Las primeras estimaciones sobre las producciones europeas de albaricoque, Europech 2020, fueron presentadas el pasado 30 de abril durante una conferencia de prensa on–line organizada por la Asamblea Europea de Regiones Productoras de Frutas y Verduras (AREFLH), tras posponerse la feria MedFEL al 2021, marco habitual para ello, por la crisis del Covid–19.

El primer dato a destacar es un descenso generalizado del 37% en el conjunto de Europa respecto a la cosecha del 2019 (27% en relación a la media 2014/18). «Para esta campaña 2020, todo apunta a que no se alcanzará el potencial óptimo de producción en ninguna de las zonas productoras europeas», ha subrayado Éric Hostalnou de la Chambre d’Agriculture des Pyrénées–Orientales. Los datos aportados destacan que, este año, las condiciones meteorológicas han sido particularmente complicadas, afectando al potencial de producción de albaricoque en todos los países productores. Así, la combinación de un invierno con pocas horas de frío, altas temperaturas primaverales, heladas y granizos con afectaciones en diferentes regiones europeas, sitúan la cosecha europea de albaricoques de este año en solo 401.883 toneladas, muy lejos de las 640.000 t de la pasada campaña y un 28% por debajo de la media de los últimos años. «Para encontrar otra campaña con un nivel similar de producción hay que remontarse al 2003 con 390.000 t», ha apuntado Hostalnou.

A este déficit de producción importante, durante la conferencia ha quedado patente que hay que sumar las grandes incógnitas generadas por la crisis del Covid–19 en cuanto a la recolección (mano de obra) y la logística de las plantaciones y centrales de confección. «Es una campaña muy complicada, llena de incertidumbres, aunque existen certezas como la buena finalización de la campaña de manzana y pera, probablemente porque se pueden pelar», ha señalado Manel Simon, director general de Afrucat. El consumidor se decantaría por este tipo de frutas o por fruta envasada. Al respecto, varios participantes han recalcado que parece que hay un regreso al pre embalaje, a la confección en barquillas en detrimento del granel, lo que va a suponer un sobrecoste. Esto es algo que ya se ha visto en la campaña de la fresa, donde empresas que apostaban por no envasar, sí lo están haciendo este año.

Italia continúa siendo el primer productor de albaricoque, seguido de España y Francia, muy parejos, y Grecia. Se observa, por otro lado, un aumento de la producción de fruta de hueso en los países del Sur de la ex URSS y de Turquía con técnicas de producción ‘europeas’ que cubren la demanda perdida por la Unión Europea en Rusia.

A continuación, resumimos las principales características de la campaña de los cuatro principales países productores.

España

Se prevé que la cosecha de 2020 alcance solo las 93.740 toneladas de albaricoque, lo que supone un 15% menos respecto a la pasada campaña y un 25% por debajo de la media de los últimos cinco años. Una cantidad muy inferior a otros años como el 2017 o 2018 en los que las producciones oscilaron entre las 130.000 y 150.000 t.

Así, Murcia, la principal región productora de nuestro país, alcanzaría las 45.000 t, seguida por Aragón con 18.000 t, Castilla–La Mancha 12.000 t, Cataluña 8.700 t y Valencia 4.400 t.

Una mala floración y un mal cuajado causados por la falta de horas frío y las heladas del mes de marzo en Cataluña y Aragón y el granizo de principios de abril en Castilla–La Mancha, son los principales responsables de este descenso de producción generalizado.

Aun así, en todas las zonas, la calidad de la fruta es buena, aunque con menos azúcares por las temperaturas más bajas, que deberían aumentar a medida que avance la campaña.

«En el sur tenemos unos 10 días de adelanto, los exportadores están trabajando bien, sin stocks y precios razonables. A día de hoy, la campaña es mejor que la de 2019 gracias a que la temperatura media es más elevada en todos los países europeos y hay un buen nivel de ventas», ha indicado Santiago Vázquez, de Cooperativas Agro–alimentarias. Respecto a la calidad, «hasta la fecha los frutos presentan un buen nivel de coloración y calibre, pero el contenido de azúcares es un 1 grado menor que en el inicio de la campaña pasada. Esperamos que las temperaturas aumenten para mejorar el dulzor», ha concluido Vázquez.

Por su parte, Sara Ruiz, de Afrucat, ha señalado que en Cataluña, donde la cosecha todavía no había empezado a la hora de cerrar edición, esta bajará un 26% sobe todo por las heladas que han sufrido las plantaciones de Lleida y Tarragona. En los últimos 5 años, las plantaciones de albaricoqueros no han cesado de aumentar, alcanzando 1.859 hectáreas.

No obstante, tras el decreto del estado de alarma por la pandemia el 13 de marzo, la mayor preocupación reside en la falta de mano de obra y las dificultades logísticas –desplazamientos, alojamientos, equipos de protección, organización de las centrales– para implementar todas las medidas sanitarias en las plantaciones y centrales que van a condicionar sin duda la cosecha y puesta en mercado de la fruta.

Italia

Según Laura Stocchi, del CSO Italy, el principal productor europeo de albaricoque estima para 2020 una producción de 136.101 t, es decir un 56% menos respecto al 2019 y un 40% menos en relación a la media 2014/18, debido a varios episodios de heladas a finales de marzo/principios de abril, que han afectado especialmente las regiones del norte de Italia, pero también las del centro sur a lo largo de la costa adriática. Cabe destacar la región de Emilia Romana, que ha pasado de 107.000 t en 2019 a las 11.000 t previstas en 2020 (–90%).

Sin embargo, antes de las heladas, ya había una floración menos abundante que la habitual. En muchas cuencas de producción, estaba claro que la floración no era tan alta como en 2019 debido a la alternancia fisiológica. A ello hay que sumar la falta de horas frio en algunas áreas.

A nivel de superficie de producción, tras unos años aumentando, esta se estabiliza en 21.000 hectáreas.

Francia

Con 93.542 t de albaricoques, la cosecha francesa este año será un 29% inferior a la del 2019, que ya fue un año deficitario, y muy heterogénea según zonas y variedades. «Aquí, las causas principales de esta disminución también son climáticas», ha señalado Bruno Darnaud, presidente de la AOP Pêches et Abricots de France. Así, debido a un invierno excepcionalmente suave en diciembre y principios de año, en muchas zonas de producción y en especial en las del sur, como la Crau o el Rosellón, no se han cumplido los requerimientos en horas de frío de numerosas variedades dando lugar a una floración errática, muy larga, a menudo con brotes deformados o necróticos. Además, numerosas heladas han golpeado las zonas del Norte (Rhône–Alpes) provocando daños significativos.

A nivel de precocidad, si bien la campaña había arrancado con el adelanto de las primeras floraciones, el posterior mal tiempo ha situado la cosecha en las fechas típicas con un inicio alrededor del 15/20 de mayo en las zonas más tempranas.

En Francia, se observa un abandono del albaricoque a favor del melocotón y la nectarina. «Las plantaciones de albaricoqueros se mantienen estables pero hay poca renovación, con solo una tasa de replantación del 2%, mientras que para el melocotonero esta es del 8%», ha indicado Darnaud.

Grecia

Es el país que tendrá menos pérdidas este año. Según Georges Kantzios, de la AOP Veria, las estimaciones indican 78.500 toneladas de albaricoque, una producción un 13% inferior a la del 2019, pero superior de 23% a la media 2014/18. La situación ha sido desigual en las dos zonas productoras del país. «El sur no ha sufrido daños, pero en el norte del país (Macedonia) hay daños por las heladas, que han penalizado las cifras a pesar de la entrada en producción de las nuevas plantaciones», ha puntualizado el representante griego.

Existe un retraso de una semana respecto a 2019 por lo que prevén empezar la campaña alrededor del 15 de mayo en el sur.

Redacción.