ASAJA Alicante espera una campaña ‘normal’ de los cítricos 2023-2024
ASAJA Alicante ha informado que tras dos campañas de cosechas muy cortas y con precios bajos en origen que no compensan los costes de producción, «la previsión es que en 2023-2024 se vuelva a una situación de normalidad, con una estimación de producción del limón fino superior al 15% respecto al año anterior». Esta organización agraria ha indicado que «el tiempo fresco y húmedo de mayo y junio ha propiciado que el fruto evolucione bien y que los limones tengan para esta fecha calibres por encima de la media de los últimos años». Esto hace vaticinar «una campaña normal con una producción que el mercado será capaz de absorber y con unos precios que, en principio, parecen optimistas».
Por tanto, tras una disminución de la cosecha hasta un volumen global de 5,8 millones de toneladas de naranjas, mandarinas y limones (-17,7 %) en toda España, según el Ministerio de Agricultura, la más baja de las últimas décadas, ASAJA Alicante considera que este año «habrá una ligera mejora en la producción del limón, pero no en la naranja ni la mandarina, por razones climatológicas que han alterado la floración».
Sin embargo, hay un factor clave que puede lastrar la campaña citrícola, y es «la falta de seguridad hídrica que vive el campo del Levante por la incertidumbre sobre la disponibilidad de agua en calidad y cantidad suficiente». «Esta situación promovida por las decisiones injustas y arbitrarias del Ministerio de Transición Ecológica capitaneado por Teresa Ribera pueden afectar al calibre del fruto, requisito fundamental a la hora de poder venderlo», ha comentado el presidente de ASAJA Alicante y productor de cítricos ecológicos, José Vicente Andreu. Al respecto ha apuntado que «la gran preocupación de los citricultores es que haya agua del Trasvase Tajo-Segura, algo que solo afectará a los de Levante y no a otros países productores y competidores, lo que nos coloca en una posición de desventaja que además nos hará tener que enfrentarnos a un aumento de costes de producción».
Al mismo tiempo, ASAJA Alicante considera que la campaña en cítrico ecológico será peor que la anterior «porque hay fincas que han abandonado la certificación, y porque los agricultores de ecológico están descapitalizados y los huertos desnutridos, en muchos casos, lo que evidentemente provoca una merma en la producción».
Limón
Este año hay mucho limón fino adelantado, por lo que habrá suficiente oferta para atender la demanda desde septiembre. Al respecto, la entidad calcula un incremento en torno al 15% de la producción de limón Fino respecto a la anterior campaña en Alicante, siendo el buen cuaje del fruto la principal causa, y aunque en Verna se espera una mejora, «no será tan evidente».
En 2022-2023 se registraron tan solo 800.000 toneladas de limones. Para la entrante, la organización agraria prevé que superará las 950.000 toneladas, y si se retrasa la recolección, puede superar el millón, «siempre y cuando tengamos agua», puntualiza.
En esta campaña, ASAJA Alicante ha anunciado que centrará sus esfuerzos en vigilar las prácticas comerciales desleales «que, por desgracia, se están convirtiendo en habituales a pesar de estar prohibidas por la Ley de la Cadena Alimentaria. Ejemplo de ello es la destrucción de valor, mediante la cual los grandes operadores que controlan el mercado aumentan el porcentaje de destríos, que normalmente suele rondar entre el 3-5% del total de la cosecha y que antes siempre se especificaba en contrato». Al respecto, la asociación ha manifestado que «las firmas se llevan gratis hasta el 60% de la cosecha en concepto de destríos alegando que van destinados a la industria cítrica cuando en realidad la venden como producto de segunda en fresco en el mercado internacional». «Este abuso», como lo califica ASAJA Alicante, «incumple la normativa del Reglamento de la UE 543/2011, y deja al agricultor en una situación de absoluta vulnerabilidad en cuanto a capacidad de negociación y valor económico».
Naranja
En cuanto a las naranjas, la organización agraria afirma que, a priori, «la situación es más negativa que en el limón, pues las condiciones climáticas del inicio de la primavera condicionarán el cultivo». Así, el extremo calor que se produjo en la provincia en marzo, con picos de temperaturas que superaron los 30 grados, provocó una floración adelantada, pero débil. En cambio, em mayo hubo un descenso térmico y abundantes precipitaciones que ha llevado a los árboles a comportarse como si fuera primavera, por lo que han vuelto a brotar y florecer, esta vez con fuerza. Como consecuencia de esta alteración en la floración, se prevé una reducción de la producción y una peor calidad de la fruta, que «como mucho serán aptas para la industria del zumo, lo que repercutirá negativamente en la rentabilidad del agricultor».
En cuanto a cotizaciones, la ‘Powell’, que empezó su recolección en marzo, ha registrado buenos precios en origen. «De forma global nos enfrentamos a una próxima cosecha corta de naranjas, incluso por debajo de la que acabamos de terminar, que ya fue muy escasa».
Mandarina
Las clementinas de otoño se cultivan básicamente en la Comunidad Valenciana, y en los últimos años han estado condicionadas por plagas como el cotonet de Sudáfrica y el envejecimiento de las plantaciones. Este año, «la plaga empieza a estar más controlada y la previsión es que empiece a recuperarse algo la producción, si bien no se alcanzarán las cotas de años anteriores».