Frutales tropicales

SanLucar incluye en su oferta una nueva referencia para los amantes de las frutas tropicales: la papaya, un producto que la marca comercializa ahora en puntos de venta de Alemania y Austria.

Las deliciosas papayas de la variedad "Sweet Sense" se caracterizan sobre todo por su dulzor natural, madurado en el árbol. Su pulpa jugosa y firme, y de color anaranjado, es suave y tiene un gran sabor. Un inconfundible sabor aromático que recuerda al mango y la naranja, y con un ligero toque de melón. Ya sea sola, en smoothies o en macedonias, la papaya SanLucar aporta un toque exótico a cualquier creación culinaria.

El nuevo producto de la marca premium se cultiva en las islas Canarias, cuyo clima subtropical es ideal para el crecimiento de la planta de la papaya, con temperaturas que oscilan entre los 18ºC y los 28ºC durante todo el año. La elevada humedad y las cálidas temperaturas, unidas a los fértiles suelos de las islas, contribuyen también a su particular dulzor –siempre por encima de los 11º Brix– y garantizan una cosecha abundante. La fruta pesa entre 800 y 1.100 gramos y, con un diámetro de 23 cm, tiene un tamaño medio ideal para venderse entera en el supermercado. Cabe destacar que las papayas canarias pueden obtenerse con una calidad constante durante todo el año. La piel de este manjar tropical en forma de pera es inicialmente verde y se vuelve amarillo– verdosa tras un periodo de maduración en el árbol de unos 10–12 meses, dependiendo de la variedad. El cultivo sostenible y respetuoso con el medio ambiente se lleva a cabo de acuerdo con las certificaciones Global GAP & GRASP, IFS y Producción Integrada Canaria. Además, la ruta de entrega dentro de Europa es comparativamente corta. Las papayas también están disponibles en cajas SanLucar de 4 kg.

«En SanLucar estamos orgullosos de haber encontrado un socio de cultivo en la empresa familiar Sat Fruta Tropical de las Islas Canarias, especializada desde hace años en el sector de exóticos. Nuestras papayas encarnan la esencia de los trópicos y estamos encantados de compartir esta excepcional experiencia frutícola con nuestros apreciados clientes. Apoyaremos el lanzamiento del producto con numerosas promociones y atractivas islas en los supermercados», afirma Armin Rehberg, CEO de SanLucar.

https://www.sanlucar.com/

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La Asociación Española de Frutas Tropicales, un colectivo de más de 450 productores, con más de 3.350 hectáreas de frutas tropicales, de las cuales más de 350 son de producción ecológica, ha alertado que el campo tropical de Andalucía se encuentra al «borde del colapso» por la situación de «estrés hídrico» a la que se enfrenta. El presidente de esta entidad, Javier Braun, ha comentado que esta situación se produce «tras años de promesas incumplidas, falta de inversiones en infraestructuras hidráulicas y el abandono institucional en materia de gestión hídrica». Al respecto, Braun ha lamentado las «oportunidades perdidas» durante la última década para arbitrar un plan de redistribución de los recursos hídricos que «responda a las necesidades de los productores de las más de 9.000 hectáreas en explotación y al paulatino crecimiento en la superficies de cultivo».

Al mismo tiempo, siente que las administraciones «de distinto signo y color» les estén negando esta visión «estratégica y de futuro» que llevan años exigiendo para el sector, y ha añadido que en varios encuentros con la Junta han puesto sobre la mesa medidas concretas respaldadas «con informes técnicos rigurosos». Algunas de estas son «incrementar los recursos destinados al riego con aprovechamientos de los flujos resultantes de la depuración y la construcción de balsas para almacenar los caudales procedentes de las precipitaciones en época de lluvias».

Braun ha criticado también que la Administración no haya actualizado y consensuado un documento estratégico para el sector, que funciona con el Plan Guaro, de 1989, que consideraba ‘de interés nacional’ los cultivos tropicales de la Axarquía por su alto valor añadido. Para el presidente de la entidad, las circunstancias de entonces «no tienen nada que ver con la actualidad del cultivo tropical en el Mediterráneo», agravadas por la situación de estrés hídrico que «ha reducido a más de la mitad el caudal disponible para riego».

La superficie del cultivo se ubica mayormente en la comarca malagueña de la Axarquía y la Costa Tropical de Granada, donde este sector es «uno de los grandes motores económicos» del que depende la economía de más de 5.000 pequeños agricultores y que «genera miles de puestos de trabajo indirectos», ha resaltado la Asociación Española de Frutas Tropicales.

 

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Bajo el título ‘Transferencia de I+D+i para el Desarrollo Sostenible de Frutales Tropicales en la Macaronesia’ se ha presentado en el trascurso de unas jornadas técnicas FRUTTMAC, proyecto liderado por el Instituto Canario de Investigaciones Agrarias (ICIA), dentro del Eje 1 del Programa Interreg MAC 2014–2020. La finalidad de este proyecto, que tendrá una duración de tres años, es el uso eficaz de los recursos fitogenéticos de Canarias, Azores, Madeira y Cabo Verde y su accesibilidad, el fomento de la gestión sostenible de las explotaciones y la diversificación de la oferta comercial, tanto local como de exportación.

En el proyecto participan un total de 25 entidades, 16 de las cuales son beneficiarias de Fondos de Desarrollo Rural (FEDER), siete son participantes asociados y dos de terceros países. Entre los beneficiarios se encuentran centros de investigación como el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de la Universidad de La Laguna, la Universidad de Madeira y la Universidad de las Azores; las administraciones públicas regionales e insulares como la Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca del Gobierno de Canarias y los cabildos insulares, además de distintas asociaciones entre las que aparece la Asociación de Agricultores y Ganaderos de Canarias (ASAGA Canarias ASAJA) y la Asociación de Productores de Plátano de Canarias (ASPROCAN). Dentro de los participantes asociados destacan empresas como SAT FAST, Cultesa o Viveros La Cosma, entre otras.

Juan Cabrera, investigador del ICIA y presentador de las jornadas, celebradas en el salón de actos de este centro de investigación, ha señalado que «se pretende generar sinergias entre los distintos participantes del proyecto, es decir, técnicos, investigadores, empresarios y productores de los diferentes archipiélagos para poder cooperar y crear un plataforma de trabajo común que nos permita investigar y desarrollar el sector de frutales tropicales en las islas dado su interés comercial y el aumento de consumo de este tipo de frutas».

El primer objetivo del proyecto será trabajar con los bancos de germoplasma de frutas tropicales de la Macaronesia para conocer la disponibilidad del material vegetal existente en cada una de las regiones; seleccionar las variedades de mayor interés a las que se destinarán los fondos y realizar un estudio detallado de cada una de ellas. En este punto será necesario definir los descriptores morfológicos, moleculares y agronómicos que se emplearán para poder realizar comparativas entre todos los territorios participantes bajos los mismos criterios con el fin de poder valorar cómo se comporta una variedad determinada en cada zona y conocer su viabilidad. Dentro de este objetivo se incluye dar accesibilidad tanto a la información generada como al material vegetal identificado y caracterizado.

Los participantes en este proyecto han acordado que platanera, aguacate, mango, maracuyá, piña tropical y chirimoya serán las principales especies sobre los que se desarrollarán los estudios, que incluyen también aspectos relacionados con el cultivo sostenible y la diversificación de la oferta. En la actualidad, Canarias cuenta con una superficie en torno a las 2.000 hectáreas de cultivo de tropicales ya consolidadas en aguacate, papaya, piña tropical o mango, aparte de 8.000 hectáreas dedicadas al plátano. Asimismo, otras producciones están comenzando a emerger con fuerza como pitahaya, parchita, tamarillo o plátano rojo que registran de momento menores volúmenes.

La producción de frutas tropicales en las regiones macaronésicas cuenta con una serie de ventajas. La principal es el incremento de la demanda por parte de los consumidores cada vez más concienciados con una alimentación saludable y con el consumo de productos sostenibles, además de la posibilidad de destinar parte de las producciones al sector turístico y a la industria agroalimentaria transformadora de las islas.

Paralelamente, juegan a favor de este tipo de producciones, la cercanía al continente y la pertenencia de estos territorios ultraperiféricos a la Unión Europea y, en el caso concreto de Canarias, la existencia de la Orden de 12 de marzo de 1987 por la que se establecen las normas fitosanitarias relativas a la importación, exportación y tránsito de vegetales y productos vegetales, que prohíbe la entrada de determinadas tropicales a nuestra región, de ahí la importancia de su mantenimiento. Entre las desventajas se encuentran los recursos limitados de agua y suelo, los altos costes de producción, la fragmentación del territorio, la competencia exterior, la introducción de plagas y enfermedades y el cambio climático.

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