Tras su primera detección en Israel, en enero de 2022, ahora se confirma la presencia de 'Diaphorina citri' en Chipre, que es territorio comunitario, lo que debería obligar a Bruselas a investigar el origen del foco, así como a financiar y supervisar las medidas de erradicación, según la Interprofesional Citrícola Española.