Crónicas de la Añada 2013, de grandes añadas, grandes terruños y pocas historias

Por: Alejandro Moyano, cofundador Valdemonjas Viñedos y Vinos

No sé si 2013 será grande o no, lo que sí puedo decir es que nos tiene en vilo. De un invierno que vino mal y tarde y una primavera que no fue, ahora un verano que no para, como el de Vivaldi, calmo y cálido con tormentas imprevisibles y repentinas. Jugando a la lotería llevamos todo este año.

La virgen ha pasado y aún no hemos enverado, miento, El Nogal de la Valera sí, por algo es grande. Ahora que volvemos a redescubrir los pagos y la viticultura de verdad, la del terruño, la viña habla y en un año como éste, tiene mucho que contar. Lo que pasa es que tenemos poco tiempo para escucharla. Con unas reservas hídricas inmejorables para todos, el suelo y el microclima hablan. ¡Nosotros a escucharles y darles, con nuestro trabajo, lo que necesitan para explayarse!

Nos venían diciendo que la viña estaba perezosa, pero que su despertar sería exuberante y así fue. La poda en verde ha sido fundamental, intenté controlar la exuberancia con podas en verde sucesivas y muy tempranas, para forzar las maduraciones al máximo. Las zonas más tempranas (Tribuna) han iniciado el envero para la virgen y todo, antes del 20 de agosto.

Retrasos de aproximadamente 10/12 días que, si queremos ser honestos, auguran vendimias en los postreros días de octubre.

Lo especialmente reseñable es el comportamiento de El Nogal de la Valera, de ir atrasado a la maduración, se ha adelantado casi una semana con respecto a Valdemonjas. La planta ha seguido su curso, sin estrés. Cuando Valdemonjas ha ralentizado la maduración por las temperaturas elevadas, esta vieja viña ha mantenido su desarrollo, tranquila, a su ritmo, sin estrés. El elemento terruño es aun más obvio si lo comparamos con sus vecinas, que incluso con riego, están sufriendo más las altas temperaturas del verano.

El concepto de gran terruño, Premier Grand Cru para los franceses, gira en la Ribera más en la capacidad de mantener la planta fresca, sin estrés, que en la disponibilidad de agua. Viñedos regados están mostrando menos tolerancia a los calores, que estas viejas viñas de excepcionales pagos. No es fruto de la casualidad que sigan aquí después de 70–100 años.

La Ribera ganó su fama por estos viñedos, supervivientes a las inclemencias de una climatología extrema. Poco adaptados a una viticultura moderna necesitan de mimos y cariños muy especiales que, por desgracia, una vez jubilados nuestros padres, nuestros hijos son poco propensos a darles.

La sanidad ha sido muy buena, sólo he visto una mota ayer de oídio, debajo de un racimo recostado en una vara. La clave será la botrytis, marcada en estas vendimias previsiblemente tardías, por las lluvias de otoño.

La luna llena será el 5 de octubre, siendo los días 1, 2 y 3, los óptimos para las plantas de fruto (calendario biodinámico en mano). Vendimiaremos El Primer Beso desde El Patio hasta El Gallinero, pero también todos los racimos que, por su especial ubicación y tamaño, tengan mayores retrasos en su maduración. «Más vale prevenir que sanar», me decía mi madre. Por lo demás, encomendarse a San Judas Tadeo (28 de octubre) patrón de las causas desesperadas.

[box] VALDEMONJAS VIÑEDOS Y VINOS

Valdemonjas Viñedos y Vinos es un proyecto familiar, basado en valores como la humildad, tradición, compromiso, orgullo y pasión. Nace con la voluntad de resaltar un patrimonio vitivinícola único (Valdemonjas, El Nogal de la Valera). El punto de partida es el terruño, con una situación privilegiada en la Ribera de Duero. Valdemonjas Viñedos y Vinos apuesta por una viticultura paciente y sostenible – ecológica, por el trabajo respetuoso con la planta y su terruño. El resultado es un vino de producción limitada, que con su exclusividad y peculiaridad sabe contentar a todo aquel que ansía algo diferente y único.[/box]