La producción de pera prevista en España para esta campaña 2019/20 asciende a 330.511 toneladas, según los avances de producción presentados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) el pasado mes de mayo. Este volumen es ligeramente superior a las cifras dadas a conocer en la conferencia de Prognosfruit, celebrada del 7 al 9 de agosto en Alden–Biesen (Bélgica), en la que se previó una reducción del 14% para el conjunto de la Unión Europea (UE), principalmente con reducciones significativas de la cosecha de Francia (–14%), Bélgica (–10%) y, especialmente, Italia (–30%), tal como ha reflejado FEPEX (Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas y Hortalizas) en un comunicado. Las previsiones españolas de cosecha de pera en Prognosfruit se han fijado en las 311.000 t, lo que supone un 4% más que en el ejercicio anterior (298.000 t).

En España, la producción prevista se concentra en Cataluña con 135.000 t, mismo volumen que la campaña anterior, Aragón con 51.158 t (–8,2%), La Rioja 53.000 t (–6,2%), Región de Murcia 27.000 t (+4,8%), Castilla-León 16.000 t (–4,6%) y Extremadura 6.000 t (+87%). La exportación de pera española en 2018 fue de 93.708 t, mientras que las importaciones fueron de 43.369 t.

Por lo que se refiere al consumo de pera en los hogares en España, FEPEX ha señalado que este ha seguido una tendencia decreciente en los últimos 5 años, pasando de 279.000 t en 2014 a las 229.000 en 2018, situándose el consumo per cápita en el último año en 4,96 Kg, a pesar de sus numerosas cualidades nutricionales entre las que destacan su rico contenido en potasio, vitamina C, fibra y compuestos antioxidantes.

Joan Serentill, secretario de AFRUCAT (Asociación Empresarial de Fruta de Cataluña) y presidente del Comité de Pera y Manzana de FEPEX, ha manifestado que las previsiones del desarrollo de la campaña 2019/20 para estas dos especies en España son muy positivas por la confluencia de múltiples factores. Entre ellos destaca una buena producción, con buenos calibres y calidad, que coincide con una reducción significativa de los volúmenes en el conjunto de la UE, con problemas añadidos de calibre en algunos países como Italia.