Etiología de la seca de ramas y marchitez de brotes del nogal en el sur de España
Autores:
M. Lovera1, A. López–Moral2, M.C. Raya2, N. Cortés–Cosano2, O. Arquero1, A. Trapero2, C. Agustí–Brisach2
(1) Equipo de Fruticultura Mediterránea, IFAPA, Córdoba.
(2) Grupo de Patología Agroforestal, Departamento de Agronomía, ETSIAM, Universidad de Córdoba.
Publicado en Revista de Fruticultura nº72
RESUMEN
La importancia económica del cultivo del nogal (Juglans regia L.) en España ha sido escasa hasta la actualidad. Por lo que se ha prestado poca atención al estudio sobre las enfermedades de este cultivo. En los últimos años se vienen observando síntomas de seca de ramas y marchitez de brotes en campo en el sur de España. Debido a la importancia que puede llegar a tener esta enfermedad compleja, se realizaron prospecciones en plantaciones afectadas en Andalucía y Extremadura con el objetivo de dilucidar su etiología. En el presente artículo, además de revisar los aspectos básicos de esta enfermedad (etiología, epidemiología y control), también se presentan los resultados de un estudio de caracterización de la enfermedad. Nuestros estudios muestran que los principales agentes causales asociados con la seca de ramas del nogal son especies de la familia Botryosphaeriaceae y del género Diaporthe, siendo los primeros más virulentos. Esta información es esencial para establecer estrategias de control integrado de la enfermedad.
Palabras clave: Decaimiento, Diagnóstico, Caracterización, Juglans regia, Patogenicidad, Frutos secos.
ABSTRACT
Aetiology of branch dieback and shoot blight of English walnut in southern Spain. The economic importance of the English walnut (Juglans regia L.) crop in Spain has been minor until recently. Likewise, little attention has been given to the research on walnut diseases. Typical symptoms of branch dieback and shoot blight of English walnut has been observed during the last few years in commercial orchards from southern Spain. Due to the importance of this complex disease of perennial crops such as English walnut, field surveys were conducted across southern Spain along two years to determine the etiology of the disease in this region. Therefore, in this current article, we review the basic aspects of this fungal disease, such as aetiology, epidemiology and control. In addition, our results show that the main causal agents associated with branch dieback of English walnut are fungal pathogens belonging to Botryosphaeriaceae and Diaporthe, with the first ones being the most virulent. All this information is essential towards stablish control management strategies within the integrated pest management frame.
Key words: Diagnosis, Characterization, Decline, Juglans regia, Pathogenicity, Tree nuts.
El nogal (Juglans regia L.) está considerado como un cultivo de gran importancia económica tanto para fruto como para madera en el mundo, siendo China y Estados Unidos (EE. UU.) los principales productores del mundo. Estos dos países representan el 43% (880.000 t) y 30% (611.280 t) de la producción mundial de fruto (INC, 2017). Sin embargo, el nogal para fruto en España ocupa una escasa extensión a pesar de las favorables condiciones edafoclimáticas que encontramos para este cultivo en la península ibérica (Lovera et al., 2017a,b). La superficie nacional total cultivada de nogal se encuentra en torno a las 10.000 ha, con una producción cercana a las 16.000 t. La principal Comunidad Autónoma en superficie cultivada es Andalucía, con 2.218 ha, seguida de Extremadura (1.645 ha) y Castilla La Mancha (1.473 ha) (MAPA, 2017). Es importante destacar que la Unión Europea (UE) es altamente deficitaria en la producción de nueces, por lo que el mercado europeo de este fruto seco depende en gran medida de las importaciones. La necesidad de incrementar la producción de nueces a nivel continental, junto con la alta rentabilidad de este cultivo y la alta adaptabilidad a la mecanización de las labores, han potenciado el cultivo del nogal en España durante los últimos años, observándose un incremento del 13% de la superficie nacional cultivada entre 2013 y 2016 (MAPA, 2017).
Debido a la poca importancia del cultivo del nogal en España hasta la actualidad, el estudio de las enfermedades que afectan a este cultivo ha sido escaso en los últimos años. Una de las principales enfermedades limitantes de la producción es la podredumbre de la nuez o mal seco causada por la bacteria Xanthomonas arboricola pv. juglandis, la cual además está asociada con otros microrganismos, tanto de origen bacteriano como fúngico, que pueden co–infectar el fruto causando mayor severidad (Lovera et al., 2017a,b). Sin embargo, debido a que se trata de un cultivo en expansión en España, el estudio de las distintas enfermedades que pueden afectar a este cultivo debe de abordarse progresivamente con el objetivo de prevenirlas.
Desde hace unos años se vienen observando síntomas de seca de ramas y marchitez de brotes de nogal en campos comerciales del sur de España con diferentes grados de incidencia de la enfermedad. Esta enfermedad se considera común e importante en otros países productores de nogal como California donde su etiología, epidemiología y control se han estudiado con detalle (Michailides y Hasey, 2010; Chen et al., 2014). Sin embargo, en España los aspectos básicos de esta compleja enfermedad no han sido estudiados todavía. Debido a la importancia que puede llegar a tener esta enfermedad en cualquier cultivo leñoso, si no se aplican a tiempo las prácticas culturales necesarias para prevenirlas, el correcto diagnóstico, la identificación y la caracterización patogénica de los posibles agentes causales asociados a esta enfermedad son fundamentales para poder establecer estrategias de control efectivas.
En este sentido, en el presente trabajo se revisan los aspectos básicos de esta compleja enfermedad, como son la sintomatología, etiología, epidemiología y estrategias de control. Además, se identifican los agentes causales asociados a la seca de ramas y marchitez de brotes del nogal detectados en el sur de España. Toda esta información es fundamental para poder aplicar las estrategias y medidas de control necesarias para prevenir o evitar un avance progresivo de la enfermedad una vez ya establecida en campo.
Los síntomas típicos de la enfermedad son la seca progresiva de las ramas afectadas, que va causando a su vez la muerte y marchitez de brotes y ramillas. Los síntomas de decaimiento se observan en sentido descendente desde el punto de infección, generalmente heridas de poda, daños de insectos o heridas naturales como el punto de abscisión del fruto, hasta las ramas principales del árbol (Figuras 1A–D). En las ramas afectadas se observa decoloración interna de la madera (Figuras 1D–F), y en ocasiones llegan a formarse chancros. Además, en la corteza se producen gran cantidad de cuerpos fructíferos (picnidios) de los hongos causantes de la infección (Figura 1E), que supondrán la fuente de inóculo primario para infecciones futuras. En estados avanzados de la enfermedad, las ramas acaban secándose por completo pudiendo llegar a causar decaimiento y muerte del árbol. Cabe destacar que, en ocasiones, los frutos también pueden verse afectados por los agentes causales de esta enfermedad, pudiendo ser el punto de infección a partir del cual se infectarán las ramas adyacentes al fruto. En fruto, se observa desecación y necrosis de la cáscara en estados inmaduros pudriéndose el interior de la nuez cuando la infección progresa (Figura 1G).
Los estudios previos sobre la etiología de esta enfermedad, desarrollados en California, indican que los principales agentes causales son hongos fitopatógenos que se engloban dentro de la familia Botryosphaeriaceae y del género Diaporthe (sinónimo Phomopsis) (Michailides y Hasey, 2010; Chen et al., 2014; Li et al., 2015). Es bien sabido que las especies de estos hongos están ampliamente distribuidas a nivel mundial, afectando a gran diversidad de cultivos leñosos causando seca de ramas, chancros y decaimiento, así como podredumbre de frutos en algunos casos (Phillips et al., 2008; Guarnaccia et al., 2018). En California se han descrito las siguientes 12 especies asociadas con la seca de ramas y marchitez de brotes de nogal: i) Botryosphaeriaceae: Botryosphaeria dothidea, Diplodia mutila, D. seriata, Dothiorella iberica, Lasiodiplodia citricola, Neofusicoccum mediterraneum, N. nonquaesitum, N. parvum, N. vitifusiforme, y Neoscytalidium dimidiatum; ii) Diaporthe: Diaporthe neotheicola (=Dia. foeniculacea, Dia. foeniculina), y Dia. rhusicola (Michailides y Hasey, 2010; Chen et al., 2014). En otros países productores de nogal, como China o Chile, se han descrito las especies B. dothidea y L. pseudotheobromae (Li et al., 2015), y D. mutila, respectivamente (Diaz et al., 2018), asociadas con esta enfermedad.
Recientemente, también se han descrito hongos del género Cytospora asociados con la seca y marchitez de ramas del nogal. Concretamente, en China se han descrito las especies Cytospora atrocirrhata, C. chrysosperma, C. gigalocus, C. nivea y C. sacculus afectando a este cultivo (Fan et al., 2015; Zhao et al., 2018).
En España, muchas especies fúngicas de la familia Botryosphaeriaceae han sido identificadas causando síntomas de seca de ramas y decaimiento en cultivos leñosos como el almendro (Gramaje et al., 2012; Olmo et al., 2017a), la vid (Agustí–Brisach et al., 2019a), y el olivo (Agustí–Brisach et al., 2017b; Moral et al., 2017); así como en especies forestales como Quercus spp. (Sánchez et al., 2003). En el caso de Diaporthe, la especie más conocida en España es Phomopsis amygdali, principal agente causal de la seca de ramas y chancros del almendro (Gramaje et al., 2012; Olmo et al., 2017a).
Especies fúngicas asociadas a la seca de ramas y marchitez de brotes del nogal en el sur de España
Entre primavera de 2017 y verano de 2018, el Grupo Patología Agroforestal AGR–216 de la Universidad de Córdoba (UCO), en colaboración con el Equipo de Fruticultura del IFAPA–Alameda del Obispo (Córdoba), hemos prospectado un total de 10 plantaciones comerciales de nogal distribuidas en las provincias de Almería, Badajoz, Granada, Málaga y Sevilla. Los campos contaban con las principales variedades comerciales de nogal cultivadas en estas zonas (‘Chandler’, ‘Hartley’, ‘Serr’, ‘Tulare’ y ‘Vina’) y tenían edades comprendidas entre 12 y 35 años. Todos ellos mostraban síntomas de la enfermedad, aunque con incidencia variable.
En cada campo se tomaron muestras de madera de al menos tres árboles afectados. En laboratorio, las muestras de madera se procesaron siguiendo los protocolos establecidos para el aislamiento de hongos en medio de cultivo. Posteriormente, se identificaron tanto en base a caracteres morfológicos como moleculares, y se procedió a evaluar su patogenicidad, tanto en condiciones controladas de laboratorio como en campo. El aislamiento de los hongos causantes de estas enfermedades fue frecuente en la mayoría de los campos prospectados. En general, los hongos de la familia Botryosphaeriaceae se aislaron con mayor consistencia (53%), seguidos de Diaporthe (38%). Cytospora sólo se aisló de un campo y con muy bajo porcentaje de aislamiento (9%). Cabe destacar que, en un 70% de los campos, se observó co–infección de especies de Botryosphaeriaceae y Diaporthe.
Los caracteres morfológicos de estos hongos mostraron en general colonias con micelio algodonoso, de crecimiento rápido en medio de cultivo patata dextrosa agar (PDA) y de colores que variaron de gris claro a gris oscuro o gris oliváceo, en el caso de Botryosphaeriacecae; y de blanco a beige, en el caso de Diaporthe (Figura 2). Los aislados de Cytospora mostraron colonias de crecimiento más lento, con micelio no algodonoso y tonalidades gris–verdoso. En general, nuestros aislados mostraron un amplio rango de temperatura óptima de crecimiento, que varió de 19,5 a 27,7°C para Cystospora spp. y B. dothidea, respectivamente.


Figura 2. Colonias de los hongos más comunes asociados a la enfermedad crecidas en PDA a 25ºC durante dos semanas. A–E, Botryosphaeriaceae (A, Botryosphaeria dothidea; B, Diplodia seriata; C, Dothiorella sarmentorum; D, Neofusicoccum mediterraneum; y E, N. parvum); F–H, Diaporthe (F, Diaporthe neotheicola; G, Diaporthe rhusicola; y H, Phomopsis amygdali).
Las técnicas de biología molecular permitieron identificar las siguientes especies fúngicas: i) Botryosphaeriaceae: B. dothidea, D. seriata, Dot. sarmentorum, Dothiorella sp., N. mediterraneum y N. parvum; ii) Diaporthe: Dia. neotheicola, Diaporthe sp., Dia. rhusicola y Ph. amygdali; iii) Cytospora sp. Como se puede observar, algunos aislados fúngicos no pudieron ser identificados a nivel de especie (Cytospora sp., Diaporthe sp. y Dothiorella sp.) debido a que actualmente no existen secuencias de ADN similares en la base de datos internacional (GenBank) que permitan su correcta identificación, por lo que, probablemente, podría tratarse de especies nuevas que habría que describir en un futuro.
Los ensayos de patogenicidad mostraron que, tanto en condiciones controladas de laboratorio como en campo, así como en todos los tejidos inoculados (ramas y frutos inmaduros), los hongos de la familia Botryosphaeriaceae fueron los más virulentos en todos los casos, seguidos de Diaporthe y finalmente Cytospora (Figura 3). Neofusicoccum parvum fue la especie más virulenta en todos los casos, seguida de las especies B. dothidea o N. mediterraneum (Figuras 3–5). En campo, estas especies provocaron la seca total de las ramas inoculadas, observándose una alta severidad de la enfermedad en las ramas inoculadas con N. parvum (67% de ramas muertas) (Figura 4B).


Figura 3. Ensayos de patogenicidad. Severidad de los distintos hongos identificados en ramas de nogal [A, longitud de lesión (mm); ramas cortadas inoculadas en condiciones controladas (columnas verdes) y ramas inoculadas en campo (columnas naranjas)]; y frutos inmaduros [B, Área bajo la curva del progreso de la enfermedad relativa (ABCPER, %)]. Las columnas representan el valor medio de severidad para cada combinación de patógeno y tejido vegetal evaluados, y las barras horizontales el error estándar de las medias. Columnas con una letra común no difirieren significativamente según el test de Tukey (P < 0,05). (A, letras minúsculas y mayúsculas hacen referencia a las diferencias estadísticamente significativas entre aislados fúngicos evaluados en ramas cortadas y ramas en campo, respectivamente).


Figura 4. A, síntomas de decoloración y necrosis interna de madera en ramas de nogal a las tres semanas tras ser inoculadas en condiciones controladas: 0, Testigo sin inocular: 1, Neofusicoccum parvum; 2, Botryosphaeria dothidea; y 3, N. mediterraneum; B, reproducción de síntomas de seca de ramas y marchitez de brotes de nogal en ramas inoculadas en campo con N. parvum a los cuatro meses tras la infección.
Estos estudios ponen de manifiesto la importancia de esta enfermedad compleja y la necesidad de seguir investigando sobre su etiología, biología y epidemiología, para poder establecer estrategias de control tanto de carácter preventivo como paliativas, evitando, en este último caso, que progrese la enfermedad en campo una vez establecida la infección. Una detallada compilación de estos estudios ha sido publicada recientemente (López–Moral et al., 2019).


Figura 5. Síntomas externos e internos en frutos inmaduros tres semanas tras la inoculación en condiciones controladas: 0, Testigo sin inocular: 1, Neofusicoccum parvum; 2, Botryosphaeria dothidea; y 3, N. mediterraneum.
En la Figura 6 se muestra el ciclo biológico de la enfermedad adaptado a las condiciones medioambientales y agronómicas del sur de España.


Figura 6. Ciclo biológico de la enfermedad en las condiciones medioambientales del sur de España.
A pesar de la patogenicidad y del alto grado de virulencia de algunas de las especies descritas, todos estos hongos (Botryosphaeriaceae, Cytospora y Diaporthe) se consideran saprofitos o endófitos, siendo capaces de sobrevivir en los tejidos muertos o poco activos de las plantas, como la corteza y madera de los árboles o restos de poda que quedan en el campo. En este sentido, muchos de estos hongos tienen un comportamiento oportunista y se consideran patógenos facultativos que atacan en momentos de debilidad del huésped, generalmente asociado a condiciones de estrés, ya sea ambiental o propio del manejo agronómico del cultivo. Además, estos hongos necesitan heridas para poder penetrar, y pueden ser dispersados a través de las herramientas de poda (Phillips et al., 2008; Guarnaccia et al., 2018; Agustí–Brisach et al. 2017a,b, 2019).
Estos hongos desarrollan cuerpos fructíferos (picnidios) sobre los tejidos muertos y en su interior producen los conidios. Cuando las temperaturas son óptimas (23–28ºC), los conidios son liberados de los picnidios y se dispersan por la lluvia, el viento o incluso a través de insectos vectores, siendo el inóculo primario del patógeno. Los conidios llegan a la superficie dañada (p.e. herida de poda, punto de abscisión de fruto, etc.), germinan y penetran en el interior de la planta a través de los tejidos heridos. Tras la infección, la fase de latencia de estos hongos puede ser muy prolongada, comportándose como endófitos en muchos casos. El cambio de la fase endofítica a la patogénica parece determinado por diversos factores ambientales, aunque son necesarios sucesivos estudios de investigación para demostrar si las diferentes situaciones de estrés, tanto ambiéntales como del propio manejo del cultivo, pueden tener un efecto significativo en la infección (Agustí–Brisach et al., 2017b).
Finalmente, es importante destacar que las co–infecciones entre especies de Botryosphaeriaceae y Diaporthe pueden tener un efecto retardante o antagonista en la infección y desarrollo de la enfermedad. En este sentido, estudios realizados recientemente por Agustí–Brisach et al. (2019) en California demuestran que cuando la infección de Dia. rhusicola se produce cuatro días antes que la infección de N. mediterraneum, se observa un retraso significativo del desarrollo de la lesión en comparación con otros tratamientos donde la co–infección de ambas especies se produce en el mismo momento, o bien, cuando la infección de N. mediterraneum ocurre cuatro días antes que Dia. rhusicola.
Actualmente, no existen estudios específicos de control de esta enfermedad en nogal en España, por lo que su control se fundamenta en la información general disponible sobre las enfermedades de la madera en otros cultivos leñosos como la vid, el olivo o el almendro, donde se dispone de más información. No obstante, en líneas generales, el control de la enfermedad se basará fundamentalmente en las buenas prácticas culturales y los tratamientos fungicidas preventivos, con especial énfasis en los momentos en los que se produzcan heridas en el árbol.
Prácticas culturales
Las heridas producidas en el árbol durante las labores de recolección y poda serán la principal vía de entrada de los patógenos, por lo que el agricultor deberá ser especialmente cuidadoso para causar el menor daño posible en el árbol (heridas en ramas y brotes) previniendo así la infección de estos hongos. Por otro lado, la desinfestación de las herramientas de poda, con hipoclorito sódico al 10% o alcohol al 70%, tras finalizar la poda de cada árbol será esencial para evitar la transmisión de los patógenos entre árboles afectados y sanos. Finalmente, se recomienda encarecidamente la eliminación de los restos de poda del campo para reducir la fuente de inóculo principal del patógeno y prevenir infecciones futuras.
Control químico
Inmediatamente después de la generación de heridas (poda, recolección, etc.) o de momentos de caída abundante de hojas o frutos, deberán realizarse tratamientos fungicidas preventivos destinados a proteger los tejidos vegetales heridos frente a una posible infección. Actualmente, no podemos indicar un tratamiento específico que permita proteger las heridas de forma óptima frente a una posible infección de los hongos causantes de chancros y seca de ramas. No obstante, estudios previos abordados en otros cultivos leñosos, como almendro u olivo, indican que las aplicaciones de compuestos cúpricos, junto con triazoles o estrobilurinas, podrían tener un efecto significativo en la protección de las heridas (Agustí–Brisach et al., 2017b).
Recientemente, Olmo et al. (2107b) han evaluado in vitro la eficacia de varios fungicidas frente a cuatro especies de Botryosphaeriaceae (D. seriata, N. luteum, N. mediterraneum y N. parvum) asociadas con los chancros de ramas del almendro. Estos estudios mostraron que las materias activas ciproconazol, tebuconazol, piraclostrobin y metil–tiofanato tienen un efecto muy marcado en la inhibición del crecimiento micelial. Además, estos mismos autores evaluaron el efecto de varios fungicidas (boscalida, mancozeb, metil–tiofanato, piraclostrobin y tebuconazol) en la protección de heridas de poda en plantones de almendro inoculados con las especies de Botrysophaeriaceae indicadas anteriormente. Los resultados mostraron que el metil–tiofanato fue el fungicida más efectivo en la protección de las heridas de poda frente a la infección de Botryosphaeriaceae (Olmo et al., 2107b).
Finalmente, estudios sobre el control de la seca de ramas y marchitez de brotes del nogal llevados a cabo en California indican que las aplicaciones de tratamientos fungicidas mediante el uso de materias activas o mezclas como Cobre + mancozeb, fluopiram + piraclostrobin, o fluopiram + tebuconazol, desde abril a agosto, con especial atención en las aplicaciones estivales, pueden ser altamente efectivos para el control de la enfermedad (Adaskaveg et al., 2017).
Sin embargo, es necesario seguir evaluando fungicidas, tanto en condiciones controladas como en nuestras condiciones de campo, para identificar materias activas eficaces frente a estos patógenos y para determinar los momentos óptimos de los tratamientos para evitar la infección y desarrollo de la enfermedad.
Estos trabajos han sido financiados por el Proyecto Transforma de Fruticultura Mediterránea del IFAPA (Consejería de Agricultura, Junta de Andalucía) con la colaboración de las empresas Almendras Francisco Morales, Borges–Bain y Todolivo, y las OPFHs Crisolar y Mañán. C. Agustí–Brisach disfruta de una Ayuda Juan de la Cierva–Incorporación financiada por el MICINN.
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