El sector agrario español se muestra crítico ante la decisión de Trump de subir los aranceles a los productos de la UE

El aceite de oliva, el vino, el queso o los cítricos, entre los productos agroalimentarios más afectados

 

Ante el anuncio del Gobierno de Donald Trump de imponer nuevos aranceles de hasta un 25% a determinados productos agroalimentarios procedentes de la Unión Europea (UE), después del fallo de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en su disputa sobre los subsidios de los países europeos al fabricante de aviones comerciales y militares Airbus, la respuesta del sector agrario español – uno de los grandes afectados– no se ha hecho esperar, lamentando y criticando, al mismo tiempo, esta polémica decisión del ejecutivo norteamericano.

Así, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) ha señalado que la subida de los aranceles anunciada por el gobierno de los EE. UU. a las importaciones de vino, aceite, aceitunas y quesos de la UE impactará sobre un volumen de exportaciones españolas de 970 millones de euros. Durante el último año, el valor de las exportaciones españoles a EE. UU. se situó en torno a los 300 millones de euros en vino, 400 millones en aceite, 180 en aceitunas y 87 en productos lácteos, fundamentalmente quesos.

El secretario general de COAG, Miguel Blanco, ha manifestado que «resulta totalmente injusto y desproporcionado que, una vez más, el sector agrario sea el pagano de una guerra comercial de la UE que no tiene nada que ver con el campo español. Acabamos sufriendo las consecuencias de los acuerdos con terceros países, caso del reciente MERCOSUR, como de los desacuerdos, en este caso en un conflicto que tiene su origen en el sector aeronáutico». Por esta razón ha exigido a las autoridades comunitarias y al gobierno español que «protejan los intereses de nuestra agricultura con una solución rápida y equilibrada para evitar que este conflicto acabe pasando un nueva y costosa factura a nuestros agricultores y ganaderos».

Unión de Uniones ha reclamado que la UE vele por los intereses del sector y sea contundente en su respuesta para evitar la imposición de aranceles a los productos agrarios europeos por parte de EE. UU. Igualmente, considera que la Unión Europea debería reflexionar sobre su política comercial y orientarla hacia una defensa más firme de sus sectores productivos, exigiendo los mismos requisitos a todos los productos importados que a los originales de la UE, no haciendo concesiones sobre productos sensibles europeos, con análisis de impacto previos a la firma de cualquier tratado y con fondos de compensación para los sectores afectados.

El director general de la Federación Española del Vino (FEV), José Luís Benítez, ha afirmado que se trata de una decisión «arbitraria e injusta» que no solo afecta a las bodegas españolas y europeas sino también a importadores y consumidores estadounidenses que se verán afectados por los nuevos aranceles. En este sentido, y tras mantener diversas conversaciones con las autoridades españolas, la entidad ha reclamado al Gobierno y a la Comisión Europea que redoblen los esfuerzos para alcanzar una solución negociada con EE. UU. que pueda evitar unas medidas que son muy perjudiciales para el sector del vino español en uno de sus mercados más interesantes a nivel de valor y con mayor recorrido futuro.

Por su parte, FEPEX ha resaltado que el impacto de la subida de aranceles del gobierno estadounidense será reducido en el caso de la mayoría de frutas y hortalizas frescas, puesto que los volúmenes actuales de exportación a este país ya son muy reducidos, por la dificultad de acceso a este mercado, representando solo 50 millones de euros, el 0,4% del total exportado por España en 2018 que ascendió a 12.832 millones de euros.

La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA–ASAJA), a partir de los datos del Ministerio de Comercio, ha estimado que la adopción de estos aranceles pone en peligro exportaciones agroalimentarias valencianas por valor de 90 millones de euros. Los cultivos más afectados son los cítricos, las frutas y las hortalizas, cuyos envíos durante 2018 ascendieron a 80,9 millones. Sin embargo, ha añadido AVA–ASAJA, el comercio con destino a Estados Unidos de otros productos tan importantes para el sector agrario valenciano como son el vino y el aceite de oliva también se ve seriamente amenazado, con unas exportaciones durante el pasado ejercicio de 9 y 1,7 millones respectivamente.

Desde Cataluña también se ha criticado esta decisión. Unió de Pagesos (UP), ha reclamado a los distintos gobiernos que hagan todo lo posible para evitar que un tercero, el sector agrario, sea injustamente perjudicado por la mala gestión política en la financiación a otro sector, mientras que la Federación de Cooperativas Agrarias de Cataluña (FCAC) ha alertado que el impacto será «enorme e injusto» y creará una «fuerte distorsión dentro de la propia UE» para que los aranceles adicionales recaerán sobre cuatro países, entre los que se encuentra España, y, en cambio, no afectarán a los productos italianos ni griegos competidores de los españoles.

Finalmente, la consellera de Agricultura de la Generalitat de Catalunya, Teresa Jordà, ha indicado que se necesita «una Unión Europea fuerte donde todos los países miembros actúen en bloque para evitar una batalla comercial con EE.UU., que perjudicaría nuestro sector agroalimentario».

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