Aceite de oliva

Después de dos años de ausencia debido a las restricciones impuestas por la pandemia, la World Olive Oil Exhibition ha dejado claro que es el punto de referencia del sector del aceite de oliva a nivel mundial. Durante los pasados días 8 y 9 de marzo, el pabellón 1 de IFEMA en Madrid se convirtió en el punto de encuentro, de todos aquellos actores –países productores, consumidores y empresas– que participan en el sector oleícola. Así, más de 4.000 visitantes, procedentes de 82 países, de los cuales 35 eran países compradores, se dieron cita en el único evento dedicado en exclusiva al oro líquido.

Con motivo de la presentación de la feria, unos días antes, se organizó una mesa redonda bajo el título ‘La Norma de calidad y la posibilidad de un sistema de autocontrol en el sector de elaboración de aceites de oliva’. Para el consultor estratégico Juan Vilar, la Norma de Calidad «es una iniciativa del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) en la que se recogen los puntos que hacen posible que los elementos que forman parte de la cadena de valor convivan de forma adecuada y con la garantía de que lo que el usuario recibe se corresponde con el origen y se procesa en la cadena sectorial».

Por su parte, José Miguel Herrero, director general de la Industria Alimentaria del MAPA, ha indicado que «estamos en un momento histórico en el que podemos conseguir que el sector del aceite de oliva español tenga un futuro dorado». Dentro de la Norma de Calidad, es la primera vez que tiene el apellido de aceite de oliva, ya que antes se compartía con otro tipo de aceites. Herrero ha señalado que uno de los elementos más importantes de dicha regla es la trazabilidad y «dentro de ella hablamos de trazabilidad interna y de movimientos, de tal forma que cualquier aceite de oliva que se mueva por nuestro país tiene que estar registrado y recogido en un sistema (REMOA) lo que nos permite dar un sistema de garantía y transparencia, siendo las Comunidades Autónomas en coordinación con el Ministerio las encargadas de velar que se cumpla dicha ley».

En este sentido, Ignacio Silva, presidente de Deoleo, ha apuntado que «tenemos que saber qué pasa en la cadena de valor desde que la aceituna está en el árbol hasta que llega el aceite al consumidor. La responsabilidad de las empresas requiere de una búsqueda continúa y activa para dotar de mayor transparencia y satisfacer las necesidades de los consumidores; a menudo, este sector ha estado más de cara a la materia prima y de espaldas al consumidor cuando lo importante es que éste compre nuestro producto y lo valore».

Más allá de la Norma de Calidad, Herrero ha considerado de vital importancia que haya sido el sector el que «ha dado un paso adelante proponiendo un sistema de autorregulación más exigente que dicha norma, lo que dará confianza a compradores extranjeros porque distinguirá a los aceites de oliva españoles en el mundo».

Joaquín Martins, CEO de IFFCO Iberia y BU Olive Oil, ha valorado que el sector «apoye las normas que el gobierno va imponiendo, de manera que también estén involucrados en el objetivo final que es hacer un producto más honesto». A lo que Antonio Luque, presidente de DCOOP, ha añadido que «aunque hay que potenciar muchas cosas, este es el primer paso que va a permitir consolidar la imagen del aceite de oliva en el mundo». De hecho, Iñaki Benito, director gerente de Patrimonio Comunal Olivarero, que ha considerado que «después récords de producción, la crisis de los aranceles en Estados Unidos, etc. ahora es el momento idóneo para sacar esta norma, una norma que nos va a permitir tener un sistema robusto que incluso podría ser importado a otros países». Aunque todavía no está cerrado, se contempla la posibilidad de que dicho sistema de certificación «pudiera tener un sello específico».

Finalmente, Herrero ha dicho sobre el panel de cata que «ha sido una cortina de humo para no hablar de otras cosas. Por eso, cuando hemos escuchado al sector, a los distribuidores e incluso a los consumidores, hemos buscado una mayor seguridad jurídica, y ya no tenemos excusas para no apostar por una mayor calidad, y de ahí nace esta norma». A lo que Silva ha añadido que «el panel de cata lleva más de veinte años y, aunque da cierta inseguridad, si lo quieres cambiar, hay que ofrecer algo mejor, reforzarlo. La ley de calidad y el sistema de autocontrol que acabamos de lanzar, no son perfectas, pero lo serán»

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El presidente de la Generalitat de Catalunya, Pere Aragonès, y la consellera de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural, Teresa Jordà, se han reunido en Arbeca, aprovechando la celebración de una feria, con los productores del sector del aceite de la comarca leridana de Les Garrigues. En el marco de este encuentro, Aragonés ha anunciado que en los próximos días se elaborará «una orden de internacionalización dotada con un millón de euros», que consiste en «facilitar los trámites a pequeñas y medianas empresas y cooperativas, y también a sufragar buena parte del coste económico de este proceso».

El jefe del ejecutivo catalán ha recordado que el sector del aceite cuenta con 347 empresas pero que, «a pesar de la excelente calidad del producto y el reconocimiento internacional que tienen, solo el 3% disponen de un posicionamiento gourmet». Un porcentaje «que debemos ayudar a incrementar potenciando su internacionalización y, creando un relato en torno al producto que le dote de reconocimiento y posicionándolo estratégicamente».

Pere Aragonès ha explicado que la orden se traducirá en ayudas que consistirán en un máximo de 10.000 euros por peticionario, que cubrirá el 80% del gasto que supone este proceso. Las asistencias a ferias están incluidas, pero sobre todo las misiones comerciales con acompañamiento del Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural.

En esta línea, ha recordado que en 2021 se destinaron más de 4 millones de euros a inversiones en el sector del aceite mediante el Plan de mejora a la competitividad de las cooperativas, y ya suman casi 10 millones desde 2017. Respecto a las cooperativas de aceite de Lleida, estas recibirán unos 3 millones de euros en ayudas entre 2022 y 2023.

Esta acción se complementa con la política de delegaciones y antenas en el exterior, prevista por Prodeca, empresa pública adscrita al Departamento de Acción Climática que proporciona servicios de apoyo en internacionalización y comercio exterior al sector agroalimentario. Así, Prodeca destinará 400.000 euros a situar ocho antenas en mercados estratégicos para el sector, que tendrán como objetivo «buscar nuevos contactos y oportunidades comerciales y preparar los encuentros con compradores e importadores de estos mercados de acuerdo a los objetivos pactados con las empresas interesadas por presentar sus productos y promocionar la imagen agroalimentaria y gastronómica catalana»

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Un nuevo estudio elaborado por instituciones y consultoras independientes sobre una amplia muestra de marcas de aceites de oliva distribuidas por todo el país «ha vuelto a certificar que todas las empresas envasadoras y el 100% de las marcas analizadas cumplen con todos y cada uno de los requisitos de la normativa española y europea de calidad y autenticidad».

La investigación, bajo el título ‘Estudio de autenticidad 2020 para aceites de oliva en España’, se ha desarrollado desde noviembre de 2020 hasta noviembre de 2021, y en la misma se han analizado un gran número de muestras de aceites de oliva, en sus más diversas categorías, que han sido seleccionadas en los lineales de supermercados e hipermercados, segmentado por regiones. El estudio ha puesto de manifiesto que «todos los aceites elaborados y comercializados en nuestro país se adecúan a los más altos estándares de calidad y autenticidad previstos en la legislación vigente».

ANIERAC y ASOLIVA, las asociaciones de envasadores y exportadores del sector, «se congratulan de esta excelente noticia y se enorgullecen del esfuerzo que desde hace décadas vienen desarrollando todos los eslabones de la cadena de valor del aceite de oliva español por mantener y consolidar su liderazgo mundial». Por su parte, este nuevo estudio «viene a corroborar el prestigio y la reputación de los que goza internacionalmente el aceite de oliva español, uno de los sectores más representativos y estratégicos de la marca España, al tiempo que refuerza la confianza de los consumidores en la calidad y la autenticidad de un producto saludable y reconocido como la mejor grasa del planeta».

Las dos asociaciones han recordado que España «es líder indiscutible de producción y comercialización de aceite de oliva a nivel mundial. Su producción representa cerca del 60% de toda la que se registra en la Unión Europea y el 45% de la mundial. El aceite de oliva español se vende en más de 130 países, erigiéndose en líder absoluto del mercado internacional de este producto con una cuota del 44%».  

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Como antesala a la World Olive Oil Exhibition (WOOE), que se llevará a cabo los días 8 y 9 de marzo de 2022 en el pabellón 2 del recinto de IFEMA Madrid, se acaba de celebrar la segunda mesa de debate que ha reunido a expertos oleícolas bajo el título ‘Perspectivas de la categoría de los aceites de oliva, desde la distribución, producción y envasado’. En este evento se han dado cita diversos expertos del sector oleícola, además de Juan Vilar, consultor estratégico y asesor de la WOOE, y José Luis Murcia, CEO y director ejecutivo de esta misma entidad.

El debate lo ha abierto el experto en producción alimentaria y distribución, Carlos Tejedor, que ha indicado que, hace unos años, junto con la leche y el detergente, «el aceite era una de las grandes ofertas de los supermercados, llegando a ir con márgenes negativos lo que hacía que el producto se banalizara». Sin embargo, esa situación ha cambiado, tal y como ha señalado Antonio Serrano, director de MAEVA, para quien «los mejores aceites que se pueden encontrar en los lineales son las marcas privadas de la gran distribución, que están consiguiendo producir un producto de calidad que hace que haya una mayor sofisticación, una explosión de varietales, de primeras cosechas…». Jorge Pena, CEO de Innoliva, ha respondido que «hay que seguir aportando valor al sector». Para añadir que «tenemos una sobrerregulación y una seguridad jurídica que es una barrera para el consumo. Vivimos en una burbuja y lo que pensamos en el sector oleícola está muy alejado del ciudadano de a pie. No sabemos comunicar».

En este sentido, Clara Parejas, Market Manager del Grupo Oleícola Jaén, ha manifestado que «crear marca no es crear la mía. Tenemos que ser capaces de crear la marca aceite de oliva y saber comunicar sobre el producto en sí y toda la cultura que hay alrededor del mismo: paisaje, origen, agricultura… Cuánto más nos involucremos en esto, mejor para todos, y será la única forma de continuar con la cadena de valor y poder seguir haciendo marca».

Sergio Miranda, experto en Distribución y Desarrollo de Proyectos en Scratch, ha comparado al sector del aceite de oliva con el del vino hace 20 años, al decir que «antes en las casas había cosecheros y ahora, gracias a la evolución de ese sector, en todas las casas hay un vino de cierta calidad. Y en el aceite tiene que pasar lo mismo». Por su parte, Tejedor, cree que para comunicar hay que «entrar en el componente de los intangibles; España tiene 32 Denominaciones de Origen, cada una con su idiosincrasia, valores, matices y eso hay que reflejarlo y que le llegue al consumidor», mientras que para Parejas «hay que comunicar todo, tener un mayor portfolio, un mejor ‘packaging’, mejorar la experiencia de compra, etc.».

 

Mensaje claro y directo
En el debate ha quedado claro que uno de los grandes problemas del sector del aceite de oliva es llegar de una forma más directa y comprensible al consumidor. «Estamos empecinados en que el consumidor sabe nuestro lenguaje, cuando el problema es nuestro que no sabemos entender lo que ellos quieren y dárselo», ha comentado Pena. «Efectivamente, el ciudadano no sabe las diferencias entre un aceite de oliva, uno virgen y otro virgen extra, y ahí es donde tenemos que poner el foco porque, aunque el consumidor es soberano, tiene que saber qué opciones tiene y si no está formado, no sirve de nada», ha explicado Parejas.

Para Jorge Pena, el hecho de generar momentos de consumo en España es «fantástico, sin embargo, yo apostaría por ser más ambiciosos. Si por persona y año se consumen a nivel mundial 25 kilos de grasa y de esas, el 0’5 es de aceite de oliva, hay que llegar a que sea un kilo. Y si en Estados Unidos consumen un litro al año, hay que llegar a los dos». Y ha subrayado que «tenemos que poner la vista a largo plazo, no fijarnos en nosotros mismos, sino a nivel global. El producto es bueno y, con más esfuerzo, lo podemos llegar a conseguir».

Por último, Miranda ha manifestado que para «conquistar mercados, tiene que haber líderes. Al consumidor hay que entenderle; igual que había que ser multimillonario en el extranjero para comprar aceite de oliva, y lo entendimos y todo cambió, si hablamos a nivel nacional es el ‘retail’ al que le toca ahora reinventarse y adaptarse a los nuevos hábitos de consumo».

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El aceite de oliva virgen español necesita mejores sistemas de catalogación y valoración que los vigentes o, al menos, otros que los complementen. Agricultores, productores, cooperativistas, envasadores y exportadores, es decir todos los eslabones de su cadena de valor, coinciden en que «la forma actual de aplicar la cata desestabiliza el mercado y daña su reputación».  Por esta razón, el sector oleícola «reclama medidas suplementarias como una cata oficial previa a su envasado, cuyos resultados tengan una vigencia legal de un año». De esta forma, se añadirían garantías a los consumidores y «se reduciría la inseguridad jurídica y la incertidumbre de un proceso tan subjetivo como el análisis organoléptico». Así lo asegura el informe ‘Los falsos mitos sobre el aceite de oliva virgen español’, elaborado por la Asociación Nacional de Industriales Envasadores y Refinadores de Aceites Comestibles (ANIERAC) y la Asociación Española de la Industria y Comercio Exportador de Aceite de Oliva (ASOLIVA).

El documento pone de relieve que falsos mitos, «fomentados por un método de categorización intrínsecamente subjetivo y estudios periódicos desmesurados, enturbian la imagen de uno de los emblemas de la Marca España». El primero de ellos es la creencia de que en los lineales de los supermercados se encuentra en ocasiones aceite de oliva falso. «No existe fraude sino discrepancias de valoración subjetiva entre distintos paneles, aun siendo todos oficiales», se apunta en el informe, para añadir que «la catalogación del aceite de oliva (virgen o virgen extra) se efectúe teniendo en cuenta conjuntamente todas las pruebas realizadas, las organolépticas y las fisicoquímicas». Estas últimas, que se realizan con equipos de alta precisión, «confirman continuamente que nuestros aceites de oliva son auténticos y genuinos, no se mezclan con otros de inferior calidad y, consecuentemente, cumplen al cien por cien los requerimientos de pureza y calidad que exige la normativa europea vigente».   

También está extendida, «sin ninguna base real», la idea de que «los paneles de cata son infalibles». A pesar de ello, reiterados estudios ponen en evidencia que «son habituales los casos en los que una misma muestra presenta diferencias en la clasificación, en función del panel de cata que la valore». Hasta el punto de que «una misma muestra catada por el mismo panel oficial, pero en momentos distintos, puede ser clasificada de forma desigual».

Otra creencia falsa es la de que «no hay alternativas al panel de cata». Se está avanzado en metodologías científicas objetivas que acaben con estas incertidumbres o, cuanto menos, las palien. Estas propuestas «están orientadas a complementar y elevar el nivel técnico y la objetividad de los sistemas de clasificación de las categorías del aceite comercializado –y sobre todo del AOVE–». Pero mientras, el sector demanda a las administraciones una aplicación que ofrezca garantía jurídica a los operadores como el sometimiento a los aceites de oliva vírgenes a una cata previa antes de su envasado y comercialización y que, en caso de ser apta, tenga una validez de 12 meses. De esta manera se obtendría una doble mejora:

– Una garantía más sólida al consumidor que dispondría de aceites con procedencia de lotes catados por paneles oficiales en la distribución.

– Una mayor seguridad jurídica a los operadores de la cadena de suministro pues podrían garantizar las buenas prácticas y calidad de los aceites a la hora de ser envasados.

El aceite de oliva virgen «es uno de los productos alimentarios más regulados y controlados en el ámbito de la Unión Europea, como refuerza el hecho de que sea el único alimento del mundo en su categoría que está sometido a un procedimiento jurídico obligatorio adicional como el examen organoléptico, más conocido por el término cata, para clasificar sus diferentes escalas comerciales». Estas se conceden, agrega el informe, en base a un procedimiento subjetivo, «pues depende de la destreza y gustos de los catadores».  

«Esas desavenencias –indica el estudio de ANIERAC y ASOLIVApor muy exiguas que sean no son baladíes, ya que las administraciones las sancionan económicamente. Una incertidumbre generalizada que se agrava en España dado que las competencias en esta materia las ostentan las comunidades autónomas. Estas diferencias se dan, por tanto, desde la calificación de la infracción hasta el régimen de sanciones aplicable». A estos inconvenientes hay que añadir «el deterioro de la imagen del producto y el aumento de la desconfianza entre los consumidores». Para subrayar al respecto que «los criterios de cata se diseñan en los despachos pensando más en los técnicos que en el público objetivo».

 

Propuesta a la Administración
Ante todo ello, el sector ha propuesto a la Administración que se permita al operador que lo introduce en los canales de venta contar con un aval en su responsabilidad mediante «una cata oficial realizada al producto antes de su envasado, cuyos resultados deberían tener una vigencia legal de un año». Durante este tiempo «se practicarían controles periódicos para verificar la autenticidad del producto distribuido: que el aceite en el mercado sea el mismo que en su día se analizó». Así se mejoraría la calidad al tiempo que se reforzaría la seguridad jurídica. «Sería una solución temporal porque esta como cualquier otra cata adolecería de los mismos defectos», concluye el citado informe.

La búsqueda de un método científico de evaluación preciso también es una prioridad. La Organización Interprofesional del Aceite de Oliva Español, el Ministerio de Agricultura y las comunidades autónomas, especialmente la Junta de Andalucía, han impulsado durante los últimos seis años proyectos de investigación e innovación «con el objeto de desarrollar tratamientos de datos a partir de señales instrumentales que puedan proporcionar al panel test un plus de objetividad». En definitiva, se trata de perfilar una metodología científica y equilibrada –conocida como ‘nariz electrónica’– que complemente o sustituya la de los paneles–test.

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El Consejo sectorial de Aceite de Oliva de Cooperativas Agro-alimentarias de España, tras analizar la situación del olivar en las distintas zonas productivas, ha concluido que la producción en la campaña 2021/2022 se situará por debajo de las 1.387.000 toneladas de la campaña en curso, y que, además, «estará muy condicionada por la evolución de la climatología durante el verano y el inicio del otoño». De acuerdo con la información publicada por la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), a 18 de julio, el porcentaje de lluvia durante este año está siendo en las grandes zonas productoras de olivar andaluzas y manchegas entre un 50% y un 75% inferior a las del año pasado, considerado ya como un año seco.

Asimismo, la escasez de reservas «ha provocado que las dotaciones para riego se hayan quedado en la mitad de lo que cada regante suele necesitar». Por tanto, «ni siquiera las explotaciones más productivas podrán alcanzar su potencial nivel de producción».

En relación al mercado, los representantes de las cooperativas esperan un buen ritmo de salidas que mantengan la media mensual de 142.000 toneladas. Todo ello unido a las existencias actuales de aceite, y teniendo en cuenta que «hasta dentro de cuatro meses no dispondremos de aceite virgen comercializable y de lampantes hasta diciembre, desde Cooperativas Agro-alimentarias de España esperamos que la campaña se cierre manteniendo la tendencia actual sin que se produzcan alteraciones».

Respecto a las exportaciones, pueden situarse en julio sobre las 842.000 t, 25.000 t por encima de las de la anterior campaña y 100.000 por encima de la campaña 2018/2019.

Por último, han destacado el incremento de las importaciones de EE.UU. de aceite de oliva envasado con origen España debido a la suspensión de aranceles. En mayo los datos de importación en este país llegaron hasta las 3.400 t, triplicando la media de las importaciones de los cuatro meses previos de 2021. El sector oleícola cooperativo espera que esta tendencia siga creciendo en los próximos meses dado que se trata de uno de sus principales mercados.

http://www.agro-alimentarias.coop/

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El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) ha publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el Real Decreto (RD) que desarrolla la aplicación del artículo 167 bis de la Organización Común de los Mercados Agrarios de la Unión Europea (UE), para fijar los requisitos y el contenido de una norma de comercialización para el sector del aceite de oliva.

Esta normativa, que entrará en vigor el 1 de julio de este año, permitirá que el MAPA, ante situaciones de claro riesgo de desequilibrio de mercado y previa consulta a las comunidades autónomas y a los representantes del sector, pueda determinar una retirada temporal de producto de manera obligatoria para todos los operadores del sector hasta la campaña siguiente, e incluso determinar su destino a uso no alimentario. De esta manera, se pretende favorecer la recuperación de los precios percibidos por los agricultores en situaciones de crisis, como las que se han padecido en las dos campañas anteriores.

Esta norma, largamente demandada por el sector, posibilita la autorregulación en un cultivo cuya producción se encuentra caracterizada por el fenómeno de la vecería, con campañas de producciones muy altas alternadas con otras más bajas. Esta es una de las causas de la volatilidad de los precios del aceite de oliva, que incide en la viabilidad económica de muchas de las explotaciones oleícolas, en particular las más tradicionales.

El RD, que forma parte de las 10 medidas de la hoja de ruta para el sector oleícola presentada por el ministro Luis Planas en junio del año pasado, «permitirá mejorar y estabilizar un mercado fundamental en la producción agroalimentaria española, con un marcado carácter social, que desempeña un papel clave para la economía de las zonas rurales».

El BOE también ha publicado el Real Decreto que modifica la normativa básica que regula los paneles de catadores de aceite de oliva, cuyo objetivo es profundizar en su armonización y mejorar la formación de sus integrantes y la supervisión que se realiza de estos equipos, que serán autorizados en función de los resultados obtenidos.

Esta nueva norma introduce requisitos para la autorización de los paneles de catadores oficiales, que tendrán que ser designados por la autoridad competente y superar determinadas pruebas de aptitud de manera periódica. Para ello, la autoridad para la que realicen el trabajo podrá llevar a cabo cuantas acciones de control considere oportunas con el fin de evaluar la idoneidad de los jurados y verificar que no existen conflictos de interés.

El cambio obedece a una demanda de mejora del sistema de control oficial de las características organolépticas del aceite de oliva virgen por parte del productor, que solicita aumentar las exigencias a los paneles y proporcionar mayores garantías de uniformidad de criterios entre estos. La experiencia adquirida a lo largo de los trece años de aplicación del Real Decreto que ahora se modifica también avala los cambios.

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Túnez o Portugal han dado por el contrario un paso de gigante en poco tiempo

 

La entrada de aceite de oliva español envasado a los EE. UU. ha disminuido en 2020 un 80,9% respecto a los volúmenes registrados en el 2019, debido a los aranceles aplicados por el gobierno de este país según los datos de importaciones que ha publicado el departamento de Comercio americano, y recogidos por Cooperativas Agro-alimentarias de España.

Según esta última entidad, «el descenso es todavía más preocupante si tenemos en cuenta que la entrada en vigor de estos aranceles se produjo en octubre de 2019, y por tanto durante el último trimestre de ese año ya se vieron drásticamente reducidas las exportaciones de producto nacional».

El presidente del sector del Aceite de Oliva de Cooperativas Agro-alimentarias de España, Rafael Sánchez de Puerta, ha señalado al respecto que «el aceite de oliva origen España que llega mensualmente envasado a EE. UU. no alcanza ni siquiera las 700 toneladas, cuando antes de la imposición de aranceles estos volúmenes eran unas 10 veces superiores. De hecho, nos tendríamos que remontar hasta principios de la década de los 90 para encontrarnos con unas cifras semejantes».

Por su parte, la administración americana ha indicado que los aceites de otros orígenes, como Túnez o Portugal, han dado por el contrario un paso de gigante en poco tiempo. Las importaciones de producto envasado originario de ambos países se han visto incrementadas en un 700% y 850%, respectivamente.

Rafael Sánchez de Puerta «a medida que pasan los meses nuestro protagonismo en EE. UU. se diluye».

En este sentido, Sánchez de Puerta, ha destacado que «a medida que pasan los meses nuestro protagonismo en EE. UU. se diluye. Los injustos aranceles a los que hacemos frente nos han sacado del mercado más importante fuera de la UE, tras haber realizado inversiones millonarias durante las últimas dos décadas».

Ante un conflicto aeronáutico «del que nunca debió formar parte el sector olivarero», Cooperativas Agro-alimentarias de España ha vuelto a hacer un llamamiento a las administraciones, tanto nacionales como comunitarias, para que intensifiquen sus negociaciones al más alto nivel con la administración americana, «de cara a poner fin a esta situación de una vez por todas».

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La huella de carbono es un indicador ambiental que cuantifica las emisiones de gases de efecto invernadero liberadas a la atmósfera debido a la producción y comercialización de un producto. La agricultura es el único sector productivo con capacidad de capturar dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera (por la biomasa aérea, las raíces y el suelo); en especial las plantaciones arbóreas como el olivar por las dimensiones de su biomasa y su periodo de vida.

Todolivo, empresa pionera en el desarrollo sostenible del Olivar en Seto, ha promovido y financiado un estudio sobre el balance o la huella de carbono en el aceite de oliva, que le ha encargado al Grupo ‘Eco–efficient Cropping Systems’, de la Universidad de Córdoba (UCO), liderado por el catedrático de Agronomía, Luis López Bellido. En el mismo, en una plantación de Olivar en Seto de 21 ha de la variedad Arbequina, en la finca ‘El Cercado de San Luis’ (Córdoba), con 22 años de edad, una densidad de plantación de 1.975 árboles/ha y una producción media anual de aceite de 1.797 kg/ha, fue calculada la huella o balance de carbono generada por la producción de aceite. Para ello, fueron determinadas la captura de carbono realizada por la biomasa del olivar (parte aérea y raíces) y el suelo a 0–90 cm de profundidad (3.736 kg CO2/ha/año); las emisiones de dióxido de carbono (CO2eq) derivadas de todas las prácticas de cultivo (830 kg CO2/ha/año), y las emisiones de CO2eq generadas durante todo el proceso de elaboración y envasado del aceite (0,38 kg CO2eq/litro).

Todolivo ha indicado que la huella de carbono de la plantación registró un balance positivo de 1,24 kg CO2eq/litro de aceite (siendo la captura o secuestro de carbono de la plantación superior a las emisiones generadas por el manejo del cultivo y el proceso de elaboración del aceite), lo cual representa un secuestro medio de CO2 anual de la plantación de 46,7 toneladas de CO2.

www.todolivo.com

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La Consejería de Agricultura, Desarrollo Rural, Población y Territorio de la Junta de Extremadura ha efectuado el pago de las ayudas al almacenamiento privado del aceite de oliva al Consorcio Oleícola Extremeño. Ello permitirá almacenar 1.040 toneladas de aceite en Extremadura en el marco de las medidas implementadas por el Ejecutivo estatal para mitigar la situación del sector ante los bajos precios.

Desde la consejería han recordado que el pasado mes de enero la Comisión Europea abrió la posibilidad de solicitar ayudas al almacenamiento privado del aceite de oliva, ante la demanda efectuada por el Gobierno de España, dados los bajos precios que reciben los productores.

De este apoyo económico, el Consorcio Oleícola Extremeño, ubicado en Mérida, ha conseguido dos licitaciones por un importe total de 130.968 euros, cuyo ingreso ha abonado la Dirección General de la Política Agraria Común (PAC), con el objeto de recuperar precios de mercado.

La Junta de Extremadura ha valorado «muy positivamente» estas medidas «para la consecución de precios dignos» y ha resaltado que en el reciente acuerdo del Consejo de Ministros de Agricultura de la Unión Europea (UE) se ha conseguido para la nueva PAC el mecanismo de autorregulación por parte del sector, lo que supone una mayor flexibilidad para desencadenar los procedimientos de regulación de mercados, pudiéndolo establecer el propio sector oleícola

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