Caracterización sensorial y selección de nuevas variedades tempranas de mandarina en base a las preferencias del consumidor
Autores:
A. Giménez–Sanchis1, A. Tárrega2, P. Tarancón3, P. Fernández–Serrano4, P. Aleza5, C. Besada6
(1) Estudiante de doctorado (IVIA).
(2) Científico Titular (IATA).
(3, 4) Auxiliar de Investigación (IVIA).
(5, 6) Científico Titular (IVIA).
Publicado en Revista de Fruticultura nº84
RESUMEN
Este estudio utiliza por primera vez el método de las preguntas CATA (Check–all–that–apply) incluyendo la descripción del Producto Ideal (PI) para la selección de nuevas variedades de mandarina. Tres nuevas variedades preseleccionadas en el programa de mejora del IVIA (‘Tri–707’, ‘Pri–88’ y ‘Pri–89’) fueron evaluadas por 134 consumidores y comparadas con las variedades ‘Clemules’ y ‘Oronules’ con las que comparten periodo de recolección. Todos los consumidores describieron su mandarina ideal de forma similar: olor intenso al separar el gajo, muy aromática, muy dulce, jugosa, poco fibrosa, con sabor intenso y refrescante, y acidez media. Sin embargo, se identificaron dos grupos de consumidores diferentes en base a su descripción de las nuevas variedades. Las preguntas–CATA incluyendo el PI resultaron muy útiles para identificar las variedades más prometedoras (‘Tri–707’ y ‘Pri–89’) por compartir más características con la mandarina Ideal que las variedades comerciales y gustar tanto o más que estas.
Palabras clave: Mandarina ideal, Preferencia, Selección de variedades, Organoléptico.
ABSTRACT
Sensory characterization and selection of new early–season mandarins according to consumer preferences. This study uses for the first time the sensory method Check–all–that–apply (CATA) questions including the Ideal Product (IP) for selection of new mandarin varieties. Three new early–season varieties (‘Tri–707’, ‘Pri–88’ y ‘Pri–89’) preselected in the IVIA breeding program were evaluated comparatively to the commercial cultivars ‘Clemules’ y ‘Oronules’ for 134 consumers. All consumers described their Ideal mandarin in a very similar way: intense odor when separating segments, very aromatic, very sweet, juicy, not fibrous, intense and refreshing flavour, and medium acidity. However, two different groups of consumers were identified based on their perception of the new varieties. The method herein assayed, CATA–questions including IP, was very useful to identify the most promising varieties (‘Tri–707’ and ‘Pri–89’), i.e., those that shared more attributes with the Ideal mandarin and received liking scores equal or higher than the commercial varieties.
Key words: Ideal mandarin, Preferences, Varieties selection, Organoleptic.
Durante las últimas décadas se han establecido numerosos programas de mejora en países productores de fruta de todo el mundo. En muchos casos estos programas se han centrado en mejorar las características agronómicas del cultivo, como por ejemplo la adaptación de la vid a altas temperaturas (Bigard et al., 2018) o la mejora de la resistencia a enfermedades en cítricos (Wang et al., 2019). Paralelamente a este tipo de objetivos agronómicos, siempre ha estado presente como un objetivo de mejora la obtención de nuevas variedades que sean más “prácticas” para el consumidor y que destaquen por su calidad organoléptica. Un claro ejemplo de mejora basada en aspectos prácticos de consumo es la obtención de variedades de sandía y cítricos sin semillas (Liu et al., 2010, Aleza et al., 2010) y variedades de mandarina especialmente fáciles de pelar (Yu et al., 2021). Si bien la evaluación de este tipo de características es relativamente sencilla, determinar hasta qué punto se han producido mejoras en la calidad organoléptica puede ser más complicado. Durante décadas, la selección de nuevas variedades de fruta en base a su calidad se ha basado principalmente en la evaluación de las propiedades físico–químicas (Suzuki et al., 2006; Cantin et al., 2009). Sin embargo, es difícil de predecir la respuesta de los consumidores cuando solo se dispone de esta información. Por esta razón, se ha vuelto necesaria la inclusión de estudios sensoriales como un paso esencial de los procesos de selección de nuevas variedades (Lado et al., 2010; Tarancón et al., 2020).
En los primeros estudios realizados en este sentido se utilizaban paneles entrenados (Hampson et al., 2000; Vaysse et al., 2005), lo que consume bastante tiempo y recursos. Además, no siempre la información que se obtiene es relevante desde el punto de vista de los consumidores (Varela y Ares, 2012). Para solucionar estos inconvenientes, en los últimos años se han desarrollado nuevas técnicas de análisis sensorial que permiten que sean los propios consumidores los que describen las características organolépticas del fruto. Entre estas metodologías, las preguntas Check–all–that–apply (CATA) han ganado terreno en los últimos años (Varela y Ares, 2012). En este test los consumidores reciben un listado de atributos o frases en el que deben seleccionar todos aquellos que consideran apropiados para describir la muestra que están evaluando (Varela y Ares, 2012; Ares y Jaeger, 2015).
Una variante de esta metodología es incluir la descripción del Producto Ideal (PI) al final de la evaluación de las muestras. En este enfoque, tras completar las preguntas CATA de las distintas muestras bajo evaluación, se pide a los consumidores que usen la misma lista de atributos para definir su producto ideal (Ares et al., 2011; Ares et al., 2014). Originariamente esta metodología fue creada para el desarrollo de nuevos productos elaborados, ya que permite identificar en qué difieren los productos obtenidos respecto al ideal de los consumidores y de esta forma reformularlos hasta que se asemejen a él lo máximo posible. Esta metodología (preguntas CATA incluyendo evaluación del PI) no se ha utilizado por el momento para la evaluación de nuevas variedades, sin embargo desde nuestra experiencia en mejora (Aleza et al., 2012) y selección de variedades (Tarancón et al., 2020; Tarancón et al., 2021) creemos que este procedimiento podría ser muy útil a los programas de mejora. Por un lado, ayudaría a entender las preferencias de los consumidores en función de las características que las nuevas variedades comparten con su variedad ideal. Y, por otro lado, permitiría a los mejoradores identificar variedades que por sus características específicas son de especial interés como material de partida para futuras obtenciones.
En este contexto, el objetivo de este estudio fue utilizar la técnica de preguntas CATA incluyendo la evaluación del PI en la evaluación de nuevas variedades tempranas de mandarina preseleccionadas en el programa de mejora del IVIA. Además de las nuevas variedades se incluyó la evaluación de variedades comerciales tempranas con las que estas comparten periodo de recolección.
Variedades
Se evaluaron cinco variedades tempranas de mandarinas: ‘Tri–707’, ‘Pri–88’, ‘Pri–89’, ‘Clemenules’ y ‘Oronules’. En el Cuadro 1 se muestra el origen de estas variedades. ‘Tri–707’, ‘Pri–88’, ’Pri–89’ son nuevas variedades de mandarino preseleccionadas en el programa de mejora de obtención de híbridos triploides del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA). El híbrido triploide IVIA ‘TRI–707’ se ha obtenido en el programa público del IVIA mientras que los otros dos híbridos triploides, IVIA–AVASA ‘PRI–88’ e IVIA–AVASA ‘Pri–89’, se han obtenido en un convenio de colaboración entre el IVIA y la Asociación de Viveristas de Agrios S.A. (AVASA). Además, se incluyeron en el estudio ‘Clemenules’ y ‘Oronules’, variedades comerciales con las que las nuevas variedades coinciden en periodo de recolección.
A mediados de octubre se recolectaron las nuevas variedades en las parcelas experimentales del IVIA, y ese mismo día se recogieron las variedades comerciales a su entrada en un almacén comercial situado en Valencia. Toda la fruta fue transportada al Departamento de Postcosecha del IVIA para los análisis físico–químicos y la evaluación sensorial por parte de los consumidores.
Evaluación físico–química
Se evaluaron los siguientes parámetros físico–químicos: color, firmeza, acidez titulable (AT), sólidos solubles totales (SST), rendimiento de zumo e índice de madurez (IM).
Se midió el color de la piel de 20 frutos por variedad con un colorímetro Minolta (modelo CR–300; Minolta Co. Ltd., Osaka, Japón), tomando dos medidas en la zona ecuatorial de cada fruto, y expresándolo como índice de color (IC = 1.000 a / Lb), siendo L, a y b, las coordenadas de Hunter.
La firmeza se midió con un texturómetro Instron Universal Testing Machine (modelo 3343, Instron Ltd., Buckinghamshire, UK) sobre 20 frutos de cada variedad. Los resultados se expresaron como el porcentaje de deformación del fruto resultante de aplicar una presión de 10N con un émbolo de 3,5 centímetros en el eje longitudinal a velocidad constante.
Para medir los SST y la AT, se obtuvieron cuatro zumos de cinco frutos cada uno por variedad y se determinaron siguiendo el procedimiento descrito por Morales et al. (2020). El IM se calculó como la ratio SST/AT. El rendimiento en zumo se expresó en porcentaje respecto al peso del fruto.
Estudio de consumidores
En el test sensorial participaron 134 consumidores. Las distintas variedades se evaluaron mediante la valoración de la aceptación (cuánto gusta la muestra) e intención de compra y también mediante las preguntas de un cuestionario Check–All–That–Apply (CATA) incluyendo al final la descripción del producto ideal, en este caso la mandarina Ideal. Los consumidores aceptaron voluntariamente participar en el estudio y un requisito para poder participar fue que fuesen consumidores habituales de cítricos (que los consumiesen por lo menos una vez por semana cuando es temporada). La edad de los participantes fue de entre 18 y 65 años.
Para cada una de las variedades, la muestra a evaluar consistió en tres gajos provenientes de la misma mandarina. La aceptación se midió mediante una escala hedónica de 9 puntos, desde 1 (“no me gusta nada”) a 9 (“me gusta mucho”), mientras que para evaluar la intención de compra tenían que indicar si comprarían o no la mandarina que acababan de probar (sí/no). Tras esto, se les pidió que respondieran a un cuestionario CATA que comprendía 20 descriptores. Los descriptores estaban relacionados con las características de aroma, sabor y textura de las mandarinas. Inicialmente se seleccionaron los descriptores basándose en investigaciones previas (Tarancón et al., 2020) y se adaptaron de acuerdo a las características específicas de las muestras, según lo descrito por un panel semientrenado compuesto por 8 miembros.
Los descriptores fueron: Olor intenso al separar los gajos, Mancha las manos al comer, Insulso, Poco dulce, Dulzor medio, Muy dulce, Sabor intenso, Sabor refrescante, Poco ácida, Acidez media, Muy ácida, Poco aromática, Muy aromática, Fibrosa (se quedan pielecillas del gajo tras masticar), Poco fibrosa, Jugosa, Poco jugosa (seca), Algo amarga, Gajo grande, Gajo pequeño.
Tras evaluar las muestras se pidió a los consumidores que utilizasen el mismo listado de atributos para indicar todos aquellos que deberían estar presentes en su mandarina ideal.
Las evaluaciones se llevaron a cabo en una sala de catas estandarizada. Para servir las mandarinas se utilizaron pocillos codificados con números aleatorios de tres dígitos, presentados monódicamente, y para limpiar el paladar entre muestras se proporcionó agua a los consumidores.
Análisis estadístico
Se estudió la variabilidad de los parámetros físico–químicos y el grado de aceptación de los cultivares mediante un análisis ANOVA de un solo factor. Las diferencias mínimas significativas entre las variedades individuales se establecieron a partir del test LSD con un nivel de confianza del 95% (a= 0,05).
Se realizó un análisis de cluster (Cluscata) con los datos obtenidos a partir de las preguntas CATA con el fin de identificar grupos de consumidores en base a su descripción de las muestras y del producto ideal. Para cada uno de los clústeres se representó el análisis de correspondencia para visualizar la variabilidad en la frecuencia de mención de los diferentes atributos para las muestras y también para el Ideal. Además, se evaluó la aceptación e intención de compra de los consumidores pertenecientes a cada uno de los clústeres identificados.
Por otra parte, se realizó el análisis de penalización (penalty analysis) para cuantificar el efecto de los diferentes atributos sobre el grado de aceptación del consumidor.
Todos los cálculos se realizaron con el software XL–stat (versión 2019).
Cuadro 1. Origen de las variedades.
Parámetros físico–químicos
El color, el índice de madurez y contenido en zumo son los principales parámetros físico–químicos relacionados con la madurez del fruto que están regulados en la comercialización y exportación de cítricos en la Unión Europea (UNECE 2017). De acuerdo a este reglamento, las mandarinas satsumas tienen que tener un IM > 6,5 y un rendimiento en zumo > 33%, las mandarinas del grupo clementinas tienen que tener un IM > 7 y un rendimiento en zumo > 40%, mientras que ‘otros cultivares y sus híbridos’ deben presentar un IM > 7,5 y un rendimiento en zumo > 33% (UNECE, 2017). Sin embargo, la norma no específica un índice de color mínimo, sino que hace referencia al color típico de la variedad “el color debe ser el típico de la variedad en al menos un tercio de su superficie”.
En este trabajo, en el momento de la cosecha, la variedad ‘Oronules’ destacó por tener un color naranja homogéneo (IC=+16), mientras que el resto de variedades presentaba tonalidades verdes en parte de su piel, presentados todas ellas IC<+4. El color externo no fue considerado un limitante en este estudio, ya que al tratarse de variedades tempranas una práctica habitual es la aplicación del tratamiento de desverdizado para acelerar el cambio de color, y estudios preliminares realizados en nuestro departamento mostraron que las tres nuevas variedades en estudio presentan una respuesta adecuada al desverdizado. Un estudio reciente realizado por Morales et al., (2020) demostró que el tratamiento de desverdizado en sí mismo no afecta a las características organolépticas de naranjas y mandarinas, por lo que las características de las variedades estudiadas aquí descritas no se verían afectadas.
Las cinco variedades estudiadas presentaron el IM mínimo requerido. Los valores más altos, 13,6, fueron detectados en ‘Tri–707’. El resto de cultivares mostraron valores bastante similares entre sí, entre 9,6 y 11,5. Como se ha explicado previamente, el IM es la ratio entre los sólidos solubles (°Brix) y la acidez. Cabe destacar que la variedad ‘Pri–89’, a pesar de presentar los valores más altos de sólidos solubles, 13,7 ºBrix, presentó los valores más bajos de IM debido a su elevada acidez (1,43 g ac. crítico/ 100 mL).
El contenido en zumo fue superior al exigido en todas las variedades excepto en la ‘Pri–88’, que mostró valores de 31,9%. Con respecto al tamaño y textura, la variedad ‘Pri–88’ fue la más firme (2,2% de deformación) y grande (220 g), mientras que los frutos más pequeños fueron los de ‘Tri–707’ con 59 g de peso.
Descripción de la variedades, preferencias e intención de compra de los consumidores
El análisis estadístico Cluscata, es decir el análisis de clúster aplicado a los datos obtenidos con las preguntas CATA, reveló dos clústeres o grupos de consumidores en base a la forma en que estos habían descrito las muestras. El Clúster 1 estuvo formado por un 23% de los consumidores, mientras que el Clúster 2 incluyó el 77% restante. Las Figuras 1A y 1B muestran los análisis de correspondencia de ambos clústeres, en los que la situación de las muestras en el espacio representa cómo de diferente o parecida ha sido la descripción que de ellas han hecho los consumidores. La primera componente (eje que va de izquierda a derecha en el espacio) explicó la mayor variabilidad entre muestras (69% para el Cluster 1 y 65% para el Cluster 2), esto quiere decir que muestras situadas cercanas en el espacio a lo largo de esta componente (moviéndonos en el eje de izquierda a derecha) fueron descritas de forma similar. Muestras alejadas entre sí indican que los consumidores utilizaron atributos diferentes para describirlas. Los atributos que rodean a las diferentes muestras son los mayoritariamente percibidos por los consumidores comparativamente al resto de variedades.
Los consumidores del Clúster 1 describieron su mandarina Ideal, que se situó a la derecha del gráfico, como muy aromática, con olor intenso al separar el gajo, muy dulce, poco fibrosa, jugosa, con sabor intenso y refrescante, y acidez media. Este grupo de consumidores utilizó estos mismos atributos para describir la variedad ‘Pri–89’, si bien el nivel de dulce puede ser algo más bajo del ideal, ya que parte de los consumidores describieron el dulzor de esta variedad como medio. La posición de esta muestra en el espacio, cercana al Ideal y separada de todas las demás, indica que esta variedad fue la que de acuerdo con las percepciones de los consumidores compartía más características con su mandarina Ideal. En el lado opuesto del mapa, en la parte más a la izquierda del espacio, encontramos las variedades ‘Pri–88’ y ‘Clemenules’. Estas dos variedades fueron percibidas como menos dulces, menos ácidas y más secas y fibrosas que el Ideal. Algo más a la derecha en el espacio, y por lo tanto más cercanas a ‘Pri–89’ y la mandarina Ideal, se situaron la variedad ‘Tri–707’ que se caracterizó por la percepción de una mayor acidez y un menor tamaño de gajo, y la ‘Oronules’, que destacó por el gran tamaño de sus gajos y por manchar algo más las manos al comerla. La situación intermedia de estas dos variedades en el gráfico nos indica que compartieron características tanto con la mandarina Ideal y ‘Pri–89’ como con ‘Clemenules’ y ‘Pri–88’.
Los atributos que los consumidores del Clúster 2 (Figura 1B) utilizaron para describir su mandarina Ideal fueron los mismos que los utilizados por los consumidores del Clúster 1. Sin embargo, de acuerdo a la percepción de los consumidores del Clúster 2, no solo la variedad ‘Pri–89’, sino también la ‘Tri–707’ presentaron estos atributos deseables. Los consumidores del Clúster 2 percibieron por lo tanto mayor similitud entre estas dos variedades que los consumidores del Clúster 1. En el lado opuesto del mapa encontramos un grupo de 3 variedades, ‘Oronules’, ‘Clemenules’ y ‘Pri–88’. De entre estas tres variedades la que se situó más cercana al Ideal fue ‘Oronules’, lo que indica que comparte más características con el Ideal que las otras dos. Las variedades ‘Pri–88’ y ‘Clemenules’ fueron las más alejadas de la mandarina Ideal y al igual que en el caso de los consumidores del Clúster 1, también para los consumidores del Clúster 2 estas variedades se caracterizaron por manchar las manos al comer, tener el gajo grande, ser poco ácidas, poco aromáticas, poco dulces, y en especial la ‘Pri–88’ por ser más seca y fibrosa.
Es importante mencionar que la percepción de ciertos atributos como la falta de jugosidad y fibrosidad de la variedad ‘Pri–88’ quedó explicada por los datos físico–químicos, ya que esta variedad presentó un bajo contenido en zumo (Cuadro 2). Sin embargo, otras percepciones organolépticas como la mayor acidez percibida en la variedad ‘Tri–707’ no queda explicada por las medidas instrumentales. Además de la posible influencia del perfil de ácidos presentes en la muestra, hay que tener presente cierta interacción entre las percepciones, y que por ejemplo la presencia de ciertos aromas puede condicionar la intensidad percibida en otros atributos. De ahí que sea tan importante la realización de este tipo de estudios en los que el consumidor describe sus propias percepciones.
Una vez identificados los grupos de consumidores en base a su percepción de las diferentes variedades, se evaluó su nivel de aceptación, es decir, cuánto gusta cada una de las muestras. En el Cuadro 3 podemos ver como los consumidores del Clúster 1 en general dieron puntuaciones más bajas a todas las variedades que los consumidores del Clúster 2.
Los consumidores del Clúster 1 mostraron preferencia por la variedad ‘Pri–89’, a la cual le otorgaron valores de 6,3, seguida de cerca por ‘Oronules’ y con puntuaciones algo más bajas por ‘Tri–707’. A este grupo de consumidores no le gustaron ni la variedad ‘Clemenules’ ni ‘Pri–88’. Estos resultados de aceptación están claramente explicados por la descripción que estos consumidores hicieron de las muestras. Como explicamos previamente en la Figura 1A, la variedad ‘Pri–89’, que es la que recibió valores más altos de aceptación, fue también la que compartió más características con su mandarina Ideal, mientras que las variedades ‘Clemenules’ y ‘Pri–88’ presentaron características opuestas.
Los consumidores del Clúster 2, con puntuaciones de aceptación más elevadas en general, mostraron preferencias por la variedad ‘Tri–707’, con valoraciones cercanos a 7, seguida de ‘Oronules’ y ‘Pri–89’ con puntuaciones en torno a 6. Nuevamente, las puntuaciones de aceptación quedan explicadas por la cercanía de las muestras con al producto Ideal. Si nos fijamos nuevamente en la Figura 1B podemos ver como si nos movemos de derecha a izquierda a lo largo del espacio, la variedad más cercana al Ideal es la ‘Tri–707’, seguida de la ‘Pri–89’ y ‘Oronules’. Al igual que los consumidores del Clúster 1, los consumidores del Clúster 2 dieron las puntuaciones más bajas de aceptación a ‘Clemenules’ y ‘Pri–88’, que fueron las dos variedades situadas más alejadas a la mandarina Ideal.
Los resultados relativos a la intención de compra estuvieron de acuerdo con las valoraciones de aceptación. Un 80% de los consumidores de cada uno de los clústeres afirmó que compraría las variedades que recibieron las puntuaciones de aceptación más elevadas (‘Pri–89’ en el Clúster 1 y ‘Tri–707’ en el Clúster 2). Por su parte ‘Oronules’ mostró valores en torno al 70% de intención de compra en ambos casos, y ‘Clemenules’ porcentajes algo inferiores (52–54%). En ambos clústeres, ‘Pri–88’ fue la variedad que menos gustó y esto quedó reflejado en una intención de compra inferior al 35%.
Por último, para tener una visión global del efecto de las diferentes características sobre la aceptación del consumidor se realizó un análisis de penalización (Figura 2). Este análisis nos permite medir cómo afecta la presencia de un atributo a la puntuación media de aceptación que los consumidores dan a la muestra. En este caso el análisis fue realizado con todos los datos del estudio, sin diferenciar entre clústeres.
En la Figura 2A se muestran aquellos atributos que cuando están presentes en la muestra son apreciados positivamente, e incrementan la aceptación. Podemos observar como el atributo ‘muy dulce’ es el que afecta más positivamente, seguido de ‘sabor refrescante’, ‘muy aromática’, ‘sabor intenso’, ‘dulzor medio’, ‘jugosa’, ‘acidez media’, ‘gajo pequeño’ y ‘poco fibrosa’. Si nos damos cuenta la mayoría de estos atributos son los que los consumidores utilizaron para describir su mandarina Ideal. Es por lo tanto lógico que puntúen mejor las muestras que poseen estos atributos.
Paralelamente la Figura 2B muestra aquellos atributos que cuando son detectados en la muestra resultan en menores valores de aceptación. El atributo que tiene un menor efecto es ‘poco ácida’ seguido de ‘gajo grande’. Un efecto negativo más importante se observó con la presencia de atributos como ‘fibrosa’, ‘poco aromática’, ‘poco dulce’, e ‘insulso’.
Figura 1. Análisis de Correspondencia. Correspondencia entre las variedades y los atributos más frecuentemente usados por los consumidores del Cluster 1 (A), y del Cluster 2 (B) para describir las diferentes variedades.
Figura 2. Análisis de penalización. Efecto que la presencia de un atributo tiene sobre la aceptación de la muestra. A. Atributos deseables que afectan positivamente. B. Atributos indeseables que afectan negativamente.
Cuadro 2. Parámetros físico–químicos.
Cuadro 3. Aceptación e Intención de compra. Aceptación: escala desde 1–no me gusta a 9–me gusta mucho. Intención de compra: porcentaje de consumidores dispuestos a comprar.
Los resultados de este estudio muestran que el conjunto de los consumidores describe la mandarina Ideal de una manera muy similar, con atributos como muy aromática, con olor intenso al separar el gajo, muy dulce, poco fibrosa, jugosa, con sabor intenso y refrescante, y acidez media. Sin embargo, la percepción de las variedades evaluadas varió entre los consumidores, identificándose dos grupos (Clúster 1 y Clúster 2) en base a su descripción de las muestras. Los consumidores del Clúster 1 (23% de los participantes) encontraron los atributos de su mandarina Ideal en la variedad ‘Pri–89’, y por este motivo la prefirieron respecto a las variedades comerciales y el resto de las variedades evaluadas. El resto de las variedades las percibieron con características bastante diferentes y más alejadas del Ideal. Los consumidores del Clúster 2 (77% de los participantes) mostraron claras preferencias por la variedad ‘Tri–707’, seguida de la variedad ‘Pri–89’ la cual describieron de forma muy similar. La variedad ‘Oronules’ la encontraron muy diferente a estas dos variedades, pero les gustó tanto como la ‘Pri–89’.
Por lo tanto, las nuevas variedades tempranas ‘Tri–707’ y ‘Pri–89’ tienen grandes posibilidades de éxito en lo que a la aceptación por parte del consumidor se refiere, ya que compartieron más características con la mandarina Ideal y gustaron a los consumidores tanto o más que las variedades comerciales con las que coinciden en periodo de recolección.
Cabe también resaltar la utilidad del método empleado, preguntas CATA incluyendo el Ideal, para explicar las preferencias del consumidor en base a los atributos que las distintas muestras comparten o no con el producto Ideal.
Este estudio ha sido cofinanciado por los Fondos Europeos para el Desarrollo Regional (FEDER) de la Generalitat Valenciana 2014–2020 (Proyecto IVIA número 51910). Adrián Giménez–Sanchis agradece a la Conselleria de Innovación, Universidades, Ciencia y Sociedad Digital (Generalitat Valencians) la financiación de su contrato predoctoral (FDEGENT/2020/004).
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