Frutales tropicales

 

 

 

 

 

 

 

 

En la campaña 2024 se registraron 5.100 hectáreas (ha) de superficie destinadas al cultivo del mango en Andalucía. De estas, 4.901 (+3,8% respecto a 2023) se encuentran actualmente en producción, lo que representa una cosecha para 2024 de 19.860 toneladas (+17,6 % respecto al año anterior). La provincia de Málaga, con 4.598 ha, concentra el 90 % de la superficie andaluza, seguida de la de Granada con 472 ha cultivadas. Estos datos figuran en un informe del Observatorio de Precios y Mercados de la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía.

La sequía persistente en Málaga, junto a los problemas de cuajado del fruto originados por las bajas temperaturas registradas durante los meses de abril y mayo del año pasado, provocaron una caída del rendimiento que afectó especialmente a la variedad ‘Osteen’, que representa el 76 % del total. Se estima que los cultivos malagueños «han tenido un rendimiento medio de 3.500 kg/ha, lo que supone una recuperación respecto a 2023, pero se mantiene muy lejos de su potencial estimado en torno a los 8.600 kg/ha de campañas anteriores». 

Por lo que se refiere a las cotizaciones, estas se han mantenido altas durante toda la campaña, alcanzando un precio medio de liquidación al agricultor de 1,63 €/kg lo que, en términos económicos, viene a paliar en parte el déficit de producción con relación a las campañas con mayores rendimientos. La variedad ‘Osteen’ ha mantenido una gran estabilidad. El precio de la primera categoría ha oscilado entre 1,91–1,98 €/kg. La variedad ‘Keitt’, con el 18 % de la producción comercializada, ha tenido un precio para la primera categoría de 1,88 €/kg.

El mango andaluz sigue incrementando su posicionamiento en el mercado nacional apoyado por el sello de calidad Mango de Málaga. Con este distintivo «se pretende poner en valor singularidades como su maduración óptima, menor huella de carbono, mayor sostenibilidad del cultivo, etc., frente al mango procedente de las importaciones, especialmente de Brasil, de peor calidad y cuyos precios tensionan a la baja el precio en origen».

Po último, las exportaciones se han recuperado con un incremento del 57 % del volumen, después de la fuerte caída de la campaña anterior. Los principales destinos en términos económicos han sido Francia (32 %), Portugal (29 %) y Alemania (14 %).
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La OCDE–FAO ha elaborado un informe en el que ha ofrecido una visión general, entre otras, de las principales frutas tropicales (mango, mangostán y guayaba, piña, aguacate y papaya). Asimismo, se han plasmado las proyecciones a medio plazo de la producción, el consumo y el comercio de estos productos para el periodo comprendido entre 2024 y 2033.

Mango, mangostán y guayaba

En el estudio se indica que las exportaciones mundiales de mango, mangostán y guayaba alcanzaron los 2,3 millones de toneladas (Mt) en 2023, lo que supuso un incremento del 1% respecto al 2022, con un impulso facilitado por el aumento de las exportaciones de mangostán de Tailandia en el primer semestre del año, y de mangos de Brasil, Perú y México. El mango representó el 85% de los envíos mundiales y el mangostán cerca del 15%, mientras que la disponibilidad de guayaba sigue siendo limitada, debido a que es poco apta para el transporte.

En cuanto a las importaciones, que se situaron en 2,3 Mt en 2023, los Estados Unidos (EE. UU.) y la Unión Europea (UE) siguieron siendo los dos principales países, con el 27% y 17%, respectivamente. En ambos mercados, la demanda de mango por parte del consumidor «subió ligeramente, impulsada por una creciente conciencia de los supuestos beneficios nutricionales para la salud de esta fruta». El crecimiento de las importaciones en estos mercados se vio respaldado además por una fuerte oferta de México, Perú y Brasil, los tres principales países de origen del mango que se consume en EE. UU. y la UE.

Para el decenio 2024–2033 se prevé que la producción mundial de mango, mangostán y guayaba aumentará un 3,6% anual, pasando de 60 a 86 Mt. El crecimiento de la producción de mango responderá especialmente al aumento de la demanda impulsado por los ingresos en los países productores, apoyado por la dinámica poblacional. Asia, la región de origen del mango y mangostán, seguirá representando más de 70% de la producción mundial en 2033. La razón principal es el fuerte crecimiento de la demanda interna de la India, el mayor productor y consumidor mundial de esta fruta. Se espera que la producción de mango de la India represente más de 38 Mt en 2033 (45% de la producción mundial), y se destinará a los mercados locales.

Por su parte, se prevé que las exportaciones mundiales de mango, mangostán y guayaba alcancen los 3,2 Mt en 2033, en comparación con los 2,3 Mt de 2024, debido al aumento de las compras de EE. UU., China y la UE. Se espera que México, principal proveedor de mango, se beneficie de un mayor crecimiento de la demanda de importaciones de su principal mercado, EE. UU., y alcance una participación del 24% de las exportaciones mundiales en 2033. Los envíos de Tailandia, casi exclusivamente de mangostán, cubrirán la creciente demanda de importaciones de China, mientras que los suministros de Perú y Brasil, ambos exportadores emergentes, serán mayormente de mango destinado a la UE. Se prevé que Tailandia alcanzará una participación en las exportaciones mundiales del 20% para 2033, se espera que el Brasil y el Perú tengan el 14% y el 8%, respectivamente. Asimismo, China, cuyo consumo per cápita de mango, mangostán y guayaba de 2,7 kg en 2024 es relativamente bajo en comparación con otros países asiáticos, espera experimentar un aumento en las importaciones del 2,4% anual, llegando a situarse cerca de los 0,8 Mt en 2033.

Piña

En el informe de la OCDE–FAO se señala que las exportaciones mundiales de piña aumentaron cerca del 4% en 2023, alcanzando los 3,2 Mt, impulsadas sobre todo por el crecimiento de los suministros de Costa Rica, el mayor exportador mundial, con una participación de mercado de casi el 65%. Según la información proporcionada por la industria, las condiciones meteorológicas en las principales superficies de cultivo de piña de Costa Rica fueron favorables durante el primer semestre del año, lo cual incrementó los rendimientos y, por consiguiente, los suministros para exportar. Los costes de fletes más bajos, en particular a los EE. UU., también sustentaron el crecimiento de las exportaciones de este país centroamericano, y se espera que los envíos aumenten. En lo que se refiere a los principales destinos, los envíos de piña de Costa Rica se dirigieron casi exclusivamente a Estados Unidos y la UE.

Se prevé que durante el próximo decenio la producción mundial de piña crecerá un 1,5% anual, para alcanzar los 35 Mt en 2033, comparado con los 30 Mt de 2024; todo ello debido a una expansión del 1,1% de la superficie cosechada.

Se espera que Asia siga siendo la mayor región productora y represente el 44% de la producción mundial, con una considerable producción de piña en Filipinas, Indonesia, China, India y Tailandia. El cultivo en Asia seguirá cubriendo la demanda interna y se prevé que crecerá con solidez, en respuesta a los cambios demográficos y al aumento de los ingresos, en especial en India, Indonesia y China.

De igual manera, en América Latina y el Caribe, la segunda región productora más grande con una participación prevista del 33% del total mundial en 2033, la producción se verá impulsada por la evolución de las necesidades de consumo de la población creciente y cada vez más próspera de la zona. Se prevé que solo Costa Rica y Filipinas, dos grandes productores y exportadores a nivel mundial, recibirán un estímulo adicional por el incremento de la demanda de importaciones, con exportaciones que representarán alrededor del 68% de la producción de piña fresca en 2033 en Costa Rica y del 24% en Filipinas.

Se prevé que las exportaciones mundiales de piña fresca crecerán un 1% anual hasta alcanzar los 3,6 Mt en 2033, impulsadas principalmente por la demanda de los EE. UU y la UE. Con importaciones previstas de 1,3 Mt en 2033 —equivalente a una participación del 37%—, se espera que los EE. UU. siga siendo el mayor importador, y que la UE represente un 24% de las importaciones mundiales. En ambos mercados la demanda se beneficiará de los precios unitarios bajos y, en cierta medida, de la introducción de variedades de primera calidad. Se prevé que en 2033 China alcanzará cantidades de importación de unos 0,34 Mt al año, con suministros procedentes mayoritariamente de Filipinas.

Aguacate

Si bien el aguacate tiene el menor nivel de producción entre las principales frutas tropicales, en las últimas décadas éste aumentó aceleradamente, y se espera que siga siendo el de crecimiento más rápido durante el periodo 2024-2033. La abundante demanda mundial, los altos rendimientos por hectárea y los lucrativos precios unitarios de exportación siguen siendo los principales impulsores de dicho crecimiento, lo que estimula las inversiones en la expansión de la superficie tanto en las principales zonas de producción como en las emergentes. Por lo tanto, se prevé que en 2033 la producción crecerá un 3,5% y alcanzará los 14 Mt anuales.

Si bien han surgido nuevas zonas de cultivo con rapidez, es probable que su producción siga concentrada en un pequeño número de regiones y países. Así, los cuatro principales productores —México, Colombia, el Perú y la República Dominicana— aumentarán su producción en el próximo decenio, y en conjunto representarán alrededor de 60% del total mundial en 2033. En concreto, la producción de México, Colombia y el Perú se incrementará entre el 60% y 80% respecto a los niveles del 2024, por lo que se espera que alrededor del 70% de la producción se mantenga en América Latina y el Caribe.

El aguacate va en camino de convertirse en la fruta tropical más comercializada, superando tanto a piñas como a mangos en 2025 y puede alcanzar los 4,3 Mt de las exportaciones en 2033. Las exportaciones mundiales alcanzaron 10.400 millones de dólares en valor constante de 2021 a 2023, lo que lo convierte en uno de los productos básicos de fruta más valiosos. Pese a la creciente competencia de los exportadores emergentes, se espera que México conserve su posición de liderazgo con un 53% del total en 2033. Este resultado se verá respaldado por un crecimiento de la producción del 3,6% anual el próximo decenio y el continuo aumento de la demanda de EE. UU. Las exportaciones de Perú, segundo mayor exportador, alcanzarán el 25% de los envíos mundiales y los suministros atenderán la creciente demanda de la UE.

Asimismo, se espera que EE. UU. y la UE sigan siendo los principales importadores, con el 46% y el 25% del total mundial en 2033, respectivamente. Sin embargo, también se prevé que las importaciones crezcan en Reino Unido, Canadá, China y algunos países de Oriente Medio, por el aumento de los ingresos y los cambios en las preferencias del consumidor. Al mismo tiempo, en algunos países productores se espera que su consumo per cápita aumente a la par que los ingresos, sobre todo en Colombia, República Dominicana e Indonesia.

Papaya

Las exportaciones de papaya de México disminuyeron un 4% en 2023, debido a condiciones meteorológicas adversas. Prácticamente, toda la exportación de papaya de este país se destina a los EE. UU., aunque la mayor parte de la producción sirve para cubrir su consumo interno.

Las importaciones mundiales se mantuvieron relativamente estables en cerca de 0,35 Mt en 2023, y los Estados Unidos siguió siendo el principal importador con casi el 62% de las mismas. Fuentes de la industria informaron que la demanda de papaya por parte norteamericana se mantuvo sólida los primeros siete meses de 2023, debido sobre todo a que se la considera una fuente rica de vitamina C. La UE representó el 9% de las importaciones mundiales (0,03 Mt).

Se prevé que la producción mundial de papaya aumentará un 1,5% anual, situándose en 17 Mt en 2033, en comparación con los 14 Mt de 2024. La participación de las exportaciones en la producción se situó alrededor del 2% en 2024, y esta se ve impulsada sobre todo por la demanda interna debido al crecimiento de la población y de los ingresos. Se espera que Asia, el principal productor mundial aumentará hasta el 60% en 2033, desde el 58% de 2024. India aumentará la producción a una tasa del 1% anual, ampliando su participación en la producción mundial al 35% en 2033. El crecimiento demográfico y el de los ingresos serán los principales factores generadores de dicho aumento, y se espera que el consumo per cápita en la India alcance los 4,1 kg en 2033, ligeramente por encima de los 3,9 kg de 2024. En Indonesia la producción se incrementará un 2,3% anual en el periodo 2024–2033, debido principalmente a la creciente demanda interna ante el aumento previsto del 4% anual de los ingresos per cápita.

Las exportaciones mundiales se verán determinadas por el incremento de la producción en México y el aumento de la demanda de los importadores clave. Con una tasa anual promedio del 1,2%, las exportaciones de papaya a nivel mundial pueden alcanzar los 0,4 Mt en 2033. Hasta ahora, un gran obstáculo para la expansión significativa del comercio internacional ha sido el carácter perecedero de esta fruta y su fragilidad al transportarla, lo cual dificulta su suministro en destinos lejanos. Las innovaciones en la cadena de frío, el embalaje y las tecnologías de transporte facilitarán y acrecentarán su distribución, teniendo en cuenta la creciente demanda de los consumidores de los mercados de importación.

Incertidumbres

Las Perspectivas de la producción, el comercio y el consumo a nivel mundial de las principales frutas tropicales frescas para el periodo 2024–2033 están sujetas a obstáculos e incertidumbres. Las altas tasas de inflación, el pago de intereses elevados y las fluctuaciones en el tipo de cambio amenazan con frenar la demanda en los mercados nacionales y de importación, en especial para los consumidores en condición de pobreza. Dados los valores unitarios, por lo común altos, y las elevadas elasticidades del precio de la demanda de frutas tropicales, los cambios en los ingresos de los consumidores o los precios pueden afectar la demanda. Las incertidumbres geopolíticas que podrían interrumpir las relaciones comerciales establecidas y afectar seriamente los distintos mercados son motivo de mayor preocupación.

En lo que respecta a la oferta, los efectos del cambio climático aumentan la incidencia de sequías, inundaciones, huracanes y otros desastres naturales, que hacen que la producción de las principales frutas tropicales sea cada vez más difícil y costosa. Dada la naturaleza perecedera de estos productos, los problemas ambientales y la infraestructura insuficiente siguen poniendo en peligro la producción y el suministro internacionales. Se trata de un problema particularmente grave, ya que la mayoría de estas frutas se producen en entornos remotos e informales, desconectados de las principales rutas de transporte, donde el cultivo depende mucho de las precipitaciones y es propenso a los efectos adversos de fenómenos climatológicos cada vez más erráticos. Ante los diversos conflictos bélicos que afectan la economía mundial, el riesgo de perturbaciones futuras en las cadenas de suministro locales y mundiales, los mercados de fertilizantes, las rutas de transporte y el acceso a los mercados de exportación añaden incertidumbre a las perspectivas en la próxima década. Además, ante el aumento de las temperaturas, se propagan con más rapidez y gravedad plagas y enfermedades.

Por otro lado, dada la popularidad de la piña y el aguacate en los mercados de importación, sus cadenas de valor mundiales se caracterizan por una intensa competencia entre los actores del mercado hasta el nivel minorista. En el caso de la piña, la situación ha presionado a la baja los precios en cada etapa y mantuvo los pagados al productor bajos y con poca fluctuación. El aumento de los costes de producción, los bajos precios y los estrechos márgenes de utilidad dificultan la remuneración adecuada de los trabajadores y de los pequeños agricultores en estas industrias, y actúa como un obstáculo importante para los productores a la hora de enfrentar los retos que surjan y los trastornos en la cadena de suministro. Por consiguiente, las perspectivas de producción se ven amenazadas por las elevadas presiones competitivas.

Los datos y la información sobre la evolución de los mercados de exportación mundiales en los últimos años ya apuntan en esta dirección, y las frutas de menor valor, como la piña, se ven especialmente afectadas.

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SanLucar incluye en su oferta una nueva referencia para los amantes de las frutas tropicales: la papaya, un producto que la marca comercializa ahora en puntos de venta de Alemania y Austria.

Las deliciosas papayas de la variedad "Sweet Sense" se caracterizan sobre todo por su dulzor natural, madurado en el árbol. Su pulpa jugosa y firme, y de color anaranjado, es suave y tiene un gran sabor. Un inconfundible sabor aromático que recuerda al mango y la naranja, y con un ligero toque de melón. Ya sea sola, en smoothies o en macedonias, la papaya SanLucar aporta un toque exótico a cualquier creación culinaria.

El nuevo producto de la marca premium se cultiva en las islas Canarias, cuyo clima subtropical es ideal para el crecimiento de la planta de la papaya, con temperaturas que oscilan entre los 18ºC y los 28ºC durante todo el año. La elevada humedad y las cálidas temperaturas, unidas a los fértiles suelos de las islas, contribuyen también a su particular dulzor –siempre por encima de los 11º Brix– y garantizan una cosecha abundante. La fruta pesa entre 800 y 1.100 gramos y, con un diámetro de 23 cm, tiene un tamaño medio ideal para venderse entera en el supermercado. Cabe destacar que las papayas canarias pueden obtenerse con una calidad constante durante todo el año. La piel de este manjar tropical en forma de pera es inicialmente verde y se vuelve amarillo– verdosa tras un periodo de maduración en el árbol de unos 10–12 meses, dependiendo de la variedad. El cultivo sostenible y respetuoso con el medio ambiente se lleva a cabo de acuerdo con las certificaciones Global GAP & GRASP, IFS y Producción Integrada Canaria. Además, la ruta de entrega dentro de Europa es comparativamente corta. Las papayas también están disponibles en cajas SanLucar de 4 kg.

«En SanLucar estamos orgullosos de haber encontrado un socio de cultivo en la empresa familiar Sat Fruta Tropical de las Islas Canarias, especializada desde hace años en el sector de exóticos. Nuestras papayas encarnan la esencia de los trópicos y estamos encantados de compartir esta excepcional experiencia frutícola con nuestros apreciados clientes. Apoyaremos el lanzamiento del producto con numerosas promociones y atractivas islas en los supermercados», afirma Armin Rehberg, CEO de SanLucar.

https://www.sanlucar.com/

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La Asociación Española de Frutas Tropicales, un colectivo de más de 450 productores, con más de 3.350 hectáreas de frutas tropicales, de las cuales más de 350 son de producción ecológica, ha alertado que el campo tropical de Andalucía se encuentra al «borde del colapso» por la situación de «estrés hídrico» a la que se enfrenta. El presidente de esta entidad, Javier Braun, ha comentado que esta situación se produce «tras años de promesas incumplidas, falta de inversiones en infraestructuras hidráulicas y el abandono institucional en materia de gestión hídrica». Al respecto, Braun ha lamentado las «oportunidades perdidas» durante la última década para arbitrar un plan de redistribución de los recursos hídricos que «responda a las necesidades de los productores de las más de 9.000 hectáreas en explotación y al paulatino crecimiento en la superficies de cultivo».

Al mismo tiempo, siente que las administraciones «de distinto signo y color» les estén negando esta visión «estratégica y de futuro» que llevan años exigiendo para el sector, y ha añadido que en varios encuentros con la Junta han puesto sobre la mesa medidas concretas respaldadas «con informes técnicos rigurosos». Algunas de estas son «incrementar los recursos destinados al riego con aprovechamientos de los flujos resultantes de la depuración y la construcción de balsas para almacenar los caudales procedentes de las precipitaciones en época de lluvias».

Braun ha criticado también que la Administración no haya actualizado y consensuado un documento estratégico para el sector, que funciona con el Plan Guaro, de 1989, que consideraba ‘de interés nacional’ los cultivos tropicales de la Axarquía por su alto valor añadido. Para el presidente de la entidad, las circunstancias de entonces «no tienen nada que ver con la actualidad del cultivo tropical en el Mediterráneo», agravadas por la situación de estrés hídrico que «ha reducido a más de la mitad el caudal disponible para riego».

La superficie del cultivo se ubica mayormente en la comarca malagueña de la Axarquía y la Costa Tropical de Granada, donde este sector es «uno de los grandes motores económicos» del que depende la economía de más de 5.000 pequeños agricultores y que «genera miles de puestos de trabajo indirectos», ha resaltado la Asociación Española de Frutas Tropicales.

 

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Bajo el título ‘Transferencia de I+D+i para el Desarrollo Sostenible de Frutales Tropicales en la Macaronesia’ se ha presentado en el trascurso de unas jornadas técnicas FRUTTMAC, proyecto liderado por el Instituto Canario de Investigaciones Agrarias (ICIA), dentro del Eje 1 del Programa Interreg MAC 2014–2020. La finalidad de este proyecto, que tendrá una duración de tres años, es el uso eficaz de los recursos fitogenéticos de Canarias, Azores, Madeira y Cabo Verde y su accesibilidad, el fomento de la gestión sostenible de las explotaciones y la diversificación de la oferta comercial, tanto local como de exportación.

En el proyecto participan un total de 25 entidades, 16 de las cuales son beneficiarias de Fondos de Desarrollo Rural (FEDER), siete son participantes asociados y dos de terceros países. Entre los beneficiarios se encuentran centros de investigación como el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de la Universidad de La Laguna, la Universidad de Madeira y la Universidad de las Azores; las administraciones públicas regionales e insulares como la Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca del Gobierno de Canarias y los cabildos insulares, además de distintas asociaciones entre las que aparece la Asociación de Agricultores y Ganaderos de Canarias (ASAGA Canarias ASAJA) y la Asociación de Productores de Plátano de Canarias (ASPROCAN). Dentro de los participantes asociados destacan empresas como SAT FAST, Cultesa o Viveros La Cosma, entre otras.

Juan Cabrera, investigador del ICIA y presentador de las jornadas, celebradas en el salón de actos de este centro de investigación, ha señalado que «se pretende generar sinergias entre los distintos participantes del proyecto, es decir, técnicos, investigadores, empresarios y productores de los diferentes archipiélagos para poder cooperar y crear un plataforma de trabajo común que nos permita investigar y desarrollar el sector de frutales tropicales en las islas dado su interés comercial y el aumento de consumo de este tipo de frutas».

El primer objetivo del proyecto será trabajar con los bancos de germoplasma de frutas tropicales de la Macaronesia para conocer la disponibilidad del material vegetal existente en cada una de las regiones; seleccionar las variedades de mayor interés a las que se destinarán los fondos y realizar un estudio detallado de cada una de ellas. En este punto será necesario definir los descriptores morfológicos, moleculares y agronómicos que se emplearán para poder realizar comparativas entre todos los territorios participantes bajos los mismos criterios con el fin de poder valorar cómo se comporta una variedad determinada en cada zona y conocer su viabilidad. Dentro de este objetivo se incluye dar accesibilidad tanto a la información generada como al material vegetal identificado y caracterizado.

Los participantes en este proyecto han acordado que platanera, aguacate, mango, maracuyá, piña tropical y chirimoya serán las principales especies sobre los que se desarrollarán los estudios, que incluyen también aspectos relacionados con el cultivo sostenible y la diversificación de la oferta. En la actualidad, Canarias cuenta con una superficie en torno a las 2.000 hectáreas de cultivo de tropicales ya consolidadas en aguacate, papaya, piña tropical o mango, aparte de 8.000 hectáreas dedicadas al plátano. Asimismo, otras producciones están comenzando a emerger con fuerza como pitahaya, parchita, tamarillo o plátano rojo que registran de momento menores volúmenes.

La producción de frutas tropicales en las regiones macaronésicas cuenta con una serie de ventajas. La principal es el incremento de la demanda por parte de los consumidores cada vez más concienciados con una alimentación saludable y con el consumo de productos sostenibles, además de la posibilidad de destinar parte de las producciones al sector turístico y a la industria agroalimentaria transformadora de las islas.

Paralelamente, juegan a favor de este tipo de producciones, la cercanía al continente y la pertenencia de estos territorios ultraperiféricos a la Unión Europea y, en el caso concreto de Canarias, la existencia de la Orden de 12 de marzo de 1987 por la que se establecen las normas fitosanitarias relativas a la importación, exportación y tránsito de vegetales y productos vegetales, que prohíbe la entrada de determinadas tropicales a nuestra región, de ahí la importancia de su mantenimiento. Entre las desventajas se encuentran los recursos limitados de agua y suelo, los altos costes de producción, la fragmentación del territorio, la competencia exterior, la introducción de plagas y enfermedades y el cambio climático.

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