El sector primario español empieza a dejar atrás el fuerte descenso registrado entre finales de 2021 y la primera mitad de 2023, cuando acusó unas condiciones climáticas adversas (por la situación de sequía severa en gran parte del país) y un repunte de los costes de producción (como consecuencia de la guerra en Ucrania, en gran medida). Así, en el primer semestre de este 2024 el valor añadido bruto (VAB) ha crecido un 7,6%, más del doble que en el conjunto de la economía que lo ha hecho un 2,8%. Estos datos figuran en el Informe Sectorial Agroalimentario de CaixaBank Research, el servicio de estudios de CaixaBank, presentado online por los dos economistas encargados de coordinarlo, Judit Montoriol y Pedro Álvarez.
En sus conclusiones, se apunta que la incipiente mejora de la sequía prolongada que ha afectado a gran parte del campo español y una cierta moderación de los costes de producción se están traduciendo en unas estimaciones más positivas para la campaña 2024/25.
En el repaso que ha realizado, Montoriol ha apuntado que el valor de la producción agraria se incrementó un 4% en 2023, gracias al aumento en los precios (13,1%), que compensó el descenso del volumen de producción (–8%), detrás del cual destaca la fuerte caída en la producción vegetal (–12,2%), que acusó otro mal año hidrológico. Las producciones en las que predomina el secano fueron las más afectadas, registrando el aceite de oliva (–58,6%), los cereales (–34,8%) y el vino y el mosto (–21,1%) las caídas más pronunciadas. Por el contrario, las producciones más ligadas al regadío tuvieron un mejor comportamiento, destacando el incremento de la fruta (4,6%), que se benefició de un aumento del 15,8% en los precios.
Además, en la comparativa con otros países de la UE, la producción vegetal española registró un mayor descenso (superior al 20% en los dos últimos años).
Incremento del riego eficiente
Respecto al regadío, Montoriol ha señalado que la superficie ha sufrido un ligero retroceso los dos últimos años, pero en cambio las técnicas de riego eficiente como el localizado, que se ha incrementado un 87,8% entre 2004 y 2023, están cada vez más extendidas. El de aspersión y automotriz ha crecido un 6,9% en este periodo, mientras que el de gravedad ha caído un 43%. En este sentido, la experta ha comentado que «en un contexto de cambio climático es muy importante avanzar en las técnicas de modernización del regadío».
En el informe se recuerda que la situación de sequía prolongada sigue siendo grave, pero se ha moderado recientemente (un 12% del territorio afectado en junio de 2024 frente al 45% en octubre de 2022). En cuanto a los costes de producción, aunque los más relevantes para el sector siguen muy por encima de los niveles prepandemia, «se mantiene el tono de gradual moderación iniciado en 2023. Las mayores correcciones desde máximos se han producido en los costes energéticos, los fertilizantes y, en menor medida, en los piensos».
Asimismo, se indica que «todo parece apuntar a que esa tendencia de moderación se mantendrá en los próximos meses. Por un lado, los costes energéticos, tanto en lo que respecta al mercado del petróleo como al del gas natural, continúan moderándose y están en torno a mínimos desde el estallido del conflicto en Ucrania, si bien es cierto que no se puede descartar una escalada en el conflicto en Oriente Próximo que altere el escenario energético actual».
Estos dos aspectos mencionados, el gradual descenso de los costes y la incipiente mejora de la situación hidrológica, se está traduciendo en unas estimaciones más positivas para la campaña 2024/25 tras dos años difíciles. Judit Montoriol ha explicado que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) prevé un repunte del 17% en la producción de uva para mosto y vino en 2024/25, «aunque el sector se quedará muy lejos de retomar la producción media de las cinco campañas anteriores (un 7,2% por debajo del promedio 2019/23)». En relación al olivar, el MAPA no ha proporcionado datos para esta campaña, si bien las diferentes asociaciones interprofesionales del sector anticipan una recuperación de la producción hasta un nivel similar al promedio de los últimos 10 años, tanto en España como a nivel mundial.
En el Informe Sectorial Agroalimentario de CaixaBank Research también se resalta que «el sector primario sigue destruyendo empleo, a un ritmo del 2–3% anual, de tal manera que su peso en el total de afiliados continúa descendiendo. Los últimos meses disponibles no son una excepción: el sector destruyó 18.000 empleos entre enero y agosto, lo que supone un descenso del 2% interanual». Por el contrario, «los afiliados están creciendo a ritmos del 2,3% interanual en la industria alimentaria en lo que llevamos de 2024 (de enero a agosto), ritmos similares a los registrados en los últimos años».
Intensa actividad exportadora
España sigue siendo una gran potencia exportadora de productos agroalimentarios, y a nivel global, ocupa la octava posición en el ranking de países exportadores de productos agrícolas, con una cuota del 3,2%, y la cuarta en el de la UE. Nuestro país vende productos agroalimentarios a prácticamente todo el mundo, si bien los países de la eurozona son los principales destinos, ya que reciben casi dos terceras partes del total, con Francia y Alemania a la cabeza (18,1% y 13,2%, respectivamente). Además, el dinamismo de las exportaciones a China, Estados Unidos y a algunos socios de la eurozona, sobre todo Portugal, contrasta con el desplome de las ventas al Reino Unido, muy condicionadas por el Brexit. De este tema ha hablado el otro economista de CaixaBank Research, Pedro Álvarez.
La mejora de la producción agraria en el primer semestre de este año ha permitido que las exportaciones agroalimentarias volvieran a crecer en volumen, un 3% interanual, tras dos años consecutivos de retrocesos. Centrándose en los cuatro principales productos exportados (frutas, legumbres y hortalizas, bebidas y carnes), que aglutinan casi el 60% de las exportaciones, «todos aumentaron sus ventas al exterior en el 1S 2024, salvo las carnes (–1,4%)». Entre ellos sobresalen las legumbres y hortalizas, con un crecimiento del 10,0% interanual, muy superior al de las frutas (4,5%) y bebidas (1,4%). Únicamente las frutas se encuentran por debajo del promedio de 2014/19 (–14%)
El informe pone el foco en el intenso repunte que han sufrido los precios de los alimentos en España en 2022 y 2023, de tal manera que acumulan un incremento del 30,7% desde diciembre de 2019, situándose casi 13 puntos por encima de la media del IPC. De cara a los próximos trimestres, se prevé que el descenso de los precios de las materias primas agrícolas y de la energía en los mercados internacionales ayude a contener los costes de producción agrarios y, con ello, que sigan moderándose las presiones inflacionistas sobre los alimentos.
Aunque los precios de los alimentos se han moderado, para los próximos meses se espera que «mantengan la tendencia de desinflación a corto plazo, si bien podrían repuntar en 2025 una vez se eliminen las rebajas de IVA de determinados productos». A pesar de esa moderación en el crecimiento de estos precios, «todavía no se percibe una reactivación significativa en la demanda: en términos reales, las ventas minoristas en alimentación crecen a tasas modestas (1,2% interanual en julio de 2024), levemente por debajo de las registradas en 2023».
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