Los consumidores pagan cada vez más por la comida mientras baja el IPC general y el precio a los agricultores
Unión de Uniones denuncia la consolidación y aumento de los desequilibrios de la cadena alimentaria; corregirlos debe ser prioridad para el futuro gobierno
La Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos, tras analizar los datos publicados el pasado 18 de agosto por el Eurostat, denuncia el gran desequilibrio en el mercado alimentario que no recoge la bajada del IPC general, aumentando los precios tanto a consumidores como a productores.
Según datos Eurostat publicados, el HICP (Harmonised Indices of Consumer Prices) general en España en los últimos 10 meses ha sufrido una deflación del 0,96%, mientras que el paquete específico de los alimentos se ha incrementado en un 1,15%.
La Unión de Uniones, quien ya denunciara esta situación en 2015, constata la continuidad de la tendencia en 2016 de desequilibrios de la cadena alimentaria, «con un negocio alimentario boyante para industria y distribución a costa agricultores y ganaderos y de familias agravando la situación de aquellas económicamente más vulnerables al tratarse de aumentos de precios en bienes de primera necesidad», afirman con indignación desde la organización.
En España, mayores desequilibrios
La oficina de Estadísticas de la Unión Europea permite determinar, a través de los datos ofrecidos actualizados a mes de julio de 2015, la evolución seguida por el índice armonizado de precios al consumo. Desde octubre de 2015 en el conjunto de los 28 países de la Unión Europea el índice general acumula una deflación del 0,09%, lo que refleja una caída de los precios al consumidor contraria al incremento del 0,16% que se ha producido en el apartado específico de alimentación, con especial incidencia en las frutas, que han experimentado un encarecimiento del 4,15%.
Este desigual comportamiento entre el IPC general y el de los alimentos es mucho más acusado en España, donde la deflación general en el mismo período ha sido mayor que la europea, un 0,96%; y la subida de los alimentos ha sido superior, un 1,15% a la media comunitaria, con una subida muy importante particularmente de las frutas, del 12,35%.
En capítulos significativos de la alimentación los precios han tenido también en España una evolución más desfavorable al consumidor que en el resto de la UE. Ejemplos claros son el de la leche, quesos y huevos que, mientras que en Europa han bajado, en España sólo 0,97%. Asimismo, esta situación también se ha dado en el sector de las hortalizas abaratándose en España un 0,55% mientras la disminución en la Unión Europea es del 0,94%.
El encarecimiento en el conjunto de la alimentación de los precios al consumidor en España coindice, además, con una bajada de los precios a la producción. En base a los datos de índices de precios percibidos por los agricultores, de los que el MAGRAMA ha publicado como último dato el correspondiente al mes de abril, los agricultores y ganaderos habrían percibido por sus productos entre octubre de 2015 y abril pasado un 4,67% menos.
Los anteriores datos apuntan a que se mantiene durante lo que va del presente año la tendencia que ya denunciara la Unión de Uniones sobre la ampliación de la brecha que separa cada vez más los precios que recibe el agricultor y ganadero y los que pagan los consumidores.
«En un contexto deflacionario, algo tan básico como la alimentación, le cuesta cada vez más cara a los europeos y, aún más, a los españoles» – denuncian desde la organización–. «Esto es un síntoma de desequilibrios graves en la cadena alimentaria que la vigente legislación, por falta de ambición política, y los actuales instrumentos, por escasez de medios, no están siendo capaces de atajar».
La organización considera que el futuro gobierno de la nación que llegue a formarse debe tomar conciencia de esta situación y abordarla como una prioridad. Así lo trasladó Unión de Uniones a Mariano Rajoy en su condición de Presidente en funciones y Candidato a la Investidura en el escrito remitido a primeros de agosto, acompañado de sus propuestas.