Conocidos como frutos del bosque, frutos rojos o berries, se han convertido en un producto que complementa a otros cultivos. Además de la fresa, con más tradición en la agricultura española, la frambuesa, la mora, el arándano o la grosella se han erigido en una alternativa gracias a su desarrollo en los invernaderos. La cosecha de los berries se concentra en la provincia de Huelva, aunque en los últimos años se han formado áreas de recolección en Asturias y Galicia. Los agricultores justifican la apuesta por los berries como «una fórmula para diversificar el monocultivo de la fresa en las zonas de costa».
La tendencia la confirman desde la Asociación Onubense de Productores y Exportadores de Fresas (Freshuelva). «Nuestras empresas han transformado la cosecha hacia otros berries, más allá de la fresa, que están creciendo en volumen y logrando una gran importancia en el mercado de comercialización». El sector mantiene la superficie de hectáreas cultivadas y las exportaciones continúan aumentando.
En el caso de la frambuesa, la campaña 2014–2015 en la provincia de Huelva finalizó con un incremento de la producción del 8%, pasando de las 10.550 a las 11.480 hectáreas. Este crecimiento se ha trasladado a un alza de la facturación del 8,6%, desde los 70,75 hasta los 76,1 millones de euros. La oferta de berries se encuentra muy atomizada, ya que Huelva copa entre el 80 y el 90% de la cosecha. En la última década, la producción ha subido de forma constante hasta alcanzar la estabilización en la actualidad. En este contexto, la apertura de nuevos mercados en los países árabes y en Sudamérica ha compensado el estancamiento productivo.
Mercados tradicionales para la exportación
Sin embargo, Gran Bretaña, Francia y Alemania siguen siendo los mercados tradicionales para la exportación de los berries. En estos países, el consumo y su presencia en la gastronomía resultan más habituales que en España. Las investigaciones científicas recientes atribuyen a los frutos rojos una serie de propiedades medicinales y antioxidantes, especialmente en los polifenoles situados en la piel y en las semillas.
Freshuelva lamenta que se continúe vinculando a la provincia de Huelva con el cultivo de la fresa. Su presidente, Alberto Garrocho, precisa que «Huelva no es solo fresa. De hecho, somos el primer productor de berries de España, pese a que se desconozca». Asimismo, Garrocho recuerda que los sectores de la frambuesa y la mora requieren más mano de obra que el de la fresa, por lo que «generan puestos de trabajo de proximidad».
La elección por los frutos alternativos se encuentra en entidades como la cooperativa Costa de Huelva, que pertenece a Onubafruit, la mayor comercializadora de berries de Europa. Ésta cuenta con una superficie mayor de frambuesas que de fresas. En la misma línea, Agrícola El Bosque ha logrado extender el cultivo y la venta de las moras durante todo el año. El secreto, según explica Daniel Velo, director administrativo de la empresa, está en «aplicar la técnica del cultivo hidropónico, es decir, sin utilizar el suelo, colocamos macetas en espalderas dentro de invernaderos a los que alimentamos con un sustrato de fibra y coco».
Agrícola El Bosque comercializa moras bajo la marca ‘La Canastita’ y envía por vía aérea su producto a lugares como Kuwait, Bahrein, Catar y Egipto. Velo señala que un 90% de la producción de moras y otros frutos rojos se lleva al extranjero, ya que en el ámbito nacional no existe un mercado demasiado consolidado por la falta de un hábito de compra. En Europa, los compradores valoran las propiedades nutritivas de los frutos rojos y sus usos, más allá del consumo al natural.
Las propiedades nutricionales
La frambuesa, los arándanos y las moras contienen una serie de propiedades nutritivas, como la antioxidante, la hidratadora y la eliminadora de toxinas. Además, un estudio reciente de la Sociedad Española de Química certifica que los productos de la familia de los frutos rojos «poseen un componente que activa el proceso de limpieza natural del cerebro gracias a los polifenoles».
Con el objetivo de concentrar la oferta, cuatro de las empresas comercializadoras de referencia del sector de los frutos rojos de Huelva (Agrícola El Bosque, Frutas Hermanos Pulido, Frutas Remolino y Agromartin) se han unido bajo la marca Plus Berries. Las previsiones de la entidad pasan por vender unas 7.000 toneladas de frutos rojos durante esta campaña. Si los precios se mantienen, la facturación se situará entre los 25 y los 30 millones de euros.
Igual que sucede con la fruta dulce, el rendimiento económico de estos productos varía en función de una serie de variables: condiciones climáticas, consumo y equilibrio entre la demanda y la oferta. Daniel Velo, de Agrícola El Bosque, que también ejerce como responsable de marketing de Plus Berries, admite que «cada campaña es un mundo dependiendo de las cotizaciones». En este contexto, se inscribe la iniciativa de apostar por la internacionalización.
La marca ‘Plus Berries’
Velo comenta que la clave de la marca ‘Plus Berries’ es «vender un producto innovador y diferenciador con el que la damos la posibilidad al comprador de beneficiarse de una oferta basada en las moras, las frambuesas, los arándanos y las fresas». El proyecto ‘Plus Berries’ surgió a finales del año 2012 bajo la forma de una Sociedad Agraria de Transformación (SAT). En 2015, se añadió a la iniciativa el grupo Tilla de Huelva.
Los frutos rojos de ‘Plus Berries’ se envían básicamente al mercado europeo, especialmente al Reino Unido y Alemania. Entre las nuevas áreas que se han incorporado, están Suiza, los países bálticos y Dubái, al que se exportan producciones mixtas de moras, frambuesas, arándanos y fresas. «Gracias a la diversificación de los destinos, logramos romper la estacionalidad de los cultivos», matiza Velo. Además, así consiguen ajustar las cosechas a las demandas de los consumidores.
Para el futuro, los responsables de Plus Berries anuncian nuevos procesos de mejora en la cuarta y la quinta gama. El objetivo de estas investigaciones se sitúa en «la necesidad de dejar atrás la idea de un producto elaborado por el sector primario para presentar uno transformado e industrializado». De esta manera, los frutos rojos acabados generan un valor añadido para seducir a los compradores.
Las cosechas tempranas de Asturias
Pese a contar con un volumen de producción menor que el de Andalucía, Asturias presenta unas condiciones climáticas adecuadas para iniciar la cosecha de los frutos rojos antes que otras zonas europeas. Gracias a esta posibilidad, unos 50 agricultores se han agrupado en la cooperativa Asturian Berries. Aunque cultivan un centenar de hectáreas de las que comercializan unas 140 toneladas, una de sus ventajas se encuentra en que la campaña se puede alargar desde mayo hasta octubre.
El gerente de la cooperativa Asturian Berries, Juan Carlos Miranda, comenta que la cifra de consumo en España se sitúa muy por debajo de la media europea o la de EE. UU.. Por este motivo, son los «turistas los que sostienen las ventas del mercado interior porque buscan productos que compran en sus países». Una plantación de frutos rojos, como las de arándanos y frambuesas, consigue el rendimiento máximo a los siete años. En el caso de Asturian Berries, las fincas llevan dos años al máximo de producción.
El reto pendiente de la cooperativa es salir al exterior. Al haber llegado al pico de producción y centrarse en España, Miranda avanza que los planes de futuro de Asturian Berries pasan por asentarse en los países nórdicos, en los que «comen los frutos rojos como aquí lo hacemos con las naranjas».
La competencia de la fresa en la UE
Inicialmente, las frambuesas, las moras y arándanos se plantaron en los campos de Huelva como una alternativa al monocultivo de la fresa, pero también como una manera de diversificar la producción ante la competencia que existe en la producción de ésta dentro de la Unión Europea (UE). Mientras el precio de la fresa caía por el exceso de oferta, las exportaciones y las cotizaciones del resto de frutos rojos se incrementaban.
Durante el simposio ‘Fresh&Life’, que se celebró en la pasada edición de Fruit Attraction, la consejera de Agricultura de la Junta de Andalucía, Elena Viboras, recordó que «las producciones de frutos rojos han supuesto unos ingresos de 100 millones anuales en las tres últimas campañas para los agricultores andaluces. Además, las ventas exteriores han alcanzando los 500 millones de euros».
Un ejemplo es la empresa Onubafruit, que se ha convertido en un referente mundial en el ámbito de la frambuesa. Con inversiones anuales que superan el millón de euros, la entidad se posiciona como el mayor productor y comercializador de Europa. Onubafruit ha logrado aumentar su cuota de mercado con una cosecha que supera las 10.000 toneladas y un calendario de venta que se extiende durante 10 meses.
¿El techo de los frutos rojos?
La superficie de frambuesas, moras y arándanos plantados este año en la provincia de Huelva ha crecido un 20, un 28,6 y un 27,8%, respectivamente, en relación a la pasada campaña. Ante estos datos, Freshuelva ha constatado que estos cultivos tienen más futuro en la costa occidental onubense, ya que los productores tienen un mejor acceso al agua superficial que requieren estas plantaciones para desarrollarse.
Desde la asociación Freshuelva, advierten de que el boom de los frutos rojos puede estar tocando techo. Así, recomiendan buscar otros cultivos para diversificar los mercados europeos y que los suministros que envíen permitan seguir obteniendo una buena rentabilidad. A pesar del gran incremento de la oferta, las propiedades saludables asociadas a los frutos rojos favorecen que la demanda siga creciendo.
En el simposio ‘Fresh and Life’, la empresa Bama, líder en Noruega en la distribución de frutas y verduras, resaltó que un 30% de la población consume berries al menos una vez por semana. Entre los motivos que argumentan están el buen sabor y la salud.
Los frutos rojos se han transformado en una alternativa productiva al cultivo tradicional monopolizado por la fresa. Uno de sus activos son sus propiedades nutricionales. Ante un escenario que se empieza a caracterizar por un exceso de oferta, las principales empresas comercializadoras, ubicadas en la provincia de Huelva, necesitan extender el calendario de venta y una concentración de la producción para diversificar, suministrar las exigencias de los consumidores europeos y romper con la estacionalidad.
David Rodriguez, Barcelona.
Publicado en revista de Fruticultura nº 43