Las abejas como factor clave del rendimiento del almendro cultivado en sistemas superintensivos
Autores:
A. Torrelles1, D. Moliner1, J.M. Villar2, J. Rufat3, A. Arbonés3, M. Pascual4
(1) Alrasa Agraria, S.L. Raïmat, Lleida.
(2) Departamento de Medio Ambiente y Ciencias del Suelo. UdL. Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agraria. Lleida.
(3) Programa de Uso eficiente del agua. IRTA. Parque Científico de Lleida. Edificio Fruitcenter. Lleida.
(4) Departamento de Hortofruticultura, Botánica y Jardineria. UdL. Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agraria. Lleida.
Publicado en Revista de Fruticultura nº70
RESUMEN
El efecto de las abejas en una parcela monovarietal de almendro (‘Avijor’) ha demostrado ser muy eficaz, aumentando el cuajado de frutos en casi el doble del cuajado obtenido en ausencia de abejas (pasando del 20,1% al 39%). El método de evaluación mediante embolsado de ramos ha mostrado ser muy útil si se lleva a cabo teniendo en cuenta la distancia entre las flores bajo control y las colmenas. Además del efecto de la proximidad de las colmenas en el incremento de cuajado se relacionó inversamente con el peso del grano de almendra y con la densidad floral de los ramos.
Palabras clave: Cuajado, Floración, Polinización.
ABSTRACT
Honey bees as a key factor of almond tree yield cultivated in superintensive systems. The effect of the honey bees on fruit set in an almond orchard (cv. Avijor) has been evaluated, increasing fruit set almost twice (from 20,1% to 39%). Shoots bagging method has shown to be useful when is analyzed taking into account the distance between the bagged flowers and the hives and also the foraging effect of honey bees in flowers neighboring the hives. Moreover, fruit set increment was inversely related to almond weight and flower density of shoots.
Key words: Fruit set, Flowering, Polination.
El crecimiento de la superficie cultivada de almendro en la península ibérica se apoya, en buena parte, en los sistemas intensivos (en torno 300 árboles/ha) y superintensivos con alta densidad (2.000 y 3.000 árboles/ha). Esto es posible por la disponibilidad de material vegetal mucho más adaptado, tanto en el porte como en los hábitos de fructificación y vigor de la planta. Ello puede permitir una gestión más eficiente y tecnificada de este tipo de sistemas, caracterizados por una alta inversión inicial y costes de producción. En contrapartida, el objetivo fundamental de la alta viabilidad económica de estos sistemas se alcanza tan solo cuando son factibles los rendimientos altos y sostenidos. Por ello es imprescindible identificar y definir un proceso productivo bien integrado para obtener año tras año una alta floridez y cuajado de frutos, que, por sí mismos, constituyen dos de los factores claves de la alta productividad del almendro (Tombesi et al., 2017).
Las variedades de almendro que se plantan actualmente en la cuenca mediterránea proceden de diferentes programas de mejora establecidos en esta región (Socias i Company et al., 2009). Entre otros objetivos principales, está la obtención de variedades auto–compatibles, las cuales suponen en la actualidad casi los 2/3 de la oferta de material vegetal. Ello, además de otros aspectos agronómicos, supone a priori una sustancial ventaja competitiva para mejorar la eficiencia y los resultados de la producción. Sin embargo, en los foros de opinión del sector aún es recurrente la discusión de los posibles beneficios de los insectos útiles en la polinización de las flores y en el cuajado de frutos de almendro en las plantaciones monovarietales auto–compatibles. Sobre este tema existen varios aspectos subyacentes a tener en cuenta para la gestión de las plantaciones que se comentan a continuación.
La mejora varietal utiliza generalmente el criterio de Grasselly (1980) para calificar la auto–compatibilidad de las variedades (Socias i Company y Gradziel, 2017). Así, se clasifican como auto–compatibles cuando el cuajado de frutos oscila del 6 al 10% en ausencia de otro polen que no sea el de la misma variedad y de altamente auto–compatible cuando el cuajado supera el 10%. Las variedades modernas calificadas como auto–compatibles expresan este carácter con diferentes grados que van desde un cuajado moderado (10–20%) a muy alto (hasta el 60%), en buenas condiciones de cultivo. Por lo que, a pesar del calificativo asociado, el cuajado no siempre será el óptimo en condiciones de plantaciones monovarietales, dependiendo sobre todo del genotipo.
Se han demostrado las ventajas que ofrecen las variedades auto–compatibles frente las auto–incompatibles cuando hay presencia de polinizadores, alcanzando las primeras cuajados muy superiores (Godini, 2001). No obstante, la sobreabundancia de abejas puede llegar a ser contraproducente para el cuajado. En el primer caso, en variedades con limitaciones en la expresión de autogamia, el cuajado se reduce por falta de fecundación efectiva (Alonso y Company, 2005). Mientras que en el segundo caso, las extracciones de néctar, relacionadas con la actividad recolectora de las abejas, pueden llegar a reducir la disponibilidad de carbohidratos para las flores, afectando el cuajado (Torchio, 1978 ; Sedivy y Dorn, 2014). Es por ello que, además de otras razones, se promueve la utilización de otros insectos polinizadores que no presentan actividad recolectora significativa de néctar.
La interacción de las condiciones particulares del año, en referencia a las condiciones ambientales, y su variabilidad durante el periodo floración–cuajado y la floridez de los árboles, también muestran un gran efecto sobre el resultado del cuajado, pudiendo constituir un factor decisivo del rendimiento final (Company, Aparisi y Alonso, 2005). En el contexto expuesto, y especialmente en el caso de las plantaciones intensivas de almendro, la evaluación del cuajado de frutos se presenta como un factor clave de la gestión, tanto para modular los componentes del proceso de producción (abonados, podas, riego, etc.) como para prever los efectos derivados del año, especialmente de la meteorología de la primavera.
Entre los diferentes métodos que se han propuesto, la medida del cuajado comparando la polinización libre frente al embolsado de ramos para evitar los polinizadores parece aún el más asequible a nivel de campo. A pesar de sus posibles ventajas, se ha apuntado la existencia de un efecto de las bolsas, mermando el cuajado por reducción de la temperatura y la luz en el interior (Company, Aparisi y Alonso, 2005). Una compresión mejor de los resultados y limitaciones de este método podría dar lugar a una información valiosa para los productores y técnicos para la toma de decisiones y la optimización del cultivo.
El presente ensayo tiene dos objetivos, el primero relacionado con la valoración de la utilidad del método empleado, en el sentido de determinar el grado de influencia de la posible modificación ambiental del cuajado de flores de ramos embolsados y, el segundo, relacionado con el efecto de las abejas en el cuajado final y su influencia en el rendimiento en una variedad considerada altamente auto–compatible como es ‘Avijor’.
La experiencia se ha iniciado en 2018 en una plantación en seto con una superficie de 23 ha situada en la localidad de Raïmat (Lleida). La plantación, de la variedad ‘Avijor’, injertada en híbrido GF–677, fue plantada entre marzo y abril de 2016 al marco de 3,2 x 1,5 m. La plantación se ha manejado para alcanzar un alto grado de precocidad productiva, de modo que en 2018 presentaba ya un rendimiento potencial muy alto. La plantación de almendros se encuentra bien aislada de otros almendros, siendo que los más próximos se encuentran a una distancia de algo más de un kilómetro. La información meteorológica se ha obtenido de la estación de la red agrometeorológica de la Generalitat de Catalunya situada de la misma localidad, localizada a 2,5 km de la parcela.
A finales de febrero se marcaron un total de 62 ramos situados a una altura entre 1,3 y 1,5 m del suelo, dispuestos aleatoriamente en una u otra cara del seto. Los ramos marcados se eligieron en árboles situados entre 4 y 350 m de las colmenas, en zonas separadas cada 50 m aproximadamente (Figura 1). En la posición más cercana a las colmenas y a unos 200 m de estas también se marcaron ramos en la dirección perpendicular a las líneas de plantación. En todos los ramos se midió su longitud, la sección de la base y se contó el número de ramilletes de mayo y las yemas que sustentaban, además de las yemas de flor simples. En cada punto de control se envolvió la mitad de los ramos con una malla de acero dúctil cincado de 0,3 mm y con luz de paso 1 mm, de tal manera que no hubiera contacto con las yemas, y se retiraron las bolsas al final de la caída de pétalos. La intercepción de radiación por parte de la malla fue medida con un piranómetro (Apogee SQO 3257) en las horas centrales del día. El día 20 de marzo se colocaron las colmenas de abejas en un camino de servicio transversal a las líneas de plantación (en 5 grupos de 8 colmenas cada uno). Las almendras presentes en cada ramo se contaron en junio, y en cosecha se recolectaron para determinar el peso del fruto entero y sus componentes. En total se controló el cuajado de unas 4.100 flores y los correspondientes frutos en cosecha.


Figura 1. Disposición de los puntos de control de cuajado en la parcela. La línea de trazos y puntos indica la ubicación de las colmenas. Los triángulos indican las zonas en que se encontraban los ramos de control.
Los efectos de la distancia de los ramos a las colmenas y del embolsado en el cuajado fueron analizados mediante un modelo lineal mixto generalizado de regresión utilizando la distribución de Poisson. El análisis se efectuó con ayuda del programa JMP 13 Pro.
El desborre de las yemas de flor de ‘Avijor’ en 2018 fue el 21 de febrero, iniciando la floración el 21 de marzo, siendo el 28 de marzo cuando se alcanzó plena floración, que se extendió hasta el 6 de abril con la caída de los últimos pétalos (Figura 2). El inicio del endurecimiento del hueso fue en la última semana de mayo y, aproximadamente unos 10 días más tarde, se hace patente el crecimiento del embrión. El inicio del proceso de separación de las pieles y el hueso se inició la primera semana de agosto y la dehiscencia de las pieles se inició en la última semana del mismo mes.


Figura 2. Fenología de la plantación en el año 2018. Escala BBCH adaptada (Thomas, D., 2018).
Las condiciones meteorológicas durante la floración de 2018 se caracterizaron por temperaturas diurnas por debajo de la media (12ºC frente a 14,4ºC de media interanual en el mismo período), con algún descenso por debajo de 0ºC sin consecuencias a efectos de helada. La lluvia fue prácticamente ausente y el viento diurno fue moderado, del orden de 2,9 m/s de promedio durante este período.
La actividad de los polinizadores y su conducta según las condiciones ambientales se ha estudiado extensamente (Vicens y Bosch, 2000; Dag, Zipori y Pleser, 2006; Cunningham et al., 2016; Pitts–Singer et al., 2018). En el caso de las abejas, y de manera simplificada, en el presente trabajo se ha considerado que entre 15ºC y 20ºC de temperatura ambiente no presentan limitaciones importantes a su actividad recolectora, y que la respuesta positiva de las abejas respecto la radiación se produce a partir del umbral de 450 W/m2. Las dos variables, temperatura y radiación, presentan efectos co–inerciales difíciles de separar y que imponen cambios de actividad y de comportamiento según sean los niveles alcanzados de una u otra. En las condiciones ambientales del período de floración 2018 (Figuras 3 y 4), se ha atribuido al efecto temperatura la mayor parte de los cambios de actividad de las abejas, y se valora como muy débil el efecto de radiación en la afectación al comportamiento recolector cuando la temperatura no fue restringida. Particularmente, los días 24 y 25 de marzo fueron limitantes de la actividad de los polinizadores en un momento crítico (plena floración) y el 3 de abril, con la mayoría de flores en proceso de caída de pétalos. La malla envolvente restringió la radiación solar no más del 30% en las horas centrales del día y, en las mismas condiciones, la temperatura no descendió más de 0,5ºC.


Figura 3. Radiación solar y temperatura horarias durante el período de floración. La línea de trazos y puntos indica en umbral mínimo de temperatura no restrictiva para el vuelo de abejas. La línea de trazos indica en umbral mínimo de radiación solar no restrictiva para la actividad recolectora de las abejas.


Figura 4. Temperatura media y máxima diurna, y horas con temperatura del aíre mayor de 15ºC durante los días de floración en 2018.
Los resultados (Figura 5) indican la posible presencia de diferencias de cuajado entre los ramos embolsados y los que se dejaron en polinización libre, que en promedio fueron del 39% en polinización libre y del 23,9% cuando fue impedida. De los mismos resultados también se intuyen cambios en la tasa de cuajado de los ramos según la distancia a la que se encontraban las colmenas. El análisis (Cuadro 1) indica la existencia de efectos significativos atribuibles a la distancia entre las flores y las colmenas y a la posibilidad de que las abejas pudieran o no acceder a las flores. Aparece también como un efecto sensible la interacción entre la distancia y el embolsado. En el primer caso, los resultados sugieren que en la proximidad de las colmenas las tasas de cuajado son similares tanto si los ramos estaban embolsados o no, lo que se relaciona con la abundancia de abejas. Ello se concreta en una alta frecuencia de visitas a las flores en ramos no embolsados; mientras que en el caso de los ramos embolsados, y a distancias próximas a las colmenas, se observó una alta actividad de las abejas en la superficie de la malla. Este efecto se relaciona con la mayor deposición de polen a través de la malla y, por tanto, con una mejora de la polinización efectiva. Los resultados indican también la existencia de menor cuajado a distancias próximas a las colmenas en el caso de las flores con polinización libre (Figura 6), lo que sugiere un efecto de sobre–explotación del néctar de las mismas, tal como se ha apuntado en otras experiencias. En general, el peso unitario del grano disminuye a medida que aumenta el cuajado, sin que sea este un aspecto limitante de la calidad de la cosecha (Figura 7).


Figura 5. Gráfico de cajas del porcentaje de cuajado de los ramos según la distancia a las colmenas y si fueron o no embolsados.


Cuadro 1. Resultados del modelo de regresión.


Figura 6. Gráfico de predicción de los porcentajes de cuajado de acuerdo a la distancia de las colmenas a los ramos y a si estos fueron embolsados o no.


Figura 7. Relación general entre el cuajado y el peso unitario del grano de almendra, tanto el ramos embolsados (círculos) como en los no embolsados (triángulo). Prob>F=0,003; R2= 0,28.
También se ha constatado la esperable relación inversa entre floridez y cuajado, siendo este más alto cuando la densidad floral de los ramos es menor (Figura 8). En este último caso es cuando la presencia de polinizadores es más eficaz, resultando tasas de cuajado más altas frente a las condiciones de alta densidad floral, en que debe suponerse que los fenómenos de competencia son prevalentes.


Figura 8. Efecto en el cuajado de la densidad floral (flores por ml de ramo) y del número de flores según la sección basal de los ramos, expresado como número de flores por cm2 de sección del ramo portador.
En las condiciones del ensayo la presencia de colmenas de abejas se ha mostrado como muy positiva en el cuajado de frutos de almendro de la variedad ‘Avijor’. La actividad polinizadora de las abejas y su contribución al cuajado no fueron diferentes en las flores en polinización libre hasta distancias de 350 m de la colmena, mientras que el cuajado fue disminuyendo conforme aumento la distancia de las flores a las colmenas en el caso de los ramos embolsados, siendo el cuajado del 20,1% a partir de los 250 m, lo que se estima como el cuajado en condiciones de ausencia de abejas.
De los resultados se infiere que a corta distancia de las colmenas (menos de 50 m) no es posible discernir entre el cuajado de flores embolsadas de las que son accesibles a las abejas, a causa de la alta densidad de abejas que contribuye a la polinización incluso en el caso de ramos embolsados. Además, en las mismas condiciones y en el caso de flores no embolsadas, se observa una leve, pero significativa, reducción del cuajado que se relaciona con la sobre–extracción de néctar debida a la abundancia de abejas en esta zona. Así mismo, se ha constatado la existencia de una relación negativa entre la densidad floral de los ramos y el cuajado, mostrando claramente que, cuando la densidad es baja, la presencia de abejas es mucho más efectiva. En esta misma línea, las variaciones del cuajado afectan al peso del grano, de 1,36 g de promedio, variando aproximadamente ±10% según el cuajado fue alto o bajo.
Del conjunto de los resultados se concluye que, aún en variedades consideradas altamente auto–compatibles, la presencia de abejas contribuye de manera muy significativa a los resultados de la producción, con repercusiones económicas sustanciales si se tiene en cuenta que el rendimiento de almendra en grano de la parcela fue de casi 1.300 kg/ha en promedio.
Los autores agradecen a la Sra. Svetlana Olenchuk, de Alrasa Agraria, su dedicación y profesionalidad en la toma de datos y la preparación de los resultados de esta experiencia. Los recursos necesarios para la realización de la experiencia han sido obtenidos con ayuda de CDTI (Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades del Gobierno de España).
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