Salud

El consumo moderado de alcohol se relaciona con una reducción del riesgo cardiovascular, según un estudio observacional realizado sobre 50.973 voluntarios estadounidenses, de una media de edad de 60 años, siendo el 61% de ellos mujeres. El estudio publicado por la revista ‘Journal of the American College of Cardiology’*, considerada una de las mejores del mundo en el ámbito de la cardiología, sugiere que la reducción del riesgo cardiovascular que se atribuye al consumo ligero y moderado de alcohol podría estar asociada con cambios en el cerebro, al disminuir la activación de la red neuronal relacionada con el estrés. Una reducción del riesgo que se duplicaba en los participantes con ansiedad.

El Dr. Josep Masip, cardiólogo y coordinador científico de FIVIN, ha explicado que «este estudio reciente ha vuelto a encontrar que el consumo moderado de alcohol reduce el riesgo cardiovascular. El estudio liderado por la Universidad de Harvard y que ha analizado más de 50.000 individuos, ha encontrado, además, que el beneficio podría ser debido a una reducción del estrés psicológico». En él han participado diferentes departamentos multidisciplinarios de las universidades Yale, Massachusetts, Boston, Nueva York, Cambridge y Medford, liderados por la Universidad de Harvard.

El nivel de consumo de alcohol se clasificó como nulo/mínimo cuando era menos de una bebida/semana; consumo ligero/moderado con 1–14 bebidas/semana; y, consumo alto más de 14 bebidas/semana. El estudio confirma que el consumo moderado de alcohol se asocia con una menor probabilidad de sufrir una enfermedad cardiovascular y confirma que el riesgo de padecer un evento cardiovascular más grave, como un infarto de miocardio o un ictus, entre las 27.053 personas que consumían alcohol moderadamente, era un 22% más bajo que las 23.920 que tenían un consumo nulo o mínimo (menos de una bebida por semana).

El análisis de la Tomografía por Emisión de Positrones (PET) ha observado que los individuos que tenían un consumo ligero o moderado tenían menor activación de vías cerebrales relacionadas con el estrés a nivel de las amígdalas cerebrales, que aquellas personas que no bebían o tenían un consumo muy bajo. Por el contrario, consumos elevados se asociaban con mayor activación. Con ello, la investigación pudo relacionar la reducción del riesgo cardiovascular con una menor actividad de las redes neuronales mentales relacionadas con el estrés.

El estudio, además, ha confirmado que la reducción de la actividad de estrés y del riesgo cardiovascular era mayor en los individuos con un diagnóstico previo de ansiedad.

Numerosos estudios científicos demuestran que, si se siguen las pautas apropiadas de consumo moderado, y no se rebasan, el vino puede formar parte de un estilo de vida saludable y su consumo tiene contrastados beneficios en la salud, siempre hablando de adultos sanos. Puede ser perjudicial si se consume de forma abusiva tal y como pasa con otros muchos alimentos. Por ello, es muy importante distinguir entre el consumo moderado y el consumo abusivo.

Por último, la fundación recuerda que, aunque numerosos estudios han demostrado los beneficios para la salud del consumo moderado de vino, la mayoría de los investigadores advierten que ello no es suficiente motivo para que alguien que no bebe comience a hacerlo por motivos de salud.  Cualquier estudio sobre el vino y la salud no reemplaza el consejo médico de un profesional.

*Reduced Stress-Related Neural Network Activity Mediates the Effect of Alcohol on Cardiovascular Risk. Journal of the American College of Cardiology. https://doi.org/10.1016/j.jacc.2023.04.015

 

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Grupos de investigación de La Rioja y Barcelona han iniciado sus trabajos de investigación en los que se analizarán los efectos del vino, consumido con moderación, y su papel en la prevención de enfermedades no transmisibles como el Alzheimer y las cardiovasculares.

Por un lado, el Centro de Investigación Biomédica de La Rioja (CIBIR)–Fundación Rioja Salud, en colaboración con el Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación (CIAL)–CSIC y el Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino (ICVV)–CSIC, estudiará el consumo moderado de vino dentro de la alimentación y su efecto protector sobre las primeras fases del Alzheimer o deterioro cognitivo leve, como estrategia para ralentizar o revertir el deterioro cognitivo.

Por otro, el segundo de los estudios, lo realizarán investigadores de la Universidad de Barcelona, en colaboración con el Hospital Clínico (ambos pertenecientes al CIBEROBN), que «se centrarán en evaluar el efecto antiinflamatorio y antioxidante del consumo moderado de vino en hombres y en mujeres que siguen un patrón de dieta mediterránea».

 

Primera convocatoria de ayudas a la investigación de FIVIN

Estos estudios han sido los proyectos ganadores de la primera edición de ayudas a la investigación que la Fundación para la Investigación del Vino y la Nutrición (FIVIN) convocó a finales de 2022. El objetivo de esta iniciativa, que cuenta con el apoyo de la Interprofesional del Vino de España (OIVE), es «promocionar la investigación e impulsar estudios científicos que aborden, desde el punto de vista nutricional y epidemiológico, los efectos biológicos del consumo moderado de vino y sus componentes sobre la salud en el entorno de una alimentación saludable». En esta primera convocatoria se presentaron 20 propuestas de universidades y centros de investigación de toda España. 

Según las bases, el periodo para finalizar los proyectos de investigación será preferentemente de un año, pudiendo ampliarse a dos, si así estaba planeado en el proyecto.

En la actualidad existe evidencia científica que demuestra que el vino, consumido con moderación, puede formar parte de un estilo de vida saludable y su consumo tiene contrastados beneficios en la salud, siempre hablando de adultos sanos. No obstante, desde FIVIN, «se recuerda los peligros para la salud de un consumo abusivo y sus efectos perjudiciales en la sociedad». En este sentido, esta entidad «trabaja por poner en valor la importancia de la moderación y la prevención del consumo abusivo. Cualquier estudio sobre el vino y la salud no reemplaza el consejo médico de un profesional».

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La Fundación para la investigación del Vino y la Nutrición (FIVIN) ha convocado ayudas a proyectos de investigación Vino, nutrición y salud, con el objetivo de impulsar estudios científicos que, aborden desde el punto de vista nutricional y epidemiológico, los efectos biológicos del consumo moderado de vino y sus componentes sobre la salud en el entorno de una alimentación equilibrada.

Las ayudas, a las que pueden acceder investigadores y grupos de investigación que desarrollen su actividad en Universidades públicas y privadas, CSIC y otros organismos públicos y privados de investigación, hospitales y centros sanitarios de España, tendrán una dotación máxima de 80.000 euros. El desarrollo del proyecto deberá realizarse dentro del territorio español y con una duración máxima de dos años.

El plazo para la presentación de solicitudes es del 15 de julio al 30 de septiembre. El periodo de evaluación será del 30 de septiembre al 30 de octubre, y la concesión de los proyectos se comunicará el 15 de noviembre de este año.

La iniciativa cuenta con el patrocinio de la Organización Interprofesional del Vino de España (OIVE), como muestra del interés y compromiso del sector vitivinícola español por la investigación rigurosa y científica de los posibles efectos sobre la salud del consumo moderado de vino.

La concomitancia con otras ayudas, de carácter público o privado, no será excluyente, aunque deberá quedar bien reflejado en la memoria descriptiva de la solicitud y será valorado por el Comité Evaluador (CE).

http://www.fivin.com/

 

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Tras la aprobación, el 9 de diciembre, del informe del Plan Europeo sobre el Cáncer por parte del Comité Especial para Combatir el Cáncer (BECA) del Parlamento Europeo, el sector europeo del vino, agrupado en torno al Comité Europeo de Empresas del Vino (CEEV) –del cual es miembro la Federación Española del Vino (FEV)–, ha recordado a los eurodiputados la importancia de que todas las políticas estén basadas en la ciencia y en la evidencia científica. Por este motivo han solicitado al Parlamento Europeo que reconsidere la afirmación incluida en el informe del BECA de que «no existe un nivel seguro de consumo de alcohol» al no haber datos científicos que apoyen un mayor riesgo de cáncer cuando el vino se consume con moderación «dentro de la Dieta Mediterránea y de un estilo de vida saludable».

Desde el sector vitivinícola se quiere hacer énfasis en que «el cáncer es una enfermedad multifactorial y sus factores de riesgo deben evaluarse en el contexto de los patrones culturales, de consumo de alcohol, de alimentación y de estilo de vida de cada país». En este sentido, han apuntado que «son muchas las evidencias científicas que apuntan a que beber vino con moderación, acompañado de comida y en el marco de una dieta de estilo mediterráneo puede contribuir a una mayor esperanza de vida y a una menor incidencia de enfermedades importantes como las cardiovasculares, la diabetes y el cáncer». Por ello, se entiende que la afirmación de que ‘no hay un nivel seguro’ «puede ser engañosa y simplista, ya que no tiene en cuenta los patrones de consumo y otros factores del estilo de vida».

Asimismo, esta afirmación aprobada por el Comité BECA «se basa en un único estudio (Global Burden of Diseases) publicado por ‘The Lancet’ en 2018, que ha sido duramente criticado por la comunidad científica debido a sus fallos de metodología y análisis».

Por su parte, el sector vitivinícola español y europeo ha mostrado su compromiso «a seguir promoviendo el consumo responsable de vino y a reducir el consumo excesivo e irresponsable que genera daños en la salud», a través de diferentes iniciativas como el programa Wine in Moderation (Vino con Moderación), que en nuestro país coordina la FEV.

Finalmente, desde el CEEV y la FEV se ha hecho un llamamiento al Parlamento Europeo y, en concreto, a los eurodiputados españoles para que, de cara a la votación del informe en el plenario, prevista próximamente, «se evite el oportunismo político y reconozcan que más impuestos, restricciones a la comercialización y advertencias sanitarias en el etiquetado no abordan realmente las causas fundamentales del consumo abusivo y nocivo de alcohol y podrían generar un efecto de estigmatización sobre el producto». «Como europeos y españoles, deberíamos estar orgullosos de nuestra cultura gastronómica, de la que el vino es un componente intrínseco. Nuestro estilo de vida consiste en disfrutar de una gran variedad de alimentos, incluido el vino con moderación si se desea, en un entorno de convivencia. Promover esta forma de vida es preferible a soluciones reglamentarias simplistas y, en última instancia, ineficaces», ha concluido el director de la FEV, José Luis Benítez.

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El adelanto de la edad de la menopausia se asocia a mayores riesgos para la salud a largo plazo. Así, la retirada precoz de la menstruación puede suponer un aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares, osteoporosis y puede aumentar la prevalencia de la obesidad en algunas mujeres. En este sentido, el pasado julio un estudio de la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg (JHSPH), que es parte de la Johns Hopkins University situada en Baltimore, Marylan (EE. UU.), analizó los efectos del consumo de alcohol en mujeres y concluyó que las que lo hacían de forma moderada tenían un menor riesgo de menopausia natural precoz que las no lo hacían. La investigación evaluó los efectos del alcohol en su conjunto, pero también los diferentes tipos de bebidas alcohólicas. Entre las analizadas, la evidencia de menor riesgo de menopausia natural precoz es mayor en el vino blanco y tinto.

El doctor Ramón Estruch, coordinador científico y portavoz de la Fundación para la Investigación del Vino y la Nutrición (FIVIN), ha incidido en que «en la moderación está la clave. Los resultados de este estudio determinan que es precisamente el consumo moderado el que resulta beneficioso para la salud y muestran que el consumo elevado no se relaciona con un riesgo más bajo de menopausia precoz».

Asimismo, la Dieta Mediterránea también juega un papel relevante en la prevención de factores de riesgo para las mujeres menopáusicas. Dado el envejecimiento de la pirámide poblacional, las estrategias nutricionales para prevenir la obesidad en las mujeres menopáusicas «se están convirtiendo en una necesidad creciente y en uno de los principales objetivos para los nutricionistas». El aumento de peso y los cambios en la composición corporal, un mayor acúmulo de grasa a nivel abdominal y menor masa muscular pueden dar lugar a un incremento significativo del riesgo de desarrollar enfermedades cardiometabólicas.

Para mejorar su pronóstico, el mantener un estilo de vida saludable «será crucial», prestando especial atención a la actividad física y la dieta, especialmente la Mediterránea, que también puede incluir el consumo moderado de vino junto con la comida, no más de 1 copa al día.

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La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que para prevenir el desarrollo de enfermedades crónicas degenerativas, incluidas las que afectan a la función cognitiva, es importante mantener un estilo de vida saludable desde edades tempranas, prestando especial atención a la alimentación y al ejercicio físico. Por ello, está tomando cada vez más relevancia la Dieta Mediterránea, que promueve un equilibrio en la forma de comer y beber, relacionarse y moverse. El vino forma parte de esta pirámide en un consumo moderado, y su dimensión cultural e histórica y su factor socializador supone un elemento a tener en cuenta en cuanto a la salud mental ya que se asocia a momentos de relax para disfrutar en compañía.

En este sentido, la Fundación para la Investigación del Vino y la Nutrición (FIVIN) ha señalado que se ha demostrado en numerosos estudios que el consumo moderado de vino tiene «factores beneficiosos asociados a la salud por ser una fuente de compuestos fenólicos». El doctor Ramón Estruch, coordinador científico y responsable de portavocía de FIVIN, y uno de los mayores impulsores de la Dieta Mediterránea, ha dicho al respecto que «estos compuestos tienen propiedades bioactivas que también se han relacionado con la neuroprotección». A nivel cognitivo, su consumo moderado se ha relacionado con un menor riesgo de demencia y depresión, y se piensa que este tipo de compuestos podrían prevenir el avance del deterioro cognitivo asociado a la edad. Por este motivo, el consumo moderado de vino dentro de un contexto de Dieta Mediterránea «tendría un efecto positivo en la función cognitiva».

 

Beneficios del resveratrol

FIVIN ha explicado que diversos estudios científicos avalan que otro componente de la uva con propiedades beneficiosas para la salud es el resveratrol (sustancia química presente en la piel de uva roja y en el vino tinto), que destaca por su capacidad antiinflamatoria y para reducir el estrés oxidativo. Al mismo tiempo, otros estudios con animales han demostrado que el resveratrol impide la actividad de moléculas altamente oxidantes, que dañan regiones claves del cerebro, como el hipocampo. Otros mecanismos que puede utilizar esta sustancia química para proteger la salud cognitiva «son la regulación de la sirtuina, una proteína que es esencial para regular el metabolismo de la célula ya que controla su expresión genética».

Además, el resveratrol se ha asociado con un efecto positivo en la depresión y la ansiedad ya que puede aumentar la cantidad de AMPc en el cerebro.

Desde FIVIN se recuerda que aunque numerosos estudios han demostrado los beneficios para la salud del consumo moderado de vino, «la mayoría de los investigadores advierten que ello no es suficiente motivo para que alguien que no bebe comience a hacerlo por motivos de salud». De hecho, la recomendación general de los científicos suele ser preventiva advirtiendo que los beneficios para la salud del vino en un estudio en particular, no garantiza que los no bebedores o abstemios deban comenzar a disfrutar de una copa al día para mejorar su salud. Cualquier estudio sobre el vino y la salud «no reemplaza el consejo médico de un profesional».

Para ampliar todas estas informaciones, FIVIN cuenta con ‘La Ciencia del Vino y la Salud’, una plataforma que busca aclarar los mensajes contradictorios que están surgiendo en torno al vino y la nutrición, y ofrecer información contrastada y con rigor científico. 

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El sector vitivinícola lleva años trabajando en pro de la transparencia a la hora de comunicar los efectos del vino sobre la salud. Con el fin de afianzar su compromiso con esta responsabilidad social, la Fundación para la Investigación del Vino y la Nutrición (FIVIN) ha renovado su web ‘La Ciencia del Vino y la Salud’, una plataforma de referencia científica que busca aclarar los mensajes contradictorios que están surgiendo en los últimos años en torno al vino y la nutrición y ofrecer una información contrastada y sujeta a un rigor científico.

La plataforma contará con el aval del comité científico de FIVIN formado por médicos y científicos de diferentes universidades y especialidades, y profesionales de reconocido prestigio independientes del sector del vino. Todos ellos analizarán las principales investigaciones científicas aparecidas a nivel mundial sobre el efecto del consumo de vino en la salud. El comité también valorará los estudios que magnifican las propiedades del vino como los que cuestionan sus efectos sin base científica. Una vez analizados estos, se emitirá un resumen y se propondrá su difusión en función de su relevancia y el interés general.

‘La Ciencia del Vino y la Salud’ ofrece secciones de diferente temática. En la de Estudios científicos, por ejemplo, se puede encontrar una base de datos de más de 600 estudios sobre vino el vino y la salud que abordan multitud de materias. La plataforma también incluye un Observatorio de noticias, en el que se dan valoraciones de rigor científico a publicaciones aparecidas en los medios. Asimismo, en su sección Ciencia para no científicos, dispone de artículos divulgativos para acercar los temas de actualidad científica sobre el vino a la sociedad y ofrece información sobre las principales cuestiones en materia de vino y salud desde el punto de vista de la prevención del abuso y la promoción del consumo moderado.

Por último, la sección Respuestas sobre el vino, es un espacio en el que compartir para aquel que lo desee, dudas o noticias con el fin de que el comité lo valore.

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El resveratrol, molécula presente en el vino entre otros alimentos, protege frente al envejecimiento celular, según ha explicado Mairena Martín, catedrática de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Castilla-La Mancha y asesora científica de la Fundación para la Investigación del Vino y la Nutrición (FIVIN), en el webinar online ‘Salud y Alimentación’, que se ha llevado a cabo dentro de los Diálogos Agroalimentarios que organiza Cooperativas Agroalimentarias de Castilla–La Mancha, en colaboración con Globalcaja.

Martín ha señalado que «el organismo tiene defensa para el estrés oxidativo y nuestro cuerpo tiene algunos agentes antioxidantes naturales, pero debido a la gran exposición de factores ambientales que generan esa oxidación, necesitamos ingerir en la dieta mayor nivel de antioxidantes. Esta oxidación genera fundamentalmente efectos cancerígenos y está relacionada con enfermedades neurodegenerativas».

Los efectos antioxidantes del resveratrol han sido la base del estudio que ha elaborado la catedrática en colaboración con las universidades Pompeu Fabra y Autonóma de Barcelona, donde se ha observado que dicha molécula, presente en el vino, podría tener un efecto neuroprotector frente a enfermedades neurodegenerativas como la de Alzhéimer. Las conclusiones de este estudio han sido publicadas en la prestigiosa revista científica Free Radical Biology & Medicine. Mairena Martín también ha advertido que los efectos beneficiosos del vino siempre deben ser considerados en un consumo moderado. Así, ha subrayado que «es muy importante consumir vino de manera moderada, porque si ingerimos una cantidad excesiva, aumentará la ingesta de alcohol y se bloqueará el efecto protector del resveratrol».

Otro ponente, el Dr. Ramón Estruch, coordinador científico de la Fundación Dieta Mediterránea, también ha resaltado las propiedades beneficiosas del vino. Al respecto ha indicado que «la dieta mediterránea ha sido reconocida como una de las más saludables del mundo, incluso por países no mediterráneos como Estados Unidos. Dentro de este contexto, destaca especialmente el papel del vino, que se engloba dentro de la pirámide de la dieta mediterránea. Actualmente, sabemos que un 20% de los efectos saludables de la dieta mediterránea hay que atribuirlo a un consumo moderado de vino con las comidas».

En el seminario también han participado Ángel Villafranca, presidente de Cooperativas Agro-alimentarias de España y de Castilla-La Mancha, y presidente de la Organización Interprofesional del Vino de España (OIVE) y Elena Escobar, directora general de Alimentación de la Junta de Castilla-La Mancha, que han sido los encargados de dar la bienvenida a los asistentes. Asimismo, se ha realizado una mesa redonda en la que además de Mairena Martín han participado Teresa Pérez, gerente de la Interprofesional del Aceite de Oliva; Ángela Rubio, profesora e investigadora de la Universidad de Castilla-La Mancha y el cocinero toledano, Adolfo Muñoz, en la que se han defendido los alimentos que componen la Dieta Mediterránea, declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.

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Qué papel tenía el vino en la antigüedad; qué criterios se deben seguir para hacer un buen maridaje; qué mitos existen sobre el vino y la salud o cuál es la herencia que griegos y romanos han dejado sobre el vino son algunos de los temas que se plantean en el ciclo “La ciencia del vino”. Se trata de una nueva propuesta de divulgación científica que empieza el próximo miércoles 13 de febrero en el Espai Turisme de Tarragona (C/ Major 37), y que durante nueve sesiones dará a conocer el vino desde diferentes ámbitos de la investigación de la mano de investigadores, investigadoras y docentes de la Universitat Rovira i Virgili. En cada sesión se catarán de dos vinos de la D.O. Tarragona, que colabora con el ciclo.

El objetivo del proyecto es acercar el conocimiento científico a la sociedad de una manera divulgativa y cercana, y hacerlo a través del vino como elemento transversal y desde diferentes perspectivas. Por este motivo participan investigadores de diferentes ámbitos de la investigación de la Universidad y también se han involucrado los estudiantes de Enología, que harán los comentarios de los vinos que se catarán, todos de la DO Tarragona.

Esta iniciativa está organizada por la Unidad de Comunicación de la Ciencia en colaboración con la Facultad de Enología de la URV, la D.O. Tarragona y cuenta con el apoyo del Patronato de Turismo del Ayuntamiento de Tarragona. Las sesiones se realizarán durante todo el año el segundo miércoles de cada mes a las 19h –excepto los meses de agosto y septiembre– y para asistir a cada charla, que son gratuitas, es necesario inscribirse previamente en el correo electrónico comciencia@urv.cat, ya que el aforo es limitado.

 

Calendario de sesiones

13 de febrero El vino en la antigüedad. De regalo diplomático producto social. A cargo de Jordi Diloli, del Departamento de Historia e Historia del Arte (URV)

13 de marzo El vino y la salud: mitos y realidades. A cargo de Anna Borrull, del Departamento de Bioquímica y Biotecnología (URV)

10 de abril Las catedrales del vino. A cargo de Agustí Costa, de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura y de Antoni Gavaldà, del Departamento de Historia e Historia del Arte (URV)

8 de mayo Vinos y maridajes. A cargo de Montserrat Nadal, del Departamento de Bioquímica y Biotecnología (URV)

12 de junio El enocomunicación. Seducir, vender y fidelizar. A cargo de Ruth Troyano, periodista y autora de la colección Retrats de Vi (URV)

3 de julio De la viña a la bodega. A cargo de Assumpta Mateos, del Departamento de Bioquímica y Biotecnología (URV)

9 de octubre El marketing del vino. A cargo de Jaume Gené, del Departamento de Gestión de Empresas (URV)

13 de noviembre El vino, un placer para los sentidos. A cargo de Toni Sánchez, químico, enólogo y docente en la URV

11 de diciembre ¿Qué hemos heredado de griegos y romanos? A cargo de Joaquín Ruiz de Arbulo, del Departamento de Historia e Historia del Arte de la URV

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La investigación muestra una disminución drástica en los niveles de plaguicidas detectados en la orina de los agricultores

 

Un consorcio de investigadores de la Comunitat Valenciana ha investigado los efectos que el uso de plaguicidas en la agricultura tiene sobre la salud y el medio ambiente, centrándose en la evaluación de un sistema de riego por goteo en el que estos son aplicados directamente sobre la raíz de las plantas. Los resultados obtenidos en el estudio muestran que el uso de sistemas de irrigación por goteo, en comparación con la pulverización tradicional, disminuye la diseminación de plaguicidas desde el agua de riego al aire y al cuerpo humano.

La investigación ha sido realizada por investigadores del Área de Seguridad Alimentaria de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana (Fisabio) –dependiente de la Consejería de Sanidad Universal y Salud Pública–, que ha liderado el proyecto, junto con la Comunidad de Regantes Canal Júcar Túria Sector II l’Alcúdia y las empresas JAP Energéticas Medioambientales SL y Qualitas.

Vicent Yusà, responsable del Área de Seguridad Alimentaria de la fundación Fisabio, ha manifestado que «hemos encontrado que, aplicando los plaguicidas con el riego por goteo, no se produce el efecto deriva que si se produce cuando se aplican por pulverización».

«También hemos observado una disminución muy importante en los niveles de plaguicidas a los que se exponen los agricultores que administran el tratamiento en los cultivos», ha comentado, Antonio López, investigador del proyecto. Para añadir que «estos niveles han disminuido entre un 35% y un 95% respecto al sistema convencional de aplicación por spray, dependiendo del tipo de plaguicida analizado».

El estudio se ha realizado sobre cultivos de cítricos, frutales de hueso y caquis en la Comunidad de Regantes de l’Alcúdia, que abarca en total una superficie de 813 hectáreas distribuidas entre este municipio, Alzira y Guadassuar. El análisis se ha realizado comparando parcelas donde los plaguicidas se aplicaron por irrigación con el sistema por goteo con otras zonas adyacentes tratadas con el sistema tradicional de pulverización. Durante los 21 meses en los que tuvo lugar la irrigación se analizó la presencia en el aire de más de 70 plaguicidas en ambos tipos de parcelas mediante muestreo en aire con captadores de alto volumen.

Asimismo, se tomaron más de 100 muestras de orina de agricultores para analizar los niveles de más de 10 metabolitos (sustancias producidas por el organismo al degradar un plaguicida).

«En la orina de los agricultores que han utilizado el riego por goteo, observamos un nivel 25 veces inferior del metabolito indicador de la presencia del plaguicida metil-clorpirifos, una sustancia que tiene potenciales efectos sobre la función de la tiroides», ha explicado Olga Pardo, investigadora del Área de Seguridad Alimentaria de Fisabio y experta en el análisis químico y la evaluación del riesgo de contaminantes del entorno, quien ha supervisado la realización y análisis de las muestras.

Pardo ha comentado al respecto que «también observamos una disminución de 5 veces del metabolito del plaguicida imidacloprid, una sustancia moderadamente tóxica catalogada como probable carcinógeno, y una disminución de 8 veces del metabolito del plaguicida pendimetalina, un compuesto que aumenta el riesgo de padecer cáncer de páncreas». Todas estas sustancias están autorizadas actualmente y sus efectos se están investigando en los últimos años para adecuar las recomendaciones y regulación sobre su utilización.

Una parte de los resultados obtenidos ya han sido publicados en dos artículos de investigación en las revistas científicas Talanta (con el título ‘Evaluation of sampling adsorbents and validation of a LC–HRMS method for determination of 28 airborne pesticides’) e International Journal of Environmental Analytical Chemistry (bajo el título ‘Selection of sampling adsorbents and optimisation and validation of a GC–MS/MS method for airborne pesticides’).

El estudio se ha efectuado entre 2015 y 2018 y se ha financiado con 784.325 euros por la Unión Europea (UE) en el proyecto IRRILIFE ('Environmentally efficient use of pesticides by localized irrigation systems'), cuya finalidad era reducir el uso de plaguicidas en la agricultura y minimizar el impacto de los mismos en la atmósfera a través de la puesta en práctica de una nueva metodología de aplicación menos contaminante, más respetuosa con el medio ambiente y, al mismo tiempo, más eficaz.Un consorcio de investigadores de la Comunitat Valenciana ha investigado los efectos que el uso de plaguicidas en la agricultura tiene sobre la salud y el medio ambiente, centrándose en la evaluación de un sistema de riego por goteo en el que estos son aplicados directamente sobre la raíz de las plantas. Los resultados obtenidos en el estudio muestran que el uso de sistemas de irrigación por goteo, en comparación con la pulverización tradicional, disminuye la diseminación de plaguicidas desde el agua de riego al aire y al cuerpo humano.

 

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