta de los fertilizantes con medidas que tienen como objetivo asegurar el abastecimiento y reducir la dependencia energética en su fabricación

 

El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha apostado por el desarrollo de los fertilizantes orgánicos y encontrar una segunda vida a residuos de la industria alimentaria, como lodos de depuración, estiércoles y purines. En este caso, según el ministro, «la economía circular permite hallar fuentes alternativas de abastecimiento al tiempo que se reduce la dependencia del gas y la huella de carbono del sector de los fertilizantes».

Asimismo, «tenemos que convertir en una oportunidad la transformación de residuos», sobre todo, en el contexto actual en el que los precios de los fertilizantes nitrogenados en la Unión Europea (UE) han subido un 149 % en un año, ha manifestado Planas en la inauguración del I Encuentro Internacional ‘Renowagro’–Recursos orgánicos para la sostenibilidad del sector agroalimentario–, celebrado recientemente en Zaragoza, organizado por el grupo Térvalis.

Rusia, tras la invasión de Ucrania, utiliza los recursos energéticos y las materias primas como arma de guerra que está provocando un incremento de los costes de producción de fertilizantes como consecuencia, sobre todo, del alza de los precios del gas. Los fertilizantes «son además uno de los principales insumos, necesarios, de la agricultura y, en el caso de los nitrogenados de síntesis, que dependen del gas, su precio se ha disparado».

Para asegurar tanto la disponibilidad de esta materia prima, así como su asequibilidad, la Comisión Europea ha presentado una comunicación «en la que se plantean medidas de apoyo financiero, como la posibilidad de hacer uso de la reserva de crisis, mejorar la transparencia del mercado y medidas para optimizar el uso de fertilizantes». Igualmente, «se plantean medidas para evitar restricciones en el comercio internacional de los fertilizantes y optimizar el uso de los fertilizantes con prácticas agrícolas sostenibles».

Por todo ello, la actual crisis ha llevado a centrar más las acciones de los gobiernos a la parte productiva para asegurar el abastecimiento de alimentos a precios razonables, pero esta coyuntura no debe hacer que se pierdan de vista los objetivos ambientales, entre ellos la protección de los suelos agrícolas, ha advertido el ministro, que ha señalado que «un suelo sano es más productivo y supone un menor coste, tanto económico como ambiental».

Planas ha subrayado en su intervención que para aprovechar los subproductos en todo su potencial «se requiere conocimiento, investigación y tecnología, que permitirán además convertir lo que hoy es un problema en oportunidad». Para que esos procesos sean eficientes, viables y se garantice la seguridad alimentaria, se requiere innovación, inversiones y asesoramiento para aplicar las mejores técnicas, ha asegurado el titular de Agricultura.

En línea con la visión europea marcada en la reciente comunicación de la Comisión, Planas ha explicado que el ministerio trabaja en la elaboración de una hoja de ruta de los fertilizantes que se presentará antes de final de año y que recogerá medidas que tienen dos objetivos primordiales, asegurar el abastecimiento de estos productos a corto y medio plazo, y reducir la dependencia energética y de materias primas en su fabricación.  La disponibilidad de fertilizantes en cantidad suficiente y a precio razonable es un asunto que afecta a todos y que requiere una respuesta urgente y decidida a escala europea, ha concluido el ministro.

El director de I+D+i de Fertinagro Biotech, Sergio Atarés, ha comentado que «en EE. UU. se tardaron 60 años en sustituir los mulos por tractores», que ha recordado que los retos que tiene que afrontar la agroalimentación tienen como plazo 2030, fecha para la que se habrá tenido que descarbonizar el 55 % de la producción y reducir un 30 % el uso de nitratos.

«Las soluciones están, lo que hay que ganar es escala y aplicarlas en el territorio», ha añadido.

Por su parte, Aragón consciente de su relevancia agro-ganadera, así como de su carácter estratégico agroalimentario, quiere asumir el liderazgo que exige impulsar la urgente y profunda revisión del modelo vigente de producción de nutrientes y su aplicación al suelo y a los cultivos, una vez constatada la insostenibilidad socioeconómica y ambiental de los modelos vigentes. El presidente de Aragón, Javier Lambán, considera la necesidad de «rematar» su tarea de pedagogía, introduciendo en el mundo agrario nuevas fórmulas de entendimiento, «haciéndoles ver que son complementarios y sus propósitos, ajustables en beneficio propio».

‘Renowagro’ ha nacido con el objetivo de «exponer por parte de todos los agentes implicados en el sector agroalimentario los retos y oportunidades al que se enfrenta este sector en el marco de la era de la sostenibilidad, y como la visión de la bioeconomía circular en la gestión de los recursos orgánicos puede permitir conseguir una mayor rentabilidad económica, ambiental y social para el sector y la economía en general».

Dentro del amplio panel de especialistas, que han participado han aportado su visión sobre la sostenibilidad en el sector agroalimentario, Roberto García, director de Desarrollo Sostenible de Cajamar, y Manuel Láinez, director de la consultoría estratégica Láinez Biotrends y colaborador de Cajamar. Ambos participaron en un coloquio titulado ‘Bioeconomía circular: una contribución a la sostenibilidad’, junto a Gregorio Antolín Giraldo, director de División Agroalimentación y Procesos Sostenibles del centro tecnológico CARTIF – Valladolid.

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