Métodos para prevenir y controlar las heladas

En los últimos años se ha producido un incremento de los daños producidos por las heladas primaverales, como las ocurridas el mes de abril de 2022, en los cultivos frutícolas. Ante esta situación, hemos contactado con diversas empresas y organizaciones para ver qué soluciones y medidas preventivas ofrecen para minimizar los daños producidos ante este fenómeno que daña a los árboles, pero también afecta de manera notable a la producción.

Osvald Esteve, responsable de fruta de hueso de la Coordinadora de Organizaciones Agrícolas y Ganaderas (COAG), ha manifestado que «se pueden hacer muchas cosas para combatir las heladas, pero estamos ante un escenario evidente de cambio climático. El termostato del planeta se ha estropeado, ya que el desplazamiento de aire caliente y frío desde los dos polos no funciona bien y por esto hay estas oscilaciones de temperatura en momentos puntuales».

Esteve ha comentado que hay varios sistemas eficaces, pero lo primero que recomiendan desde su organización agraria «es un estudio climático de cada explotación y cotejarlo con las estaciones meteorológicas de la zona donde esta se encuentra ubicada». Sobre los sistemas que se pueden utilizar ha destacado como el más eficaz el de aspersores, «que ha de contar con una buena reserva de agua». A continuación, se situaría el de microaspersores, que «no puede aguantar tanta presión de frío en ciertas bajadas de temperatura, pero que también es muy interesante». Y después vendrían los ventiladores, de distintos tipos y medidas.

Ante todo, el responsable de fruta de hueso de COAG ha afirmado que «debe de hacerse un buen manejo de todos estos sistemas, saber cuándo se han de poner en marcha, sobre todo ante estas heladas, que denomino de última generación, muy marcadas por el cambio climático».

Maquinaria Agrícola Segués

El departamento de I+D de Maquinaria Agrícola Segués ha desarrollado una caldera de biomasa remolcada para hacer frente a las heladas tardías. El implemento diseñado se llama Arbogel y su utilización está enfocada para cuando las temperaturas críticas pueden afectar a los vegetales por las heladas de radiación.

Arbogel «dispone de una caldera de combustión de biomasa en la cual se puede emplear restos de poda, paja, heno, etc. Y que junto con una turbina de aire y un difusor de agua crean una niebla densa y húmeda que estanca la hidrometría creada, cerca del suelo, aumentando la temperatura y reduciendo la radiación terrestre». De esta manera, «se consigue, una protección al cultivo. También cabe destacar que, al tener una turbina, mezcla las capas frías con las capas calientes del aire, calentando el mismo en contacto con las plantas. El equipo puede proteger una superficie de cultivo de hasta 8 ha y –4ºC».

Esta caldera de biomasa está especialmente diseñada para cultivos interlíneas como frutales de pepita, de hueso, viñas y olivos. Una característica que no puede pasar desapercibida del apero «es brindar una solución contra las heladas de bajo coste para el agricultor». Según las necesidades del cultivo y sus dimensiones hay dos modelos de máquinas, el modelo Arbogel para cultivos como manzanos, perales, almendros o melocotoneros entre otros y el modelo Vitigel para cultivos de menor envergadura como la vid u las hortalizas.

Control de Heladas

«Para poder controlar las heladas, empezamos a trabajar con baja aplicación de agua y todo el mundo era reacio a utilizar este sistema, tanto los agricultores como las casas de riego. Y puedo decir que ha funcionado y lo ha hecho muy bien», ha manifestado el CEO y fundador de la empresa Control de Heladas, Carlos Arenes. Para añadir que «la ventaja que tienen nuestros clientes es que cuentan con un asesoramiento directo sin intermediarios».

Arenes ha comentado que en este sistema de baja aplicación de agua «hay que vigilar con el arranque del sistema, ya que si no tenemos cuidado podemos provocar una helada por evaporización nosotros mismos». Además, «cuando tenemos este tipo de heladas es muy importante regar el sistema con mucha antelación porque convertimos una helada negra en una blanca». Y eso se debe a que «saturamos una atmósfera de humedad donde está la superficie de la planta, creamos un 100% de humedad, aunque apliquemos muy poca agua, y cuando llega la helada y para el viento lo tenemos todo mojado y la humedad relativa alta».

El CEO de Control de Heladas ha indicado que «nuestro sistema está definido para frío, y si nos lo pide el cliente para frío y calor y frío, calor y nutrición y tratamientos fitosanitarios. Lo hacemos todo a la carta para cada cliente y cada parcela». Entre las ventajas de este sistema basado en micro pulsos destaca el poco coste de funcionamiento y sin efectos secundarios.

Para concluir ha subrayado que «somos la única empresa en nuestro país diseñada en exclusiva al control de heladas. Es un trabajo complejo que requiere de muchos conocimientos técnicos».

Regaber

La selección adecuada de un sistema de mitigación de heladas es fundamental y es una cuestión económica para esta Regaber. El objetivo «es proporcionar una protección suficiente al cultivo, garantizando la cosecha en cantidad y calidad, teniendo en cuenta la configuración del sistema y sus costes operativos frente al coste potencial de los daños que se evitan».

Para seleccionar el sistema de mitigación de heladas adecuado hay que tener en cuenta la disponibilidad de agua y de energía; el tamaño de la zona protegida; la climatología; la topografía del lugar y sus puntos particulares de microclima; la frecuencia y la duración prevista de las heladas; la distancia entre árboles a temperatura crítica de la planta en cada una de sus fases de crecimiento.

Regaber ha señalado que según la distribución de los aspersores habrá una cobertura total o un riego localizado sobre el árbol. En el primer caso, el diseño se realiza para cubrir la totalidad de la finca cultivada, aunque este sistema presenta diversas desventajas como un consumo elevado de agua, riesgo de encharcamiento y escorrentías, degradación de la estructura del suelo por erosión o inundación y el lavado de nutrientes.

Respecto a la aspersión localizada sobre el árbol, Regaber ha explicado que el diseño se realiza para proteger solo el cultivo, dejando las calles secas. La principal ventaja «es la reducción (del 30% al 70%) de la aplicación de agua en comparación con la aspersión de cobertura total sobre el cultivo». Como desventajas «podríamos citar el mayor riesgo de evaporación en caso de baja humedad y viento y una eficiencia más limitada en condiciones de viento».

Por lo que se refiere a la aspersión localizada sobre el árbol, la compañía ha indicado que el diseño se hace para proteger solo el cultivo, dejando las calles secas. Su principal ventaja es la reducción (del 30% al 70%) de la aplicación de agua en comparación con la aspersión de cobertura total sobre el cultivo. Como desventajas destacan el mayor riesgo de evaporación en caso de baja humedad y viento, y una eficiencia más limitada en condiciones de viento.

Según el tipo de aspersor, se puede elegir entre aspersión o microaspersión de funcionamiento en continuo o microaspersión por pulsos Pulsar® de Netafim. El sistema Pulsar® funciona usando un reducido caudal por hectárea inferior al 50% de agua requerida en sistemas de aspersión continua. Su función autocompensante «proporciona una gran uniformidad a lo largo de la línea de riego y permite su uso en terrenos en pendiente o con largos laterales. Sus frecuentes pulsos por minuto, en relación con el caudal del gotero y el tipo microaspersor, aseguran un riego continuo en una gran área». Asimismo, «se evita la saturación del suelo, incluso después de muchas horas de riego. Y se deposita un menor peso del hielo sobre la planta, evitando problemas de roturas de ramas».

Si se necesita una distribución de agua circular para proteger la copa del árbol en cultivo tradicional, «optaremos por Pulsar+Gyronet», mientras que en el caso de querer proteger cultivos leñosos en seto o superintensivo, «disponemos de Pulsar+StripNet X. Se trata de un innovador microaspersor que aplica el agua en forma de franja de 1,20 metros de ancho, de esta manera no se desperdicia agua fuera del cultivo».

SATGarden

La ocurrencia de heladas es uno de los desastres climáticos que mayor afecta al sector agropecuario. «Debido al cambio climático, los productores frutícolas y vitivinícolas sufren una alta variabilidad climática que provoca eventos cada vez más extremos con mermas en la producción y baja calidad del producto», según ha señalado el ingeniero, Pedro Mastrangelo, de The Climate Box, cuyo distribuidor en España y Portugal es SATGarden.

Ante este escenario, es importante resaltar que es imprescindible realizar estudios microclimáticos de riesgo y control de heladas para tomar decisiones ante un fenómeno que está resultando el principal factor limitante de producción.

Existe un nuevo producto de este tipo utilizado para nuevas plantaciones y también para las existentes. Se han realizado más de 60 estudios en España y Portugal en los últimos 3 años en muy diversas regiones y cultivos, con excelente resultado. Se deben posicionar termógrafos en puntos estratégicos de cada finca y realizar una campaña de medición por 5 semanas aproximadamente.

Los estudios microclimáticos tienen como entregables:

– Entendimiento de la dinámica de los flujos del aire frío en la región en que se encuentra cada finca, mediante un software de cálculo fluidodinámico.

– El cálculo de microclimas existentes en cada finca, separados cada 0,5ºC.

– El riesgo de heladas de cada microclima, correlacionando con la estación meteorológica más cercana.

– Dada la fenología de cada cultivo y variedad (temprana, tardía o extra tardía) y la temperatura crítica asociada, se determina para cada microclima el incremento de temperatura neto (en ºC) necesario para estar en niveles de riesgo aceptables para el inversor/productor.

– Diseño específico de medidas pasivas de control de heladas como selección de mejores sitios a plantar, cortinas que derivan el flujo de aire frío entrante a la finca, apertura de zonas de salida de aire frío y correcta gestión del suelo.

– Diseño específico de medidas activas efectivas en caso de ser necesario, dada la dinámica de flujos de aire frío en cada caso: riego antihelada sobre el follaje (cada microclima tendrá su correspondiente pluviometría en mm/h), Torres o Wind Machines (11 m de altura y hélices de 6 m de diámetro), calefactores o velas con buena capacidad radiativa, y SIS (Sumidero Invertido Selectivo) fabricados bajo diseño original.

Por todo ello, Mastrangelo ha indicado que «es importante destacar que cada sistema activo tiene sus limitaciones y sus problemas colaterales asociados. Por ejemplo, para el riego antihelada, la necesidad de grandes cantidades de agua, los problemas fitosanitarios causados al cultivo y la posible asfixia en las raíces».

El sistema SIS resulta (cuando es aplicable) «el mejor sistema en relación con su costo-beneficio, con mínimo impacto ambiental y uso muy bajo de energía».

Repsol y AG Group

Estas dos compañías, Repsol y AG Group, reducen los riesgos de heladas con torres antiheladas alimentadas con gas propano. Estas torres son de la firma norteamericana Orchard–Rite, que diseña y fabrica equipos eólicos de última tecnología, que son comercializados por AG Group.

El sistema arranca de forma automática cuando las temperaturas caen por debajo de la temperatura critica seleccionada por el agricultor, por lo que es aconsejable manejar datos para arrancar la máquina en un tiempo prudencial antes de que comience la helada.

La máquina, compuesta de una pala de una sola hoja, inclinada para facilitar el movimiento del aire y sustentada por un poste alrededor de 11 metros de altura, aparta el aire frío cercano al cultivo que hay en las capas atmosféricas inferiores, y lo sustituye por aire caliente que se encuentra en las capas altas, evitando de esta manera una helada por inversión térmica. Por su parte, el tanque de gas propano de Repsol garantiza un suministro continuo, con un servicio de atención 24 horas los 365 días del año.

Asimismo, Repsol y AG Group ofrecen un estudio personalizado y gratuito para el agricultor interesado en instalar estas torres antiheladas.

Viti–Chauffe

Fabrica y comercializa una estufa de triple combustión VT1 destinada a luchar contra las heladas tardías en viña y otros cultivos como árboles frutales. Se trata de un dispositivo sencillo, de fácil manejo, económico y ecológico, que no genera ni ruidos, ni olores, ni humos. El combustible utilizado son pellets de madera, con lo que de esta manera se aprovecha un subproducto de las propias plantaciones favoreciendo el reciclaje de los residuos y, por tanto, la economía circular. Tiene una eficiencia garantizada en temperaturas de hasta –5º, y una autonomía de más de 8 horas de combustión, con 15 kilógramos de pellet. Se necesitan alrededor de 200 piezas por hectárea, abarcando cada una de ellas unos 50 m2.

Desde la Viti–Chauffe han señalado que en función de la fuerza de la helada y de la inclinación del terreno se puede ajustar el sistema para que el consumo de pellet sea mayor o menor.

Se trata de una estufa que en el poco tiempo que lleva en el mercado ya ha tenido varios reconocimientos a la innovación, en los salones VITeff, en Francia, y en FIMA, en Zaragoza.

Patrones que protegen a las variedades injertadas

Las heladas no solo se pueden controlar utilizando métodos activos como los anteriormente mencionados, sino también con un buen manejo del cultivo eligiendo las mejores variedades y patrones. Es conocido que los patrones resistentes al frío son capaces de proteger a las variedades injertadas en ellos de los efectos de las heladas, «reduciendo o impidiendo daños en árboles y fruta». Un trabajo realizado por los investigadores del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA), Amparo Primo, Mª Ángeles Forner, Mary–Rus Martínez–Cuenca y Javier Terol, «ha determinado que el patrón transfiere su resistencia o sensibilidad a las bajas temperaturas a las variedades comerciales de cítricos injertadas en ellos».

Para el estudio se usó la variedad de naranja ‘Valencia Delta’ injertada en Carrizo citrange, uno de los patrones más tolerantes al frío, y Macrophylla, uno de los más sensibles a las bajas temperaturas. El estudio metabolómico y transcriptómico efectuado «ha sugerido que la señalización de ABA podría desempeñar un papel relevante en la promoción de la resistencia al frío de la variedad injertada».

Este trabajo «proporciona nuevos conocimientos sobre los mecanismos por los cuales los portainjertos modulan la resistencia al estrés abiótico en la variedad de producción injertada en ellos» y se ha publicado recientemente en BMC Plant Biology.

Redacción.

Publicado en Revista de Fruticultura nº91

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