Aubocassa, anfitriona de la élite del Aceite de Oliva Extra Virgen (AOVE) español
La almazara mallorquina Aubocassa, ubicada en la posesión Albocàsser, en Manacor, se ha convertido en el epicentro del Aceite de Oliva Virgen Extra (AOVE) de España, como anfitriona de la asociación Grandes Pagos de Olivar, de la que es miembro y socia fundadora en 2005.
En el encuentro, se ha puesto de manifiesto como ha señalado Agustín Santolaya, responsable de Aubocassa, que «los suelos y el clima de Mallorca componen un ecosistema excelente para el olivo, produciendo Aceites de Oliva Vírgenes Extra de excelente calidad; pero al mismo tiempo se enfrenta a grandes retos para combatir problemas de tanta importancia como el repilo, una enfermedad endémica de la Isla que compromete su producción». En cuanto a la reunión, Santolaya ha destacado que «ha sido un honor para Aubocassa y para el olivar mallorquín recibir a los integrantes de Grandes Pagos de Olivar en la isla y poder demostrar in situ las prácticas empleadas en el olivar, en la almazara y en la comercialización».
Por su parte, Francisco Vañó, presidente de la asociación, ha explicado que «todos los miembros de Grandes Pagos de Olivar estamos involucrados con la trasparencia, el intercambio de conocimiento y experiencias colaborativas y en la firme voluntad de dar a conocer y potenciar el consumo de los AOVEs producidos en todas las regiones olivareras españolas».
Siete productores pertenecen actualmente a Grandes Pagos, fundada en 2005 por Carlos Falcó, Marqués de Griñón, Alfredo Barral y Agustín Santolaya: Hacienda Queiles (Navarra), Aubocassa, (Mallorca), Marqués de Griñón (Toledo), Marqués de Valdueza (Badajoz), Castillo de Canena (Jaén), Casas de Hualdo (Toledo), y Masía El Altet (Alicante). Son productores procedentes de diferentes zonas olivareras que comparten un rasgo común: los AOVES producidos en un Pago, un terruño delimitado que aporta singularidad al aceite, donde los olivos están sometidos a un control cercano y estricto.
Para formar parte de este selecto club, el Pago es el punto de partida, condición sine qua non, pero no la única. Sus integrantes respetan y practican una filosofía común en la producción de AOVE basada en la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente, junto a la innovación y el uso de la tecnología más avanzada y el intercambio de conocimiento. El aspirante «deberá superar un minucioso proceso de selección por parte de todos los socios en el que se evaluarán, por lo tanto, las propias fincas, las almazaras, las buenas prácticas en la olivicultura y los procesos de extracción, la calidad de los aceites, el reconocimiento nacional e internacional, la filosofía empresarial y el compromiso absoluto con la calidad y el respeto al medio ambiente».
La entidad reivindica además temas como la defensa del medio ambiente, la apuesta por la sostenibilidad, o la acción de efecto sumidero de CO2 que poseen los olivares de sus socios. Tras más de tres lustros de trayectoria, las marcas que componen Grandes Pagos de Olivar están presentes en más de 60 mercados internacionales.