Los científicos europeos piden que se permitan técnicas de edición genómica
La comunidad científica europea hizo pública el 25 de julio una declaración abierta dirigida tanto al Parlamento y Consejo Europeos, como a la Comisión Europea, para que permitan las técnicas de edición genómica y con ellas, una agricultura sostenible y, al mismo tiempo, mejorar la producción de alimentos. La petición de este colectivo se da en un contexto global de aumento de la población, disminución de la biodiversidad y de los recursos, y aumento de la temperatura del planeta, con la necesidad de generar más alimentos mejorando las plantas y desarrollando variedades de cultivo mucho más sostenibles.
Quienes firman el escrito han destacado que la capacidad de utilizar estas nuevas tecnologías de edición genómica «es crucial para el bienestar y la seguridad alimentaria de la ciudadanía europea». Son 117 los institutos de investigación que han firmado un informe de posición inicial que ha dado lugar a la declaración hecha pública, entre ellos el Vicerrectorado de Investigación de la Universitat de València. Además, personal científico de diversas instituciones europeas ha difundido vídeos en los que se explican las ventajas de esta nueva técnica. Entre ellos, hay uno en el que participan Juli Peretó, vicedirector del Instituto de Biología Integrativa de Sistemas (CSIC–Universitat de València), y José Pío Beltrán, profesor de investigación del CSIC en el Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas y coordinador del CSIC en la Comunidad Valenciana.
En esta declaración pública se destaca que la agricultura europea puede hacer contribuciones considerables a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU con la aplicación de las técnicas de edición genómica. Así, se indica que «los métodos de mejora vegetal de precisión como la edición del genoma con CRISPR son herramientas innovadoras que tienen el potencial de ayudar a alcanzar estos objetivos de una manera más rápida y eficiente».
Acceso a las herramientas de mejora vegetal
Para desarrollar estas variedades, el personal especializado debe tener acceso a la gama más amplia posible de herramientas de mejora vegetal. La adición más reciente a la caja de herramientas es la mejora de precisión con CRISPR, que permite desarrollar las variedades de cultivos deseadas de una manera más rápida, relativamente simple y mucho más dirigida en comparación con las técnicas anteriores.
A pesar de ello, en la carta se destaca que «la interpretación actual de la legislación europea (caso C–528/16) impide el uso de la edición del genoma para la agricultura sostenible y la producción de alimentos en la UE». La coincidencia con la publicación el 25 de julio se ha dado justo un año antes el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) había dictaminado que «las plantas obtenidas mediante técnicas de mejora de precisión como CRISPR son organismos modificados genéticamente (OGM), a diferencia de los productos producidos con técnicas de mejora mucho menos precisas, que están exentas de la legislación OGM».
Al respecto creen que «esto es altamente problemático ya que la legislación europea sobre OGM presenta un umbral reglamentario inalcanzable para los institutos de investigación y las pequeñas empresas de mejora. Dicha legislación es simplemente demasiado complicada y costosa de cumplir para la mayoría de estos centros y pequeñas empresas».
Los científicos y científicas que han firmado el escrito consideran que la legislación de la UE sobre OMG se diferencia de la legislación en muchas otras naciones, ya que «la incapacidad para comercializar cultivos con el genoma editado en Europa causará un efecto inhibitorio en las inversiones en I+D en el sector de la mejora de plantas europea. El resultado será que el desarrollo futuro de variedades beneficiosas de manera más rápida y mucho más directa se detendrá en Europa, mientras el resto del mundo adopta la nueva tecnología».
Por todo lo mencionado, las personas y entidades que han firmado el escrito piden una pequeña revisión de la legislación europea «para armonizarla con el marco legal de otras naciones, de forma que permitiría a especialistas y personas que mejoran las plantas, así como otras que se dedican a la agricultura y la producción en Europa incluir la edición del genoma como una de sus herramientas».
«Otros países aplican legislaciones que están más adaptadas al estado actual del conocimiento científico, y excluyen a las plantas que tienen alteraciones que también podrían ocurrir naturalmente o como resultado de actividades de mejora convencionales», han señalado. Lo que en otras palabras quiere decir que en estos países «las plantas con el genoma editado no están sujetas a la legislación de OGM, lo que permite utilizar la edición del genoma para lograr una agricultura y producción de alimentos más sostenibles».