Cítricos

Laiguant Prime es un bioestimulante exclusivo de LAINCO, S.A. que reduce la caída fisiológica de los frutos en el cultivo de cítricos. Según ha explicado la compañía en un comunicado, se trata de una formulación 100% natural, a base de extractos de algas y aminoácidos, aplicada en momentos específicos de desarrollo del cultivo, que logra aumentar el amarre del fruto, manteniéndolo en el árbol por más tiempo.

Laiguant Prime es, además, un producto con Residuo cero, y sin plazo de seguridad, cuya aplicación permite reducir el uso de otras sustancias activas fitosanitarias, siendo apto tanto para agricultura convencional como ecológica.

Esta nueva propuesta en el catálogo de BIOsoluciones de LAINCO es una muestra de la gran apuesta realizada por la empresa en los últimos años, «para adaptarse a la creciente demanda, por parte del mercado, de este tipo de soluciones».

www.lainco.es

Leer más

La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA–ASAJA) ha informado que la gota fría del 5 de noviembre ha causado daños de gravedad en una superficie superior a las 800 hectáreas de cultivo, provocando más de 62 millones de euros en pérdidas de cosechas, sobrecostes de tratamientos para salvar el arbolado y reparaciones de las infraestructuras agrarias dañadas. De todas formas, los daños reales se podrán observar en unos quince días por lo que no se descarta que estos aumenten hasta los 80 millones de euros.

Los daños cuantificados solo en mermas de cosecha ascienden a 42 millones de euros, principalmente en La Ribera, L’Horta Sud, La Safor y La Marina. Los cítricos son el cultivo más afectado, con unas 15.000 hectáreas damnificadas y 20 millones de fruta que no llegará a los mercados, mientras que el caqui, que también se encuentra en plena campaña de recolección, tiene 4.000 hectáreas gravemente perjudicadas y sus pérdidas rondan los 12 millones.

Al desperdicio de estas producciones, la organización agraria ha agregado 5 millones que los productores afrontarán en concepto de tratamientos fungicidas y revitalizadores con el objeto de salvar la próxima campaña e incluso la vida del arbolado. Además, advierte del riesgo que corren cientos de parcelas, sobre todo de cítricos y caquis, porque si se mantienen anegados varios días pueden producirse problemas irreversibles de asfixia radicular.

En el apartado de infraestructuras agrarias, las estimaciones de AVA–ASAJA cifran en 15 millones los sobrecostes del sector agropecuario valenciano a la hora de reparar caminos, canalizaciones, márgenes, invernaderos, casetas y almacenes, instalaciones de riego, etc.

Por todo ello, la organización reclama a Agroseguro que agilice las peritaciones de los campos afectados y el pago de las correspondientes indemnizaciones porque muchos agricultores están descapitalizados para acometer las actuaciones necesarias sobre los cultivos y las infraestructuras de sus explotaciones.

Al mismo tiempo, AVA–ASAJA exige a la Conselleria de Agricultura de la Generalitat Valenciana que se implique con la puesta en marcha de una línea especial de ayudas que permita a los productores de estas zonas más castigadas paliar parte de las pérdidas de cosechas, los sobrecostes por tratamientos, la reposición de arbolado, en su caso, y las reparaciones de las infraestructuras. Por lo que respecta al Ministerio de Agricultura también solicita medidas fiscales como la reducción del IBI Rústica, la condonación de las cuotas de la Seguridad Social y el módulo cero en la próxima declaración de la renta.

AVA–ASAJA ha aclarado que las lluvias han tenido consecuencias favorables en otras áreas agrarias, al recargar los acuíferos tras unos meses de sequía, limpiar los árboles y mejorar la calidad de los frutos. La reducción del volumen de determinadas variedades de cítricos y de caquis, debido al temporal, puede tener repercusiones comerciales que se traduzcan en una escasez de oferta y en un repunte de las cotizaciones en origen. 

Leer más

Opinión Francisco Seva Rivadulla

Siempre he defendido, a lo largo de mi trayectoria profesional, el gran valor que aporta la vertebración del sector de los cítricos, que, sin duda, es clave para nuestra economía agroalimentaria. En este sentido, soy un defensor a ultranza de la interprofesional citrícola española INTERCITRUS, una entidad que a mi juicio es fundamental y esencial para el desarrollo del sector citrícola, y que ha jugado un papel fundamental para el sector de los cítricos españoles.

El nombramiento de Ramón Espinosa, secretario técnico de Jóvenes Agricultores–ASAJA Alicante como nuevo presidente de esta institución es una gran noticia, pues es un profesional con una ejemplar trayectoria en la defensa de los productores de cítricos y, además, se caracteriza por ser una persona con una gran ética y honradez, cualidades que hoy no son tan fáciles de encontrar en las personas. No me cabe ninguna duda, que se avecinan nuevos tiempos para esta entidad, y con el liderazgo de Ramón Espinosa, se convertirá en una extraordinaria interprofesional, así como desempeñará una función enormemente constructiva para el mundo de la naranja y mandarina española.

El principal reto al que se enfrenta esta organización interprofesional es conseguir un consenso de todos sus miembros, para formar un equipo humano de profesionales, que trabajen y pongan en marcha a corto plazo una campaña de promoción para la naranja y mandarina, que tengan una dimensión internacional, como las que se realizaron en antaño, que tanto éxito tuvieron.

Es un hecho, que el mundo de la naranja y mandarina española necesita una interprofesional sólida y unida, pues la unidad y cohesión son dos cualidades que caracterizarán a esta nueva etapa, en la que será fundamental el entendimiento para desarrollar un marco de dialogo que contribuya a construir una gran interprofesional.

Sé que el sector de la naranja y mandarina conoce de la extraordinaria labor que desempeñó en un pasado esta organización interprofesional, y ahora más que nunca, es fundamental y de máxima prioridad, que esta entidad vaya creciendo e impulse la promoción de estos dos cítricos, y para eso, será necesario que todo el sector se ponga de acuerdo. Y estoy convencido de que así será, pues todo el sector se merece tener una interprofesional fuerte y dinámica, e INTERCITRUS tiene que ser una de las grandes interprofesionales agroalimentarias en nuestro país.

Leer más

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La tormenta de pedrisco que descargó el pasado viernes sobre la comarca de La Ribera Alta provocó pérdidas superiores a los cuatro millones de euros en una superficie de 2.000 hectáreas de cultivos, principalmente caquis y cítricos, según las primeras estimaciones efectuadas por la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA–ASAJA).

La piedra causó devastadores daños, con una afección media del 50% y en los peores casos hasta el 100% de la cosecha, en plena campaña de recolección de caquis y variedades tempranas de mandarinas y naranjas. Tanto es así que, según testimonios asociados de AVA–ASAJA, la intensa tormenta destrozó campos enteros que iban a ser recogidos a partir de ese día, es decir, algunos agricultores no han llegado a recolectar nada por solo tres días.

La franja afectada fue estrecha, de apenas un kilómetro de ancho, pero larga ya que incluyó numerosos términos municipales de La Ribera Alta tales como Benimodo, L’Alcúdia, Massalavés, Guadassuar, Alzira, Benimuslem, Alberic y Carcaixent, entre otros.

AVA–ASAJA subraya que muchos agricultores han perdido buena parte o incluso la totalidad de la producción en una temporada donde, tanto en el caqui como en los cítricos, los precios en origen son razonables debido al equilibrio entre la oferta existente y la demanda empujada por el Covid–19.

En el caso del caqui, la piedra se convierte en la gota que colma el vaso porque viene a agravar la drástica disminución de cosecha tras los efectos de la anomalía climática en primavera y la incidencia sin precedentes de las plagas y enfermedades (cotonets, moscas blancas y necrosis foliar) que se sitúa en el 50% del aforo potencial del cultivo. A las parcelas que alcanzan un 100% de afección, cabe sumar muchas otras con niveles de daños del 70 u 80% donde tampoco entrarán los collidors porque los costes de mano de obra no permiten compensar los ingresos previstos.

La organización agraria solicita a Agroseguro que agilicen las peritaciones para abonar las indemnizaciones oportunas, mientras que a las administraciones les reclama la puesta en marcha de medidas fiscales para paliar las pérdidas de los agricultores afectados, entre ellas una contundente rebaja de módulos de cara a la próxima declaración de la renta.

Leer más

Las organizaciones agrarias ASAJA Murcia, ASAJA Alicante–Jóvenes Agricultores y la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA–ASAJA) han calificado como de «muy perjudicial» a la Asociación Mundial de los Cítricos que «arruina y empobrece» a los citricultores de toda la geografía española, pues «es intolerable realizar acuerdos con países que actúan de manera desleal y cometiendo ‘dumping social’ en contra de los intereses de nuestro sector».

El Secretario General de ASAJA Murcia, Alfonso Gálvez Caravaca, ha dicho que «esta alianza internacional pone en peligro la rentabilidad de nuestras producciones de cítricos, ya que no se pueden llevar a cabo acuerdos con nuestros competidores como son Sudáfrica, Egipto o Marruecos, que están compitiendo de manera desleal ante la pasividad de la Unión Europea».

Juan de Dios Hernández, miembro de la Junta Directiva de ASAJA Murcia, ha subrayado que «estos países quieren condenarnos a la ruina absoluta, así como desplazarnos de los principales mercados internacionales, por lo que entendemos que este tipo de alianzas son una grave amenaza para el conjunto de nuestro sector».

En esta línea, el presidente de ASAJA Alicante–Jóvenes Agricultores, Eladio Aniorte Aparicio, ha señalado que «no nos fiamos de los intereses que hay detrás de esta Asociación Mundial de los Cítricos, que además se ha constituido con oscurantismo y de espaldas a nuestro sector, y con un conjunto de países que son una gran amenaza comercial y fitosanitaria para los productores de cítricos de toda la geografía española». Aniorte ha indicado que «no se pueden establecer acuerdos con países que solamente quieren acabar con nuestra hegemonía comercial, y arruinar a nuestros productores, y esto no lo vamos a consentir». Al mismo tiempo, «no entendemos el interés de la Interprofesional del Limón y Pomelo –AILIMPO– en formar parte de estas alianzas con países como Sudáfrica que mienten permanentemente y utilizan artimañas de todo tipo para introducir sus producciones en la UE, saltándose todos los protocolos fitosanitarios, como no realizar el tratamiento en frío para evitar la plaga de la Polilla».

En este sentido, ASAJA Alicante reclama a la interprofesional AILIMPO «una mayor transparencia e implicación con los agricultores, pues en ningún momento se ha explicado las ventajas y desventajas de pertenecer a la Asociación Mundial de los Cítricos».

Por su parte, el presidente de AVA–ASAJA, Cristóbal Aguado, ha manifestado que «es inadmisible la actitud de la Unión Europea, con la complicidad del Gobierno español, a la hora de evitar la entrada de plagas y enfermedades de cuarentena que, de introducirse en Europa, ocasionarían pérdidas millonarias a nuestra citricultura. La Asociación Mundial de los Cítricos debería haber contado con un mayor consenso de la citricultura española».

Las tres asociaciones han coincidido en que es fundamental que desde la Unión Europea se ponga en marcha «un Plan Europeo de Control Fitosanitario», que sea más contundente y efectivo, para evitar la entrada de plagas y enfermedades que «pueden llegar a exterminar a nuestra producción citrícola».

Leer más

El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) ha comunicado al sector citrícola que se espera una cosecha de 6,93 millones de toneladas, según el aforo realizado con información suministrada por las comunidades autónomas. La directora general de Producciones y Mercados Agrarios, Esperanza Orellana, ha presidido la reunión convocada por el MAPA y mantenida por videoconferencia en la que se ha facilitado este dato, cifra que está un 12% por encima de la cosecha pasada, que fue muy corta, y un 5% superior a la media. Respecto a la media de los últimos años, se esperan descensos del 1% para la naranja y del 3% para el pomelo y ascensos del 12% para pequeños cítricos y del 8% para el limón.

La difusión entre el sector de un aforo homogeneizado en los primeros compases de cada campaña es uno de los compromisos que el ministerio adquirió dentro del plan de medidas para el sector citrícola adoptado en abril de 2019. Asimismo, el MAPA ha informado al sector del desarrollo de otros compromisos en materia de transparencia y mejora de la información de mercado entre los que destacan los trabajos para la caracterización atendiendo a las variedades y el desarrollo de un modelo predictivo de producción. Una vez concluidos, estos trabajos constituirán valiosos instrumentos para la toma de decisiones.

Además, en la reunión se ha hecho balance de la campaña 2019/20 recién concluida, para la que las últimas estimaciones han situado finalmente la producción en 6,2 millones de toneladas, un 18% por debajo de la 2018/19 (que fue récord) y un 9% por debajo de la media de las cinco precedentes.

El MAPA ha indicado que «el comercio ha mostrado un gran dinamismo, sobre todo a partir del inicio de la pandemia, al ser los cítricos una fruta de fácil conservación y durabilidad, además de aportar cualidades muy saludables. Así, el consumo doméstico, con datos hasta mayo, ha registrado un incremento acumulado en volumen para todos los cítricos del 5,1%, que se eleva al 17% en valor. Significativo ha sido el aumento del consumo de limón, el cual ha crecido un 11,2% en el acumulado anual».

Por lo que se refiere a las exportaciones españolas en el primer tramo de la campaña (septiembre/marzo), estas se han mantenido en niveles ligeramente inferiores al de la anterior (–3,4%) y al de los años medios (–3,7), habiéndose incrementado en valor en un 19% respecto a la pasada debido al aumento de los importes unitarios.

A pesar del descenso productivo, del notable crecimiento del consumo nacional y de las dificultades logísticas derivadas de los requisitos sanitarios impuestos por la Covid–19, España ha suministrado cantidades muy importantes de cítricos a la Unión Europea (UE), como lo demuestra el casi medio millón de toneladas exportado en el mes de marzo, que constituye un récord  para dicho mes. A pesar de ello, las exportaciones a países terceros se han reducido notablemente ante la creciente demanda experimentada por el principal mercado, la UE.

En este contexto de mercado, los precios percibidos por los agricultores han sido superiores a los de campañas anteriores, habiéndose producido incrementos significativos sobre todo en las primeras semanas de la pandemia. En el caso de la naranja, por ejemplo, el precio medio de campaña en campo se ha más que doblado respecto a 2018/19, situándose un 40% por encima del medio de las cinco campañas precedentes. Durante el mes de mayo las cotizaciones triplicaron el valor de ejercicios anteriores. Asimismo, la cotización media registrada a salida de central de acondicionamiento ha tenido un comportamiento similar.

 
Leer más

Cooperativas Agro–alimentarias de España, el Comité de Gestión de Cítricos, UPA, AVA–ASAJA, Fepac–ASAJA, ASAJA Alicante, LA UNIÓ de Llauradors i Ramaders y CCPV–COAG han acusado a la Asociación de Productores de Cítricos de Sudáfrica de mentir sobre el riesgo fitosanitario que entrañan sus exportaciones con destino a la Unión Europea (UE).

En concreto, el sector citrícola español considera «absolutamente falsas» las recientes declaraciones de Deon Joubert, enviado de la asociación sudafricana en la Unjión Europea (UE), en las que afirma que la plaga de la falsa polilla o Thaumatotibia leucotreta, una plaga de cuarentena aún no presente en la citricultura europea, «sólo afecta a las naranjas Navels y Valencia, no a las mandarinas ni a los pomelos».

Las entidades citrícolas españolas han expuesto, en un comunicado, «argumentos incontestables» para demostrar la falsedad de esta valoración son, por un lado, «la inclusión en el Plan de Contingencia de esta plaga de las especies de mandarinas y sus híbridos y de pomelos como hospedantes de la falsa polilla y, por otro lado, la detección de esta plaga en cargamentos de mandarinas y pomelos originarios de Sudáfrica durante inspecciones efectuadas en puertos de entrada europeos durante los últimos años».

Por su parte, Deon Joubert ha señalado que las medidas que los exportadores sudafricanos van a implementar «salen bien el 99,5% del tiempo». Según datos oficiales, eso supone que entre enero y junio de este año «han entrado a la UE cerca de 1.000 toneladas de cargamentos contaminados procedentes de Sudáfrica. Si tomamos como referencia el inicio de la campaña, desde septiembre de 2019 el volumen aumentaría hasta las 2.750 toneladas. Cifras que son inaceptables», ya que como ha reiterado el sector, «a las exportaciones europeas no se nos permite ese margen de error del 0,5%. Además, se habla de cifras de detecciones, con lo que las cantidades reales pueden ser todavía mayores».

‘Mentiras infundadas e interesadas’

Los dirigentes del sector citrícola de nuestro país han subrayado que «Sudáfrica vuelve a lanzar mentiras infundadas e interesadas en materia de sanidad vegetal con el objetivo de evitar la obligatoriedad de establecer un tratamiento de frío permanente y totalmente eficaz para evitar la presencia de falsa polilla en sus envíos citrícolas a la UE. Tenemos el precedente de la mancha negra, otra plaga de cuarentena que Sudáfrica aseguró que no podía aclimatarse a la citricultura mediterránea y que desde el año pasado se ha detectado en miles de ha citrícolas de Túnez». El miedo está fundamentado en la evidencia de que «existen ejemplos de plagas detectadas en la citricultura española, cuyo origen ha quedado constatado en el país africano».

Al mismo tiempo, el sector ha reprochado a la Comisión Europea y a otras organizaciones vinculadas a la citricultura comunitaria de «ser cómplices del lobby sudafricano y de sus artimañas para eludir unos controles fitosanitarios que garanticen la máxima sanidad vegetal de los cítricos foráneos y minimicen la amenaza que entraña la entrada de estas nuevas plagas». El procedimiento actual, según el cual los exportadores –parte interesada– deciden cuándo dejan de enviar mercancía a la UE por darse un riesgo fitosanitario «es inaceptable». La Administración comunitaria «debe ser quien decida cómo, cuándo y bajo qué criterios se cierra su frontera para evitar la entrada de cítricos potencialmente contaminados».

Por último, el sector citrícola español ha pedido al Ministerio de Agricultura que, en coherencia con las conclusiones de su programa fitosanitario, «insista en su demanda a la Comisión Europea para que exija el tratamiento de frío a todas las importaciones de terceros países de todas las variedades de cítricos que pueden ser hospedantes de la falsa polilla».

Leer más

El 24 de julio, Airbus anunció que renunciaba a las ayudas que fueron declaradas por la Organización Mundial del Comercio (OMC) ilegales. Según confirmó poco después la Comisión Europea (CE), los Gobiernos de España, Francia y Alemania acordaron entonces con el fabricante aeronáutico europeo modificar los términos de los créditos reembolsables concedidos a la firma, con el fin de reflejar las condiciones del mercado y tratar de zanjar la disputa comercial con EE. UU. y con la compañía de aquel país, Boeing. Aquella crisis derivó en la imposición, a partir de octubre de 2019 y como medida de retorsión habilitada por el organismo internacional, de aranceles a un importante listado de productos agroalimentarios procedentes de estos países, así como del Reino Unido (que también forma parte del consorcio). Las tasas aplicadas desde entonces –del 25% ad valorem– han expulsado de este mercado a los cítricos españoles (fundamentalmente clementinas) y han provocado ingentes pérdidas en otros tantos productos clave, como el aceite de oliva, el vino o los quesos de nuestro país. Sin embargo y a pesar de que, formalmente, la Administración Trump no tenga ahora argumentos con los que mantener esta penalización, aún quedan pendientes determinadas gestiones ante la propia OMC y los EE. UU. para que la retirada de tales aranceles sea efectiva. De ahí que el Comité de Gestión de Cítricos (CGC) –la asociación nacional que concentra al comercio privado de este cultivo y cuyos socios también explotan una elevada superficie de producción– reclame tanto al Gobierno español como a la CE que «actúen al más alto nivel para acelerar la reapertura y poder retomar las exportaciones agroalimentarias afectadas así como los envíos de mandarinas y naranjas al comienzo de la próxima campaña, ya en septiembre, con nuestras clementinas precoces», señala la presidenta de esta entidad, Inmaculada Sanfeliu. De no actuarse con rapidez, será complicado que los operadores puedan organizar la logística necesaria para negociar nuevos programas de suministro a EE. UU.

La CE, por su parte, se ha mostrado partidaria de una solución negociada. Sin embargo, si no hay un acuerdo, el comisario de Comercio, Phil Hogan, ha advertido que «la UE estará lista para ejercer sus derechos a imponer sanciones». Hogan se refería así al próximo pronunciamiento de la OMC, que en breve debe determinar las medidas que, en este caso, tiene derecho a aplicar la UE por otras ayudas ilegales, esta vez concedidas por EE. UU. a Boeing. «Si realmente Europa quiere acabar con esta guerra comercial debería cerrarse ya un acuerdo», advierte Sanfeliu quien además remarca «que el sector agroalimentario en general y los cítricos muy en particular son los grandes damnificados de las decisiones geopolíticas de Europa».

El listado de agravios comerciales cometidos en contra del sector citrícola ha tenido un impacto muy relevante. En 2014, a causa de la posición europea en la guerra de Crimea, Rusia impuso unilateralmente un veto a los productos agroalimentarios que aún hoy se mantiene. El gigante euro-asiático era, entonces, el segundo/tercer destino citrícola en importancia más allá de la UE, con unas exportaciones por campaña de entre 60.000 y 72.000 toneladas (t). A corta distancia de esta plaza se situaba entonces EE. UU., que llegó a adquirir a España hasta 110.000 t de cítricos en la temporada 2006/07. «EE. UU. fue, con mucho, el primer mercado citrícola no europeo, clave en los arranques de temporada, estratégico para las clementinas precoces españolas, perfectamente complementario con la producción local californiana y un gran escaparate mundial que debemos empezar a recuperar lo antes posible», señala la presidenta del CGC. Los aranceles del 25% impuestos al comienzo de la campaña que ahora acaba han terminado de expulsar la oferta española de aquel destino, ya muy castigado por las rigideces del duro protocolo fitosanitario aplicado y por la competencia barata de Marruecos, que ha asumido junto con otras procedencias que gozan también de arancel cero (Chile, Sudáfrica, Perú y Uruguay) la cuota de mercado que tenía España.

«Es un perfecto sinsentido porque las medidas de retorsión aplicadas por Trump contra los cítricos no han logrado recaudar nada, porque el 25% de nada es nada», matiza además Sanfeliu quien reitera que «poder volver a competir con nuestras clementinas y satsumas precoces en EE. UU. sería clave para así evitar el mercado comunitario crecientemente saturado por la oferta de mandarinas tardías de Sudáfrica como consecuencia de la pérdida continua de preferencia comunitaria».

En el horizonte, además y junto a las dificultades derivadas de la crisis del coronavirus, pesa la amenaza de un Brexit sin acuerdo en el que es –con 330.000 t exportadas en la pasada campaña- el tercer mayor mercado citrícola para España tras Alemania y Francia. De no llegar a un pacto en octubre o no producirse in extremis antes de final de año, el Reino Unido aplicaría a las mandarinas españolas a partir del 1 de enero de 2021 un arancel del 16% y otro del 10% (entre el 1 de noviembre y el 30 de abril) y del 2% para las naranjas durante el resto del año. La oferta competidora –de Marruecos, Turquía, Egipto o Sudáfrica– se beneficiaría de los acuerdos preferenciales ya suscritos, con arancel cero.

Leer más

La banca cooperativa Cajamar ha presentado recientemente la publicación ‘Una hoja de ruta para la citricultura española’, coordinada por José María García Álvarez-Coque, catedrático de Economía Aplicada y profesor de Economía y Política Agrarias en la Universitat Politècnica de València (UPV), y Enrique Moltó, director del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA), con las aportaciones de 41 expertos que han compartido sus puntos de vista para llevar a cabo un exhaustivo análisis de la situación y retos de futuro del sector citrícola.

La presentación del libro, promovido y editado por Cajamar, se ha realizado a través de un webinar, en el que han participado Roberto García, director de Innovación Agroalimentaria de Cajamar; los coordinadores de la obra, José María García Álvarez-Coque y Enrique Moltó; Rosa Gallardo, directora de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y de Montes de la Universidad de Córdoba; Francisco Borrás, consultor agroalimentario y asesor de Anecoop, y Alberto Urbaneja, especialista en control biológico e integrado de plagas del Centro de Protección Vegetal y Biotecnología del IVIA; todos ellos, autores de algunos de los capítulos de la publicación.

Tras resaltar el importante peso específico que los cítricos tienen para la economía y la agricultura en nuestro país, con un valor de la producción en origen que en 2019 ascendió a 2.500 millones de euros, el 5% del total nacional, mientras que el de las exportaciones alcanzó los 3.200 millones de euros, lo que representa el 6% de las ventas al exterior del sector agroalimentario español, el director de Innovación Agroalimentaria de Cajamar ha recordado “el papel fundamental” que ha desempeñado la citricultura “en la modernización de la agricultura española”, configurándose como un referente a la hora de introducir innovaciones tecnológicas, organizativas y de mercado.

A pesar de ello, en los últimos años ha llegado a un punto de inflexión, acentuado en la campaña de 2018, como consecuencia de un exceso de producción y la contención de la demanda, lo que ha provocado que se produzcan una serie de cambios. Entre ellos, Roberto García ha destacado “la creciente globalización de los mercados, que ha aumentado la competencia al principio y al final de cada campaña con los productos procedentes del hemisferio sur”. Al mismo tiempo, ha comentado el desplazamiento de la producción desde la Comunitat Valenciana hacia otras zonas que gozan de buenas condiciones climatológicas y de agua, y en las que, además, “las fincas, de mayor extensión, permiten una explotación más racional y económica; así como el interés de los comercializadores tradicionales por controlar todo el proceso, desde el cultivo hasta el consumidor final, invirtiendo en fincas de distintas regiones”. También ha mencionado la apuesta por la innovación, visible en la mecanización de los trabajos; las nuevas técnicas de cultivo integrado y ecológico; la introducción de nuevas tecnologías; la reinvención de las cooperativas citrícolas para rentabilizar su actividad, y la continua amenaza de las enfermedades que ponen en riesgo la viabilidad de las explotaciones.

Cuatro ejes principales
A continuación, los coordinadores de la obra han explicado las claves de esta publicación que explora los escenarios futuros y recoge recomendaciones alrededor de cuatro ejes principales: una cadena de valor competitiva; las nuevas perspectivas para la sostenibilidad económica que abren las tecnologías; el reto de la sostenibilidad ambiental de la producción, especialmente, ante el cambio climático; y el impacto de la globalización y de las políticas europeas.

García Álvarez-Coque y Moltó han reiterado la necesidad de reforzar el liderazgo del sector citrícola español, preparar un plan estratégico, mejorar la coordinación vertical y horizontal, así como diferenciar el producto y estimular la integración de la oferta. A su juicio, “la citricultura española debe aprovechar el potencial de regulación de la UE, no exclusivamente basado en la PAC, para fortalecer la posición de los citricultores dentro de un modelo europeo que defiende unos estándares ambientales y sociales más estrictos que otros países”.

Por su parte, Francisco Borrás se ha centrado en la situación actual y de futuro de la comercialización de los cítricos españoles, destacando la importancia de casar el calendario de comercialización en fresco con el consumo doméstico, ya que representa el 22% del total de la cosecha, que sumado al 21% destinado a industria y el 56% para la exportación, componen el total del uso de la producción en las últimas campañas. También ha recordado el peso de la Unión Europea como destino de las ventas, con el 90% del total, y ha lanzado una serie de “propuestas estratégicas” para aplicar en toda la cadena: resolver el problema del minifundio; desarrollar una política pública y privada para la obtención de nuevas variedades y su posterior implantación con criterios comerciales; aprovechar la búsqueda de diferenciación de la distribución, que demanda cada vez más productos sin tratamiento después de la recolección, residuo cero y bio, a los que pronto se sumarán factores como el agua, el suelo, la sostenibilidad, parámetros específicos de calidad y criterios de recolección y manipulación; mayor eficiencia de los almacenes de confección; concentración de la oferta; aumentar el porcentaje de miembros integrados en organizaciones de productores; y apostar por una organización interprofesional “potente y operativa”, que ayude a abrir y consolidar mercados.

Rosa Gallardo ha expuesto la visión de la citricultura en Andalucía, explicando algunas de las peculiaridades que diferencian al sector en esta comunidad respecto a otras regiones. Una de ellas, ha apuntado, “es el tamaño, pues las explotaciones superiores a cinco hectáreas son más representativas en Andalucía que en el resto de zonas productoras. Así, ha indicado que “en la Comunitat Valenciana y en la Región de Murcia destacan las explotaciones de menos de una hectárea, mientras que en Andalucía, las de este tamaño suponen menos de un 27%. Ello supone un mejor rendimiento en la producción para las fincas andaluzas. También ha recordado la problemática asociada a la caída de los precios en origen, en algunos casos, por debajo de los costes de producción, así como la necesidad de una mayor organización y unidad del sector, aprovechando herramientas como las OPFH, sin olvidar “la necesaria apuesta” por la innovación, en busca de un mayor valor añadido. Además, ha subrayado que “son numerosas las voces que vienen reclamando la puesta en marcha de una interprofesional nacional para incentivar el consumo interno mediante campañas de promoción”.
 

Gestión de plagas
Alberto Urbaneja ha desgranado los mecanismos para la gestión de plagas y la importancia de las nuevas herramientas biológicas y tecnológicas. Al respecto, ha recordado la ausencia de graves enfermedades que limitan la producción de cítricos, tal y como sucede en otros países con el huanglongbing o greening (HLB), la clorosis variegada de los cítricos (CVC) o el chancro de los cítricos (citrus canker CBC), aunque ha reconocido que “habrá que estar muy atentos a la evolución de la amenaza que supone la llegada de la plaga del Cotonet, procedente de Sudáfrica, que está provocando serios daños en la Comunitat Valenciana”. Para el futuro, apuesta por el “control biológico clásico” como la principal estrategia de gestión de plagas, unido al control biológico por conservación, a través de buenas prácticas culturales, y el control biológico aumentativo (liberar enemigos naturales), bien de forma inoculativa, para que controlen la plaga durante un periodo de tiempo determinado, o de forma inundativa, para hacerlo por ellos mismos sin llegar a multiplicarse. Asimismo, ha hecho hincapié en la importancia de utilizar cubiertas vegetales para favorecer la estrategia de control biológico de conservación, así como en el auge en el uso de feromonas, kairomonas y atrayentes en un futuro no muy lejano, igual que pasará con la inducción de defensas en los cultivos de cítricos.

Para terminar, Roberto García, director de Innovación Agroalimentaria de Cajamar, ha agradecido la contribución de todos los autores que han participado en la obra, y ha manifestado que “esperamos poder seguir fortaleciendo la actividad citrícola y aprovechando las oportunidades que nos ofrece el mercado, la tecnología y la organización”.

Leer más

La Asamblea General Extraordinaria del Comité de Gestión de Cítricos (CGC), celebrada el miércoles 15 de julio, aprobó por unanimidad el nombramiento de Inmaculada Sanfeliu Feliu como nueva presidenta. De esta forma, Sanfeliu culmina una trayectoria profesional vinculada con el sector citrícola y ligada en su mayor parte a esta entidad, para la que comenzó a trabajar en 1991, año en que asumió su primer cargo de responsabilidad en Bruselas. Desde entonces, ha comentado que mide el tiempo «por campañas citrícolas, no por años». En julio de 2017, reemplazó a José Martínez en la dirección general, tras la jubilación de este.

La nueva máxima responsable del CGC estará respaldada por las cinco vicepresidencias que en el primer semestre de este año, y de manera interina, han compartido esta responsabilidad después de la marcha, en diciembre de 2019, de Manuel Arrufat, su predecesor en el cargo. Se trata de los empresarios Vicente Giner (Vicente Giner, S.A.), José Luis Martinavarro (Cítrico Global, S.L.), Marcos Gual (BAGU, S.L.) y Antonio Peiró–Camaró (Peiro Camaro, S.L.), y de José Vicente Guinot (presidente de FEPAC–ASAJA). En los últimos meses, además, el Comité ha reforzado su plantilla y mejorado sus servicios técnicos.

Diversos empresarios del sector tomaron la palabra para agradecer a Sanfeliu el trabajo realizado durante décadas como técnico del CGC primero y desde 2017 como primera ejecutiva de la entidad. La propia Sanfeliu, por su parte, confesó sentirse «orgullosa» por la confianza en ella depositada al tiempo que destacó el reto que supone pasar a presidir la que «sin duda, es la mayor organización citrícola del mundo». Para justificar tal afirmación señaló que el sector citrícola español produce 7,5/8 millones de t, con un valor medio de 4.000/4.300 millones de euros. De estos, 3.100/3.200 millones proceden de la exportación, de los cuales, al sector privado, representado por el CGC, con 120 empresas y 25 Organizaciones de Productores (OP’s), le corresponden más de 2.300–2.400 millones. España es líder en exportación de naranjas, mandarinas y limones en fresco y el CGC «es, por todo ello, la entidad con mayor representatividad en el comercio mundial de cítricos. Alrededor de tres de cada cuatro frutos cítricos comercializados en fresco en nuestro país es recolectado, manipulado y confeccionado por exportadores privados y las OP’s que integran las producciones de estos, representados por el CGC», subrayó Sanfeliu en su discurso tras asumir la presidencia.

Leer más

Publicidad

  
  

Newsletter

Suscríbete a nuestra Newsletter

Ejemplar gratuito


Entra en el Kiosco para accecer a tus suscripciones, descargar revistas en abierto, comprar ejemplares, ...

Publicaciones recomendadas

Jornadas Fruticultura