
La cooperativa agroalimentaria SAT del Campo, dedicada al cultivo de pistacho ecológico de alta calidad, ha apostado por las soluciones de clasificación de Tomra Food. La Tomra 5C le permite «adaptarse con flexibilidad y rapidez a la cambiante demanda de sus clientes, asegurar los estándares de calidad exigidos por los mercados europeos y optimizar sus resultados».
A nivel global el pistacho es el segundo fruto seco más consumido. Este mercado, según el informe de Mordor Intelligence, tiene una tasa anual de crecimiento para los próximos 5 años de casi el 4,5%. Europa representa en la actualidad el segundo gran mercado de pistachos después de EE. UU. Su producción, y el alto consumo de este grupo, logran que el mercado en esta región presente un continuo y rápido crecimiento. Alemania, Italia, Grecia y España son los principales actores europeos, tanto como importadores, como productores.
El mercado español de los pistachos está en alza y con buenas perspectivas de crecimiento. En términos de consumo, cuenta con 20.000 t métricas en 2022 y 2023. En términos de producción, ocupa hoy el quinto puesto a nivel mundial como importador, siendo el tercer importador de pistacho de Europa. Y, en términos de producción, si bien la superficie dedicada al pistacho en España ha aumentado un 145 % en los últimos cinco años, pasando de 32.000 a 78.495 hectáreas, sólo un 30% del total está en producción actualmente. Esto supone que la producción se disparará en los próximos 5 años. Los principales motivos de crecimiento en España se basan en la alta rentabilidad del pistacho y su alta resistencia a la sequía. Esto ha permitido a España escalar posiciones en el mercado internacional. Asimismo, se trata de un cultivo muy rentable debido a la elevada demanda en la Unión Europea no cubierta con producto de este continente (Fuente: Estudio ‘Presente y futuro del cultivo del pistacho y su procesado, una perspectiva empresarial’, junio de 2024, Agróptimum).
Pero no es oro todo lo que reluce. El mercado de frutos secos es, sin duda, exigente para los procesadores. No sólo tienen que cumplir con las especificaciones de sus clientes, sino también hacer frente a numerosos parámetros de seguridad alimentaria. En este sentido, deben reducir el riesgo que representan los alérgenos cuando distintos frutos secos se mezclan de manera involuntaria y asegurarse de eliminar el material extraño y las cáscaras en el producto final para garantizar su calidad.
En este contexto, destaca la figura de SAT del Campo, una cooperativa agroalimentaria de Castilla–La Mancha, dedicada al cultivo de pistacho ecológico de alta calidad, fundada en 2010 y ubicada en Villacañas (Toledo). Especializada en el segmento premium, ha incorporado la selectora óptica Tomra 5C para adaptarse a los estándares de calidad más elevados y poder adaptarse con flexibilidad y rapidez a la demanda de sus clientes.
David Pérez Pardo-Pimentel, director general de la fábrica, ha explicado su rápida evolución. «Comenzamos en 2010 con 5 agricultores con gran ilusión y ganas de innovar en el sector agrícola de Castilla–La Mancha. Tras muchos cambios y avances, en 2024 contamos con 75 socios-agricultores y más de 1.400 hectáreas de pistacho, el 95% ecológico y el 5% en conversión a ecológico. En 2025 tendremos, además, una nueva planta de procesado de pistacho para adecuar la producción a las expectativas de crecimiento de las explotaciones de pistacho de nuestros socios agricultores».
Tal y como ha comentado, este crecimiento ha conllevado «la toma de decisiones importantes que permiten sentar las bases de un crecimiento sostenido». En primer lugar, obtener la Certificación IFS Food y, en segundo, incorporar la solución de Tomra Food de clasificación de pistachos. Ambos hitos han supuesto un punto de inflexión en la trayectoria de la compañía que «cumple con los más altos estándares de calidad y seguridad alimentaria».
«Las necesidades de nuestra cooperativa aumentaron exponencialmente debido a la creciente demanda de nuestros clientes cada vez más exigentes en cuanto a calidad y plazos. Esta situación se hizo más patente en el momento en el que conseguimos la Certificación IFS Food que marcan altos estándares de calidad en el procesado y en la gestión de la trazabilidad y seguridad alimentaria del producto. Y es que la IFS ha sido clave para poder penetrar en nuevos mercados de la Unión Europea que exigen ese alto nivel de certificación», ha afirmado Pérez.
La solución de Tomra Food ha permitido a SAT del Campo hacer frente al crecimiento en su producción alcanzando sus altos estándares de calidad. «En estos 14 años, la producción ha incrementado entre un 15% y un 20% anual. Manejando determinados volúmenes de producción debíamos invertir en innovación e implantar maquinaria de última generación. Entonces decidimos adquirir la Tomra 5C. Todo un acierto», ha explicado. Para añadir que
la TOMRA 5C no sólo mejora la calidad de su producto final, sino también su productividad. Así, «a día de hoy, hemos mejorado la productividad de la planta en un 5%, aunque estoy seguro de que podemos mejorar aún más. Estamos llegando a procesar 1.000 kg/h, incluso 2.000 kg/h, dependiendo del tipo de producto, con un nivel de calidad adaptado a las especificaciones de nuestros clientes y una cantidad que nos permite responder a la demanda del mercado».
Probar antes de comprar
Tomra Food cuenta con una amplia experiencia en lo que se refiere al pistacho, tanto en el mercado nacional, como en el internacional. Para facilitar la decisión de sus clientes, ofrece todo tipo de facilidades para probar sus soluciones. Así ocurrió con SAT del Campo. «En 2022, Tomra Food nos invitó a realizar una demostración con nuestro pistacho en las instalaciones de Calpe (Alicante). Los resultados fueron muy prometedores, superando incluso nuestras expectativas en cuanto a los niveles de falsos rechazos que tenía la máquina. Tras probar varias máquinas con características similares, la TOMRA 5C nos convenció por su versatilidad y excelentes resultados. Además, hemos podido verificar dichos resultados con nuestros clientes finales por lo que estamos muy satisfechos con nuestra decisión», ha apuntado David Pérez.
SAT del Campo lleva a cabo el procesado integral del pistacho. Se empieza con la fase de pelado y secado. Tras la limpieza del producto eliminando hojas y ramas, se procede al pelado, presecado, separación de los pistachos vacíos y secado, para asegurar que la humedad en frío está por debajo del 7% de humedad. Así se logra estabilizar este fruto seco en las 24 h siguientes a su recolección.
A continuación, se lleva a cabo la fase de separación, calibración y clasificación. Tras separar los pistachos cerrados de los abiertos, se calibran por tamaños. «Es ahí donde Tomra 5C entra en escena. Con precisión, separa los pistachos manchados de los limpios y clasifica el grano tras el proceso de partir el pistacho cerrado. Realiza una excelente discriminación de granos deformes, granos abortados y cascarillas que se forman en el proceso de partido del pistacho. Aquí es donde la máquina muestra sus mejores resultados», ha subrayado Pérez.
No en vano, la Tomra 5C se utiliza en multitud de aplicaciones debido a la eficiencia de la combinación de láser de alta resolución y la tecnología exclusiva BSI+ de Tomra Food, que permite que los objetos se analicen no sólo por color y forma, sino también por sus características biológicas. Esto le permite encontrar defectos difíciles de ver y casi invisibles.
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