Entrevista a Alfonso Egea, director general de Maschio Gaspardo Iberica

Entrevista a Alfonso Egea, director general de Maschio Gaspardo Iberica

‘Podemos innovar, pero al final nos ajustamos a las necesidades del cliente’

Maschio Gaspardo abarca todas las gamas de máquinas que cubren el ciclo del cultivo, desde el trabajo del suelo, la siembra, el abonado y la pulverización hasta la recolección. Apuestan por el uso de las nuevas tecnologías, estando muy centrados en el sistema de control digital Isotronic basado en el protocolo de comunicación Isobus, y también en la Agricultura 4.0. De ello hemos conversado con el director general de Maschio Gaspardo Ibérica, Alfonso Egea.

 

¿Qué productos ofrecen centrados en fruticultura y viticultura?

En frutales y viñedos tenemos una amplia gama pulverizadores atomizadores, todo con Isotronic e Isobus. En concreto, como siempre queremos dar un paso más que el resto, a finales de 2022 Maschio Gaspardo compró una Smart–up dedicada a la robótica y se diseñó un robot de última generación patentado para el tratamiento de viñedos con rayos ultravioletas (UVC), completamente autónomo, que pretende reducir el impacto ambiental hasta un 90% respecto a técnicas convencionales con productos químicos, y que también se está utilizando, en menor medida, en frutales.

Es una apuesta que todavía está en sus primeros estadios de investigación y de desarrollo, pero pensamos que aquí en la península ibérica, España y Portugal, puede tener mucha aceptación por parte de los viticultores debido a la gran cantidad de viñedo que hay.

¿Ya se está comercializando esta máquina?

Todavía no. De momento, hay una investigación científica detrás, y se está probando en muchas fincas con muy buenos resultados hasta ahora.

Y el viticultor, ¿qué imputs les está dando?

Lógicamente, con toda la política que existe de disminuir los tratamientos con productos fitosanitarios, están muy a favor de todas estas innovaciones tecnológicas. Lo ven con buenos ojos, pero sobre todo lo quieren ver trabajando en el campo. Pero hay que ir poco a poco. Se ha probado, funciona, ahora vendrá la pre-serie con clientes probándola durante más tiempo y, finalmente, implementaremos la fase tercera que es la de comercialización, seguramente en el 2025.

¿Dónde se comercializará?

Sobre todo, en la Península ibérica, Francia e Italia. Lógicamente, dependerá de la variedad y de las condiciones climáticas, ya que no se producen las mismas casuísticas en el norte de Francia que en el sur de España, por ejemplo. Por ello, el producto debe adaptarse a las condiciones de cada zona.

Además del mencionado, ¿qué proyectos tiene en marcha la empresa?

Seguimos en el desarrollo de nuestra línea de atomizadores, sobre todo en el tema de Isobus. En viticultura y fruticultura, estamos trabajando mucho los cultivos entre líneas, es decir las cubiertas vegetales, a través de nuestra sembradora directa entre cultivos. Este es un tema, el de las cubiertas vegetales, que la nueva Política Agraria Común (PAC) impone, aunque hay mucho viticultor que todavía no lo ve. Ofrece diversas ventajas, ya que además de fijar CO2, no hay escorrentía y absorbe el agua que el cultivo aprovecha.

En el caso de los productos fitosanitarios se va hacia una fruticultura–viticultura de precisión, ¿no?

Antes no había tanta limitación, se producía como se producía, se trataba como se trataba, pero ahora no, debemos ir hacia una fruticultura–viticultura precisión porque además los productos tienen un coste elevado. Podemos innovar, pero al final nos ajustamos a las necesidades del cliente, que está condicionado por aspectos como la sequía o las normativas de la PAC.

¿Qué previsiones tiene Maschio Gaspardo para este 2024?

En Aragón, Cataluña y la zona sur del país estamos muy afectados por la sequía. Necesitamos que llueva abundantemente, si no lo hace el agricultor invertirá menos. Yo soy optimista, a pesar de las protestas realizadas este principio de año por los agricultores; movilizaciones que apoyamos desde la empresa. Creemos que es insostenible la forma en la que han de trabajar y, por lo tanto, es una reivindicación muy justa. Al final sin la agricultura no hay alimentación. Además, la población en general ha estado mal acostumbrada al tener abundancia de alimentos a precios bajos. Pero en el momento que hay algún problema viene el desabastecimiento y, con este, el incremento de los precios. Por ello, está bien que de vez en cuando la agricultura alce la voz, no se puede producir a pérdidas.

¿Qué supone la participación en una feria como FIMA?

Es muy positiva. Un agricultor te transmite mejor sus necesidades cara a cara que a través de Internet, donde tiene toda la información. El contacto e intercambio directo no tiene precio y una feria te ofrece eso.

Isidre Font, Zaragoza.

 

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