El consumo moderado de vino podría tener también beneficios para la salud mental

La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que para prevenir el desarrollo de enfermedades crónicas degenerativas, incluidas las que afectan a la función cognitiva, es importante mantener un estilo de vida saludable desde edades tempranas, prestando especial atención a la alimentación y al ejercicio físico. Por ello, está tomando cada vez más relevancia la Dieta Mediterránea, que promueve un equilibrio en la forma de comer y beber, relacionarse y moverse. El vino forma parte de esta pirámide en un consumo moderado, y su dimensión cultural e histórica y su factor socializador supone un elemento a tener en cuenta en cuanto a la salud mental ya que se asocia a momentos de relax para disfrutar en compañía.

En este sentido, la Fundación para la Investigación del Vino y la Nutrición (FIVIN) ha señalado que se ha demostrado en numerosos estudios que el consumo moderado de vino tiene «factores beneficiosos asociados a la salud por ser una fuente de compuestos fenólicos». El doctor Ramón Estruch, coordinador científico y responsable de portavocía de FIVIN, y uno de los mayores impulsores de la Dieta Mediterránea, ha dicho al respecto que «estos compuestos tienen propiedades bioactivas que también se han relacionado con la neuroprotección». A nivel cognitivo, su consumo moderado se ha relacionado con un menor riesgo de demencia y depresión, y se piensa que este tipo de compuestos podrían prevenir el avance del deterioro cognitivo asociado a la edad. Por este motivo, el consumo moderado de vino dentro de un contexto de Dieta Mediterránea «tendría un efecto positivo en la función cognitiva».

 

Beneficios del resveratrol

FIVIN ha explicado que diversos estudios científicos avalan que otro componente de la uva con propiedades beneficiosas para la salud es el resveratrol (sustancia química presente en la piel de uva roja y en el vino tinto), que destaca por su capacidad antiinflamatoria y para reducir el estrés oxidativo. Al mismo tiempo, otros estudios con animales han demostrado que el resveratrol impide la actividad de moléculas altamente oxidantes, que dañan regiones claves del cerebro, como el hipocampo. Otros mecanismos que puede utilizar esta sustancia química para proteger la salud cognitiva «son la regulación de la sirtuina, una proteína que es esencial para regular el metabolismo de la célula ya que controla su expresión genética».

Además, el resveratrol se ha asociado con un efecto positivo en la depresión y la ansiedad ya que puede aumentar la cantidad de AMPc en el cerebro.

Desde FIVIN se recuerda que aunque numerosos estudios han demostrado los beneficios para la salud del consumo moderado de vino, «la mayoría de los investigadores advierten que ello no es suficiente motivo para que alguien que no bebe comience a hacerlo por motivos de salud». De hecho, la recomendación general de los científicos suele ser preventiva advirtiendo que los beneficios para la salud del vino en un estudio en particular, no garantiza que los no bebedores o abstemios deban comenzar a disfrutar de una copa al día para mejorar su salud. Cualquier estudio sobre el vino y la salud «no reemplaza el consejo médico de un profesional».

Para ampliar todas estas informaciones, FIVIN cuenta con ‘La Ciencia del Vino y la Salud’, una plataforma que busca aclarar los mensajes contradictorios que están surgiendo en torno al vino y la nutrición, y ofrecer información contrastada y con rigor científico. 

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